2/05/2016, 15:20
La carrera les llevó hasta una parte del bosque que parecía estar ya en un Invierno avanzado, pues no había ni una sola hoja en sus árboles. Además, aquel lugar estaba plagado de pequeños monolitos tallados y envueltos en tira de tela blanca, como las usadas para adornar las tumbas. Aquello puso a la Hyuga un poco inquieta, tenía dudas de hacia donde se estaban dirigiendo.
Aquel tipo de demarcación no se usaba por norma general alrededor de los pueblos, si no en zonas concretas donde o bien se enterraban personas como cementerios silvestres o lugares donde se creía que los espíritus no estaban en calma. Su maestra le había advertido sobre estos lugares, siempre le decía que no era recomendable adentrarse en lugares así.
Sin embargo, toda inquietud se fue cuando se cruzaron con el cartel que indicaba que el puelbo de Nakisakebi se encontraba más adelante. Además la lluvia se fue como vino, Tatusya parecia un poco decepcionado por ello.
El chico le soltó la mano lentamente, como si acabase de darse cuenta de que la había sostenido todo el camino de hecho parecía un poco turbado. Le hizo un pequeño gesto con la cabeza indicándole que continuasen y eso fue lo que hizo la peliblanca.
Lentamnete se fueron aproximando al pueblo. Todo permanecía en un silencio casi sepulcral, tan solo roto por el crujir de las puertas y ventanas de algunas casas que estaban un poco sueltas y batían con el viento. No había ni rastro que indicase que alguien habitase aquel lugar, las lámparas de aceite tenían los cristales rotos o estaban caídas.
-Mitsuki-do... que diga chan. Tengo una sensación rara respecto a este lugar-
La Hyuga no podía estar más de acuerdo con la opinion de su compañero, aquel lugar tenía algo extraño en el ambiente. Algo que parecía gritar que no debían de estar allí.
—¿Estás seguro de qué este es el pueblo del que te habló tu padre?— preguntó la peliblanca mientras observaba los alrededores con intranquilidad —Quizás nos equivocamos de dirección...—
Aquel tipo de demarcación no se usaba por norma general alrededor de los pueblos, si no en zonas concretas donde o bien se enterraban personas como cementerios silvestres o lugares donde se creía que los espíritus no estaban en calma. Su maestra le había advertido sobre estos lugares, siempre le decía que no era recomendable adentrarse en lugares así.
Sin embargo, toda inquietud se fue cuando se cruzaron con el cartel que indicaba que el puelbo de Nakisakebi se encontraba más adelante. Además la lluvia se fue como vino, Tatusya parecia un poco decepcionado por ello.
El chico le soltó la mano lentamente, como si acabase de darse cuenta de que la había sostenido todo el camino de hecho parecía un poco turbado. Le hizo un pequeño gesto con la cabeza indicándole que continuasen y eso fue lo que hizo la peliblanca.
Lentamnete se fueron aproximando al pueblo. Todo permanecía en un silencio casi sepulcral, tan solo roto por el crujir de las puertas y ventanas de algunas casas que estaban un poco sueltas y batían con el viento. No había ni rastro que indicase que alguien habitase aquel lugar, las lámparas de aceite tenían los cristales rotos o estaban caídas.
-Mitsuki-do... que diga chan. Tengo una sensación rara respecto a este lugar-
La Hyuga no podía estar más de acuerdo con la opinion de su compañero, aquel lugar tenía algo extraño en el ambiente. Algo que parecía gritar que no debían de estar allí.
—¿Estás seguro de qué este es el pueblo del que te habló tu padre?— preguntó la peliblanca mientras observaba los alrededores con intranquilidad —Quizás nos equivocamos de dirección...—