9/05/2016, 05:51
—Vamos, Tatsuya, no es para tanto... —dijo tratando de calmar a su compañero.
El joven de Taki parecía estar liberando toda la frustración que aquel bosque había depositado en él. Grito se agito e incluso se jalo el cabello es una explosión de locura momentánea. De verdad se encontraba molesto con todo lo que estaba sucediendo, o puede que fuese por la actitud despreocupada de Kazuma. Lo cual no sería extraño, pues solía tener ese efecto en las personas que aún no se habían acostumbrado a su forma de ser.
El Ishimura trato de levantarse y hablarle pero se encontró con que no podía hacerlo, su cuerpo se sentía rígido y pesado, como si hubiese estado convertido en roca durante un tiempo. Decidió que lo mejor era quedarse ahí sentado por un rato.
—¿Estás bien muchacho? —Preguntó el anciano quien finalmente se acercaba a él mientras le tendía una toalla húmeda.
—Sí, solo necesito recobrar el aliento y Tatsuya solo necesita desahogarse un poco —respondió de forma tranquila—. Por cierto ¿Qué es esto? —Preguntó refiriendo al paño y al perfume que emanaba.
—Es algo que traje conmigo. Será mejor que te limpies un poco antes de continuar.
El joven procedió a hacer caso mientras el viejo se alejaba. Puede que su moreno y apacible rostro no expresara mucho, pero un hombre curtido como lo era Naoki no pasaría por alto los pequeños temblores en sus piernas y en sus manos. El líquido funcionaba extremadamente bien, no habían pasado más de unos quince minutos cuando ya se encontraba medianamente limpio, aunque el olor seguía siendo bastante fuerte.
«Esto ha resultado absolutamente irónico —se dijo mientras descansaba—. De chico solía hacerme gracia lo fáciles de cazar que eran las serpientes en la ciudad y años después una viene y me devora con facilidad… —dejo que en su rostro se dibujara una leve sonrisa irónica—. Si en una de esas noches en que abría una víbora y la colgaba sobre una fogata para luego comérmela me hubiesen dicho que algún día una me comería a mí… Bueno, probablemente le golpeado temiendo que fuese algún loco.»
El joven de Taki parecía estar liberando toda la frustración que aquel bosque había depositado en él. Grito se agito e incluso se jalo el cabello es una explosión de locura momentánea. De verdad se encontraba molesto con todo lo que estaba sucediendo, o puede que fuese por la actitud despreocupada de Kazuma. Lo cual no sería extraño, pues solía tener ese efecto en las personas que aún no se habían acostumbrado a su forma de ser.
El Ishimura trato de levantarse y hablarle pero se encontró con que no podía hacerlo, su cuerpo se sentía rígido y pesado, como si hubiese estado convertido en roca durante un tiempo. Decidió que lo mejor era quedarse ahí sentado por un rato.
—¿Estás bien muchacho? —Preguntó el anciano quien finalmente se acercaba a él mientras le tendía una toalla húmeda.
—Sí, solo necesito recobrar el aliento y Tatsuya solo necesita desahogarse un poco —respondió de forma tranquila—. Por cierto ¿Qué es esto? —Preguntó refiriendo al paño y al perfume que emanaba.
—Es algo que traje conmigo. Será mejor que te limpies un poco antes de continuar.
El joven procedió a hacer caso mientras el viejo se alejaba. Puede que su moreno y apacible rostro no expresara mucho, pero un hombre curtido como lo era Naoki no pasaría por alto los pequeños temblores en sus piernas y en sus manos. El líquido funcionaba extremadamente bien, no habían pasado más de unos quince minutos cuando ya se encontraba medianamente limpio, aunque el olor seguía siendo bastante fuerte.
«Esto ha resultado absolutamente irónico —se dijo mientras descansaba—. De chico solía hacerme gracia lo fáciles de cazar que eran las serpientes en la ciudad y años después una viene y me devora con facilidad… —dejo que en su rostro se dibujara una leve sonrisa irónica—. Si en una de esas noches en que abría una víbora y la colgaba sobre una fogata para luego comérmela me hubiesen dicho que algún día una me comería a mí… Bueno, probablemente le golpeado temiendo que fuese algún loco.»