13/05/2016, 09:52
—Creo que si me iré… — la joven kunoichi respondió a la pregunta del moreno, y él solo pudo atinar a sonreír de forma cómplice, y es que, ¿quién no huiría de semejante monstruo? Podría ser una kunoichi letal, podría ser la mejor de su promoción, pero esta mujer ahuyentaría incluso al propio Kyuubi con su aura maligna. Luego vio que se levantaba y la siguió con la mirada, acercándose a la pequeña que se encontraba a unos metros de ella.
Cuando la de Uzushio notó una presencia cerca de ella, sus orbes pudieron apartarse de la figura femenina que se alzaba en la puerta y posarlos en la rubia. Abrió la boca para decir algo, quizás que deberían irse de allí, pero Noemi se adelantó. —Vámonos. — Sí, acababa de decir lo que ella misma estaba pensando.
''¿Y si nos hace pagar lo que hemos pedido? ¿Y si nos viola y nos rapta y nos mata y nos extorsiona para sacar información? Espera... Creo que el orden no sería así...'' Por dentro, Eri era todo un caos, sin embargo se intentaba - en vano, ya que las piernas habían empezado a temblarle - mantener serena.
—¡Bueno! Nosotras ya hemos terminado todo aquí así que nos vamos. — Alegó la de Takigakure, sin embargo, a la mujer no le hizo ni pizca de gracia, es más, se puede afirmar que le salió un tic en la ceja derecha.
-Erm... Sí, mi perro Mike debe estar muriéndose de hambre, ¡y tengo que alimentarlo! - No estaba diciendo una mentira, pero por su voz parecía más una escusa que una verdad, lo que hizo que la fémina restante allí presente se cruzase de brazos y se apoyase en el marco de la puerta, impidiendo el paso a ambas jóvenes.
-Vaya, ¿por qué los únicos clientes que tenemos en meses se quieren ir cuando Nanako llega? No es justo chicas, ¿por qué no os quedáis un rato más? Podríamos jugar a algo... - sugirió, arrastrando las palabras de forma suave, lo que hizo que Eri temblase en su sitio y que Kuro se desplazase lentamente hacia atrás. -Venga, no seáis tímidas, solo un rato, por mí... - Pidió, juntando ambas manos.
La mirada verdosa de Eri buscó la de Noemi, porque su corazón comenzaba a ablandarse tras la petición de la mujer, ¡se sentiría sola y por eso quería compañía! Sin embargo tenía miedo de quedarse sola allí... Kuro, por otra parte, sabía que la mujer quería que se quedasen para que ordenasen más pedidos y sacarle todo el dinero posible, pero no podía decir nada, o seguro que recibiría un zapatillazo de su madre.
Cuando la de Uzushio notó una presencia cerca de ella, sus orbes pudieron apartarse de la figura femenina que se alzaba en la puerta y posarlos en la rubia. Abrió la boca para decir algo, quizás que deberían irse de allí, pero Noemi se adelantó. —Vámonos. — Sí, acababa de decir lo que ella misma estaba pensando.
''¿Y si nos hace pagar lo que hemos pedido? ¿Y si nos viola y nos rapta y nos mata y nos extorsiona para sacar información? Espera... Creo que el orden no sería así...'' Por dentro, Eri era todo un caos, sin embargo se intentaba - en vano, ya que las piernas habían empezado a temblarle - mantener serena.
—¡Bueno! Nosotras ya hemos terminado todo aquí así que nos vamos. — Alegó la de Takigakure, sin embargo, a la mujer no le hizo ni pizca de gracia, es más, se puede afirmar que le salió un tic en la ceja derecha.
-Erm... Sí, mi perro Mike debe estar muriéndose de hambre, ¡y tengo que alimentarlo! - No estaba diciendo una mentira, pero por su voz parecía más una escusa que una verdad, lo que hizo que la fémina restante allí presente se cruzase de brazos y se apoyase en el marco de la puerta, impidiendo el paso a ambas jóvenes.
-Vaya, ¿por qué los únicos clientes que tenemos en meses se quieren ir cuando Nanako llega? No es justo chicas, ¿por qué no os quedáis un rato más? Podríamos jugar a algo... - sugirió, arrastrando las palabras de forma suave, lo que hizo que Eri temblase en su sitio y que Kuro se desplazase lentamente hacia atrás. -Venga, no seáis tímidas, solo un rato, por mí... - Pidió, juntando ambas manos.
La mirada verdosa de Eri buscó la de Noemi, porque su corazón comenzaba a ablandarse tras la petición de la mujer, ¡se sentiría sola y por eso quería compañía! Sin embargo tenía miedo de quedarse sola allí... Kuro, por otra parte, sabía que la mujer quería que se quedasen para que ordenasen más pedidos y sacarle todo el dinero posible, pero no podía decir nada, o seguro que recibiría un zapatillazo de su madre.