13/05/2016, 19:15
Los sujetos seguían intentando abrir las puertas de la bodega, la chica se sobresaltaba cada que golpeaban el portón mientras el muchacho lo único que quería era romperles los dientes a los sujetos cuando de repente los jóvenes escucharon la interrogante de la pequeña. Ambos hermanos se vieron a las caras ante la pregunta y decidieron contarle a la kunoichi lo que ocurría en lo que ella se dedicaba a buscar, después de todo ahora ella se encontraba involucrada indirectamente al haberlos seguido.
-Muy bien, creo que debemos contarte el resto de la historia.- Anunció.
-Verás, cuando la escuela se encontraba en decadencia nuestro mestre decidió hipotecar este lugar para evitar cerrarlo y así talvez mantenerse durante un tiempo más y talvez así ganar tiempo para encontrar más alumnos- Un nuevo golpetazo la hizo asustarse y cortar, pero al tranquilizarse siguío narrando. -Sin embargo eso no ocurrió y tuvo que pedir un préstamo para pagar la hipoteca, endeudándose con alguien más.
-Nuestro carismático amigo Goru, a quién ya has tenido el disgusto de conocer- Dijo con tono de desagrado. -Goru obliga a la gente que le debe a realizar trabajos forzados para pagar los intereses de sus deudas, pero como sube las tasas más y más resulta imposible hacerlo.- Apretó los puños al pensar en el hombre del corbatín.
-El retiene a la gente en contra de su voluntad y se aprovecha para arrebatarles sus propiedades, así quedándose con los terrenos mientras usa a sus deudores como esclavos.- La chica juntó sus manos cerca de su pecho demostrando el pesar que sentía. -No quisimos dejar que el se saliera con la suya así que robamos los títulos de propiedad de la escuela.-
Mientras ellos se intercalaban en su narración Nonoha probablemente encontraría algunas pesas para ejercicios dentro de las cajas de cartón, además de cuerdas para saltar y demás objetos para gimnasia. En el suelo se podrían observar trozos de un espejo roto que antaño debió estar en el salón principal... El muchacho miró hacia arriba de la bodega y divisó las ventanas por las cuales podrían salir, pero dudaba que las cajas de cartón aguantaran el peso.
-Tsk, me gustaría darle su merecido a ese tipo y así dejar libre a nuestro mestre...- Pateó una caja del enojo. -...pero por ahora debemos encontrar la manera de salir de aquí con vida-
Mientras tanto Tatsuya no sabía lo que ocurría en ese lugar, sólo sabía que había dos matones intentando forzar una puerta y un sujeto de mala cara frente a él. No entendió a que cuento venía la pregunta que hizo el hombre del corbatín, ante lo cual se quedó pasmado sin saber que responder y sin saber que hacer. No tenía ninguna prueba de que estuvieran haciendo algo malo aunque su instinto le dijera que sí pasaba algo raro en ese lugar.
-¿No escuchaste lo que te dije?- Intentó amenazarlo. -Estás en propiedad privada ¡fuera de aquí!-
-Yo...- Dió un paso hacia atrás. -Discúlpeme, pero ando buscando a una niña de cabellos marrones y kimono rosa... Me dijeron que la vieron venir hasta aquí- Dijo un poco dudoso, en realidad le habían dicho que los jóvenes se la había llevado pero no quiso usar palabras inapropiadas pues desconfiaba del sujeto.
La expresión del hombre cambió al escucharlo y se tornó en una sonrisa maléfica, chasqueó los dedos de la mano derecha y entonces uno de sus secuaces dejó de intentar forzar la puerta para caminar lentamente con wakizashi en mano en dirección a donde se encontraba el genin de Taki con cara de pocos amigos.
-Te di la oportunidad para que te fueras, pero como no quisiste ahora tocará sacarte de por las malas- Dijo maliciosamente el hombre.
Tatsuya se dió cuenta de que era un sujeto peligroso y que no podría llegar a un acuerdo pacífico. La duda se fue de sus ojos reemplazándola por una mirada de determinación mientras llevaba su mano hacia el mango de su espada. El guardespaldas no retrocedió ante ese acto y parecía aún más decidido a degollarlo, se relamió el labio superior justo antes de agarrar carrerilla y saltar hacia Tatsuya con el impulso. El hombre colocó en vertical el filo de su arma y dió un tajo que debió haberle cortado muy profundo, pero para su sorpresa el arma no llegó a hacerle ningún rasguño al joven que simplemente se había quedado ahí parado.
"Hace rato que quería probar esto... Aunque no estoy muy seguro de querer usar el Kikai tan seguido, es un gasto un poco elevado de chakra"
Tras comprobar la utilidad de su jutsu Tatsuya tomó la espada envainada y golpeó en el estómago al guardaespaldas aprovechando que se había descubierto para luego propinarle una patada en el otro costado del torso que hizo al hombre retroceder y llevarse los brazos al estómago por el dolor provocado mientras emitía un quejido por el daño.
