9/05/2016, 17:18
"¿No es par tanto? sí claro, como no"
Para Kazuma podría ser algo de rutina pero para Tatsuya no, había pelado cables. Seguía ahí echado en el suelo del bosque tratando de relajarse, por alguna extraña razón el frío piso le resultaba cómodo y su cabello suelto ahora dejaba escapar el calor de la primavera. Fácilmente podría quedarse acostado el resto de la mañana en el verde paisaje pero no sería posible, aún tenían un trabajo por cumplir.
-Yo... Lamento haberme puesto así- Admitió alzando un poco la cabeza estando aún recostado.
Entonces por fin se levantó y se puso de pie, tomó la katana clavada y la sacó del suelo para luego sentarse con las piernas cruzadas lejos del cadáver de la serpiente. Tras eso sacó un pañuelo que portaba y empezó a limpiar la sangre de la hoja no sólo cumpliendo la función de cuidarla sino ayudando a Tatsuya a recuperar el temple, dos en uno. Al hacerlo empezó a caer en cuenta de la magnitud de la bestia.
"¿Yo sólo me enfrenté a esa cosa?"
Lo que acababa de ocurrir le parecía una película que vió hace tiempo, cómo si hubiera sido otra persona la que batalló ahí mismo y no él. Fue un momento de adrenalina que se parecía a los arranques de violencia que suele tener por culpa de su maña pero a su vez era distinto, no sólo quería destrozar a la víbora sino que deseaba salvar a Kazuma con todas sus fuerzas, Tatsuya desconocía hasta ahora lo que era capaz de hacer con tal de proteger a alguien. Aunque seguramente si hubiera sido otro tipo de bestia no la habría librado tan fácil.
Tras retirar todo rastro de sangre de su arma la guardó de nuevo en el saya para luego estirar brazos y piernas en un intento de desestresarse, inhaló y exhaló hondo mientras se estiraba y cuando estuvo más animado se dirigió hacia donde estaban el micólogo y el peliblanco.
-Uff, ya me siento mejor, ¿cómo estas tú Kazuma-san?- Mostraba una cara de preocupación por el de ojos grises. -Nunca creí que un día terminara lanzándome directo a la boca de una serpiente, literalmente- Esa maniobra desesperada le pudo haber salido muy caro, pero para su suerte no fue así. -Aunque quizás tenías razón, no era tan peligrosa como "El Rey del Bosque"- Sonrió.
Para Kazuma podría ser algo de rutina pero para Tatsuya no, había pelado cables. Seguía ahí echado en el suelo del bosque tratando de relajarse, por alguna extraña razón el frío piso le resultaba cómodo y su cabello suelto ahora dejaba escapar el calor de la primavera. Fácilmente podría quedarse acostado el resto de la mañana en el verde paisaje pero no sería posible, aún tenían un trabajo por cumplir.
-Yo... Lamento haberme puesto así- Admitió alzando un poco la cabeza estando aún recostado.
Entonces por fin se levantó y se puso de pie, tomó la katana clavada y la sacó del suelo para luego sentarse con las piernas cruzadas lejos del cadáver de la serpiente. Tras eso sacó un pañuelo que portaba y empezó a limpiar la sangre de la hoja no sólo cumpliendo la función de cuidarla sino ayudando a Tatsuya a recuperar el temple, dos en uno. Al hacerlo empezó a caer en cuenta de la magnitud de la bestia.
"¿Yo sólo me enfrenté a esa cosa?"
Lo que acababa de ocurrir le parecía una película que vió hace tiempo, cómo si hubiera sido otra persona la que batalló ahí mismo y no él. Fue un momento de adrenalina que se parecía a los arranques de violencia que suele tener por culpa de su maña pero a su vez era distinto, no sólo quería destrozar a la víbora sino que deseaba salvar a Kazuma con todas sus fuerzas, Tatsuya desconocía hasta ahora lo que era capaz de hacer con tal de proteger a alguien. Aunque seguramente si hubiera sido otro tipo de bestia no la habría librado tan fácil.
Tras retirar todo rastro de sangre de su arma la guardó de nuevo en el saya para luego estirar brazos y piernas en un intento de desestresarse, inhaló y exhaló hondo mientras se estiraba y cuando estuvo más animado se dirigió hacia donde estaban el micólogo y el peliblanco.
-Uff, ya me siento mejor, ¿cómo estas tú Kazuma-san?- Mostraba una cara de preocupación por el de ojos grises. -Nunca creí que un día terminara lanzándome directo a la boca de una serpiente, literalmente- Esa maniobra desesperada le pudo haber salido muy caro, pero para su suerte no fue así. -Aunque quizás tenías razón, no era tan peligrosa como "El Rey del Bosque"- Sonrió.