14/05/2016, 23:17
Tras los gritos Tatsuya se levantó de puro susto de la cama y corrió rápidamente para ver que ocurría, aunque la carrera le hizo tropezarse y cayó rodando por las escaleras. Sin embargo no pensó en el dolor y se aventuró a las afueras para encontrarse con una muchedumbre rodeando a una mujer. No pasaron ni dos segundos cuando Mitsuki salió por la puerta exigiendo respuestas aunque los aldeanos parecían haber enmudecido ante ella, la kunoichi no estaba dispuesta a ceder y el de Taki vió como se abría paso hasta la aterrada mujer.
La mujer pareció palidecer ante aquella figura totalmente bañada en blanco, sumado al desconcierto de haber perdido a su hija lo único que salía de su boca eran palabras ininteligibles.
-Eeuuell bouskaaaaa- Pronunciaba mientras su llanto aumentaba al punto de opacar a la lluvia que aún caía.
Pronto la gente abrió paso a la sacerdotisa que llegó rauda y veloz, para alguien de su edad. Incluso un sorprendido Tatsuya pudo sentir como lo empujó por la espalda topando su hombro. La mujer iba con su cayado pero conservaba su soberbio semblante, además también estaba ahí el hombre barbudo de antes, el cual se acercó a la madre desconsolada y le cubrió con una manta para evitar que se resfriara. Entre tanto la mujer le dedicó una mirada severa a la kunoichi.
-Niña, de nada sirve que sepas donde está, no hay forma humanamente posible de que tú puedas pelear contra el youkai- La sacerdotisa dió tres golpes al suelo y el hombre se dispuso a levantar a la madre para llevársela. -Los niños se levantan y caminan sólos, guiados por la voluntad del espíritu- Ella esperaría entonces la respuesta de la Hyuga antes de continuar con su alegato.
-Entiendo que quieras ir a por la niña, pero es de noche y la tormenta podría regresar en cualquier momento, no...
-Sí Mitsuki-chan quiere ir yo la acompañaré- Interrumpió el Takanashi. -El bosque, el bosque en el centro del lago, ahí es a donde se los lleva, ¿no?- Miró a la miko esperando confirmación.
La mujer guardó silencio, y aquello fue más que suficiente para confirmar las sospechas de Tatsuya. El no recordaba haber visto ningún tipo de embarcación en la orilla que pudieran usar para ir al bosque, pero eso no iba a detenerlo "Si tengo que llegar hasta ahí caminando sobre el agua que así sea" Se ajustó el cinturon y miró a la kunoichi con determinación, estaba totalmente seguro de que ella no iba a renunciar a dejar sóla a la pequeña.
-Mitsuki-chan, cuando estés lista- Fue lo único que le dijo.
-Hagan lo que quieran...- Bufó la sacerdotisa.
La mujer pareció palidecer ante aquella figura totalmente bañada en blanco, sumado al desconcierto de haber perdido a su hija lo único que salía de su boca eran palabras ininteligibles.
-Eeuuell bouskaaaaa- Pronunciaba mientras su llanto aumentaba al punto de opacar a la lluvia que aún caía.
Pronto la gente abrió paso a la sacerdotisa que llegó rauda y veloz, para alguien de su edad. Incluso un sorprendido Tatsuya pudo sentir como lo empujó por la espalda topando su hombro. La mujer iba con su cayado pero conservaba su soberbio semblante, además también estaba ahí el hombre barbudo de antes, el cual se acercó a la madre desconsolada y le cubrió con una manta para evitar que se resfriara. Entre tanto la mujer le dedicó una mirada severa a la kunoichi.
-Niña, de nada sirve que sepas donde está, no hay forma humanamente posible de que tú puedas pelear contra el youkai- La sacerdotisa dió tres golpes al suelo y el hombre se dispuso a levantar a la madre para llevársela. -Los niños se levantan y caminan sólos, guiados por la voluntad del espíritu- Ella esperaría entonces la respuesta de la Hyuga antes de continuar con su alegato.
-Entiendo que quieras ir a por la niña, pero es de noche y la tormenta podría regresar en cualquier momento, no...
-Sí Mitsuki-chan quiere ir yo la acompañaré- Interrumpió el Takanashi. -El bosque, el bosque en el centro del lago, ahí es a donde se los lleva, ¿no?- Miró a la miko esperando confirmación.
La mujer guardó silencio, y aquello fue más que suficiente para confirmar las sospechas de Tatsuya. El no recordaba haber visto ningún tipo de embarcación en la orilla que pudieran usar para ir al bosque, pero eso no iba a detenerlo "Si tengo que llegar hasta ahí caminando sobre el agua que así sea" Se ajustó el cinturon y miró a la kunoichi con determinación, estaba totalmente seguro de que ella no iba a renunciar a dejar sóla a la pequeña.
-Mitsuki-chan, cuando estés lista- Fue lo único que le dijo.
-Hagan lo que quieran...- Bufó la sacerdotisa.