-No quiero pelear, pero si insisten no me dejan otra opción.-
-Muy bien, creo que debemos contarte el resto de la historia.- Anunció.
-Verás, cuando la escuela se encontraba en decadencia nuestro mestre decidió hipotecar este lugar para evitar cerrarlo y así talvez mantenerse durante un tiempo más y talvez así ganar tiempo para encontrar más alumnos- Un nuevo golpetazo la hizo asustarse y cortar, pero al tranquilizarse siguío narrando. -Sin embargo eso no ocurrió y tuvo que pedir un préstamo para pagar la hipoteca, endeudándose con alguien más.
-Nuestro carismático amigo Goru, a quién ya has tenido el disgusto de conocer- Dijo con tono de desagrado. -Goru obliga a la gente que le debe a realizar trabajos forzados para pagar los intereses de sus deudas, pero como sube las tasas más y más resulta imposible hacerlo.- Apretó los puños al pensar en el hombre del corbatín.
-El retiene a la gente en contra de su voluntad y se aprovecha para arrebatarles sus propiedades, así quedándose con los terrenos mientras usa a sus deudores como esclavos.- La chica juntó sus manos cerca de su pecho demostrando el pesar que sentía. -No quisimos dejar que el se saliera con la suya así que robamos los títulos de propiedad de la escuela.-
Mientras ellos se intercalaban en su narración Nonoha probablemente encontraría algunas pesas para ejercicios dentro de las cajas de cartón, además de cuerdas para saltar y demás objetos para gimnasia. En el suelo se podrían observar trozos de un espejo roto que antaño debió estar en el salón principal... El muchacho miró hacia arriba de la bodega y divisó las ventanas por las cuales podrían salir, pero dudaba que las cajas de cartón aguantaran el peso.
-Tsk, me gustaría darle su merecido a ese tipo y así dejar libre a nuestro mestre...- Pateó una caja del enojo. -...pero por ahora debemos encontrar la manera de salir de aquí con vida-
Mientras tanto Tatsuya no sabía lo que ocurría en ese lugar, sólo sabía que había dos matones intentando forzar una puerta y un sujeto de mala cara frente a él. No entendió a que cuento venía la pregunta que hizo el hombre del corbatín, ante lo cual se quedó pasmado sin saber que responder y sin saber que hacer. No tenía ninguna prueba de que estuvieran haciendo algo malo aunque su instinto le dijera que sí pasaba algo raro en ese lugar.
-¿No escuchaste lo que te dije?- Intentó amenazarlo. -Estás en propiedad privada ¡fuera de aquí!-
-Yo...- Dió un paso hacia atrás. -Discúlpeme, pero ando buscando a una niña de cabellos marrones y kimono rosa... Me dijeron que la vieron venir hasta aquí- Dijo un poco dudoso, en realidad le habían dicho que los jóvenes se la había llevado pero no quiso usar palabras inapropiadas pues desconfiaba del sujeto.
La expresión del hombre cambió al escucharlo y se tornó en una sonrisa maléfica, chasqueó los dedos de la mano derecha y entonces uno de sus secuaces dejó de intentar forzar la puerta para caminar lentamente con wakizashi en mano en dirección a donde se encontraba el genin de Taki con cara de pocos amigos.
-Te di la oportunidad para que te fueras, pero como no quisiste ahora tocará sacarte de por las malas- Dijo maliciosamente el hombre.
Tatsuya se dió cuenta de que era un sujeto peligroso y que no podría llegar a un acuerdo pacífico. La duda se fue de sus ojos reemplazándola por una mirada de determinación mientras llevaba su mano hacia el mango de su espada. El guardespaldas no retrocedió ante ese acto y parecía aún más decidido a degollarlo, se relamió el labio superior justo antes de agarrar carrerilla y saltar hacia Tatsuya con el impulso. El hombre colocó en vertical el filo de su arma y dió un tajo que debió haberle cortado muy profundo, pero para su sorpresa el arma no llegó a hacerle ningún rasguño al joven que simplemente se había quedado ahí parado.
"Hace rato que quería probar esto... Aunque no estoy muy seguro de querer usar el Kikai tan seguido, es un gasto un poco elevado de chakra"
Tras comprobar la utilidad de su jutsu Tatsuya tomó la espada envainada y golpeó en el estómago al guardaespaldas aprovechando que se había descubierto para luego propinarle una patada en el otro costado del torso que hizo al hombre retroceder y llevarse los brazos al estómago por el dolor provocado mientras emitía un quejido por el daño.
-No quiero pelear, pero si insisten no me dejan otra opción.-