3/05/2016, 13:14
Ante la emoción y determinación de la niña el muchacho esbozó una sonrisa enorme y soltó una gran carcajada mientras mantenía sus manos en la cintura. Le parecía una niña inocente, pero a pesar de su candidez veía en ella un sentimiento muy sincero por aprender. La hermana también sonrió y asintió con la cabeza indicándole a su hermano que estaba en lo correcto, la kunoichi pareció percatarse de algo que los hermanos no, pero eso no les importó.
-¡Ja Ja claro!- Caminó hacia Nonoha y con un dedo le picó la frente. -Pero con la ropa que traes puesta como que te va a costar un poco jaja-
Se refería al kimono rosa, de todas las ropas que pudo haber llevado esa sería la menos adecuada. El estilo requería ropas flojas que permitieran moverse con total libertad. La chica se estaba acabando la bolsa de galletas cuando divisó por debajo de la puerta los tobillos de alguien caminando, pronto otros dos se sumaron a la sombra previa y se escuchó que llamaron al lugar.
Tatsuya seguía buscando a la niña de cabellos castaños y cuando encontró por fin una pista fiable no resultó ser del todo agradable. "Esto es malo, muy malo" El encargado de un restaurante le indicó que había visto como dos sucios bailarines callejeros de mala pinta se habían llevado a Nonoha por la fuerza hacia una parte alejada de la ciudad quién sabe con que intenciones.
Aquello era una vil mentira pero el sujeto estaba haciendo escándalo por ello con total seguridad. La voz se había corrido por el lugar, hay gente chismosa que sólo habla por hablar. Tatsuya no tardó en ponerse en marcha. Si esos bailarines eran de tan mala fama entonces tendría lógica que se hubieran metido en problemas con aquel tipo del corbatín, todo empezaba a tener forma y lo último que necesitaba es que Nonoha corriera peligro al verse involucrada con los actores callejeros.
"No lo permitiré"
El muchacho posó su mano en el hombro de Nonoba y con su dedo indice le indicó que guardara silencio. Nadie se pasaba por la vieja academia de baile ni siquiera por error. De hecho mucha gente no sabía que ahí era donde residían los hermanos, era prácticamente una guarida secreta. La muchacha con paso sigiloso se dirigió hacia donde estaban Nonoha y su hermano, no estaban seguros de quién podría ser.
-Nadie viene a este lugar salvo nosotros- La muchacha estaba alterada pues cada vez tocaban con más insistencia, fuera quién fuera no planeaba irse. -Oh no... ¿Acaso él?- Parecía haberse dado cuenta de quién era el que tocaba. -Leo, debe...- Iba a decir que debían irse pero aquello no fue posible debido al estruendo causado por los golpes imperiosos en la puerta.
El portón fue abierto de una patada, tanto así que terminó por salirse del marco. Un hombre con corbatín dejóver su silueta acompañado de otros dos. El rostro de la muchacha empezó a dibujar una expresión de pánico cómo si estuvieta viendo asu peor pesadilla, y quizás lo fuera. El mayor rápidamente se colocó al frente y puso su brazo delante de Nonoha y su hermana mostrando que quería protegerlas, mostraba una mirada de ira ante aquel sujeto de traje elegante.
-Al fin los encuentro, debí imaginar que estarían en esta posilga- Bufó mientras se fumaba un puro.-Es un lugar perfecto para ustedes, la basura siempre de estar en el basurero- Carcajeó maliciosamente y sus secuaces también rieron por el compromiso. -Oh, parece ser que tenemos una invitada, pues hagámosla participar en nuestra fiestecita- Chasqueó los dedos y pronto ambos guardaespaldas desenfundaron sus wakizashis dispuestos a rebanar a los hermanos y a Nonoha.
-¡Ja Ja claro!- Caminó hacia Nonoha y con un dedo le picó la frente. -Pero con la ropa que traes puesta como que te va a costar un poco jaja-
Se refería al kimono rosa, de todas las ropas que pudo haber llevado esa sería la menos adecuada. El estilo requería ropas flojas que permitieran moverse con total libertad. La chica se estaba acabando la bolsa de galletas cuando divisó por debajo de la puerta los tobillos de alguien caminando, pronto otros dos se sumaron a la sombra previa y se escuchó que llamaron al lugar.
Toc Toc
…
Tatsuya seguía buscando a la niña de cabellos castaños y cuando encontró por fin una pista fiable no resultó ser del todo agradable. "Esto es malo, muy malo" El encargado de un restaurante le indicó que había visto como dos sucios bailarines callejeros de mala pinta se habían llevado a Nonoha por la fuerza hacia una parte alejada de la ciudad quién sabe con que intenciones.
Aquello era una vil mentira pero el sujeto estaba haciendo escándalo por ello con total seguridad. La voz se había corrido por el lugar, hay gente chismosa que sólo habla por hablar. Tatsuya no tardó en ponerse en marcha. Si esos bailarines eran de tan mala fama entonces tendría lógica que se hubieran metido en problemas con aquel tipo del corbatín, todo empezaba a tener forma y lo último que necesitaba es que Nonoha corriera peligro al verse involucrada con los actores callejeros.
"No lo permitiré"
…
El muchacho posó su mano en el hombro de Nonoba y con su dedo indice le indicó que guardara silencio. Nadie se pasaba por la vieja academia de baile ni siquiera por error. De hecho mucha gente no sabía que ahí era donde residían los hermanos, era prácticamente una guarida secreta. La muchacha con paso sigiloso se dirigió hacia donde estaban Nonoha y su hermano, no estaban seguros de quién podría ser.
Toc Toc Toc Toc
-Nadie viene a este lugar salvo nosotros- La muchacha estaba alterada pues cada vez tocaban con más insistencia, fuera quién fuera no planeaba irse. -Oh no... ¿Acaso él?- Parecía haberse dado cuenta de quién era el que tocaba. -Leo, debe...- Iba a decir que debían irse pero aquello no fue posible debido al estruendo causado por los golpes imperiosos en la puerta.
Toc Toc ¡PUM!
El portón fue abierto de una patada, tanto así que terminó por salirse del marco. Un hombre con corbatín dejóver su silueta acompañado de otros dos. El rostro de la muchacha empezó a dibujar una expresión de pánico cómo si estuvieta viendo asu peor pesadilla, y quizás lo fuera. El mayor rápidamente se colocó al frente y puso su brazo delante de Nonoha y su hermana mostrando que quería protegerlas, mostraba una mirada de ira ante aquel sujeto de traje elegante.
-Al fin los encuentro, debí imaginar que estarían en esta posilga- Bufó mientras se fumaba un puro.-Es un lugar perfecto para ustedes, la basura siempre de estar en el basurero- Carcajeó maliciosamente y sus secuaces también rieron por el compromiso. -Oh, parece ser que tenemos una invitada, pues hagámosla participar en nuestra fiestecita- Chasqueó los dedos y pronto ambos guardaespaldas desenfundaron sus wakizashis dispuestos a rebanar a los hermanos y a Nonoha.