15/05/2016, 01:02
—¡¿Donde?!— reclamó la Hyuga de nuevo ante las inteligibles palabras de la madre.
Esa respuesta jamás se produciría pues la anciana hizo acto de presencia a sus espaldas. Mitsuki se giró indignada ante las palabras de la sacerdotisa. ¿Rendirse y dejar morir a aquella niña? Jamás fue lo que pensó mientras apretaba los puños y clavaba su mirada en la de la mujer que tenía frente a ella sostenida por su cayado.
—¡¿Y dejar que muera sin haberlo intentado siquiera?!— recriminó la peliblanca enfatizando con un ademán de su mano —¡No me importa quién o qué la tiene, solo he preguntado dónde está!— reclamó de nuevo la peliblanca sin ningún tiempo para tratar de convencer a aquella gente de que quizás había esperanzas. Ellos ya la habían perdido y no la recuperarían con sus palabras.
La anciana trato de disuadirla, pero por suerte Tastuya la cortó tajantemente dando en el clavo. La isla en mitad del lago, ¿como no se le había ocurrido? Allí es donde seguramente las lleva antes de ahogarlas.
—-Mitsuki-chan, cuando estés lista-—
—¡Vamos!— indicó la joven sin ningún tipo de ceremonía, no había ni un segundo que perder si querían tener la más mínima posibilidad de que aquella chiquilla volviese a ver a su madre.
La peliblanca se lanzó a toda velocidad en dirección al lago, no sabía muy bien que se encontraríian al llegar al lugar. Pero para ser sinceros tampoco le importaba demasiado, si estaban allí y era obra de Fuujin estaba segura de que encontraría la respuesta llegado el momento. Y si todo no era más que fruto de la casualidad... ¿qué importaba? Hasta que no tuviese delante a ese maldito Youkai no sabría si es real o no, si lo era ya pensaría en algo llegado el momento. Lo importante era la niña.
Esa respuesta jamás se produciría pues la anciana hizo acto de presencia a sus espaldas. Mitsuki se giró indignada ante las palabras de la sacerdotisa. ¿Rendirse y dejar morir a aquella niña? Jamás fue lo que pensó mientras apretaba los puños y clavaba su mirada en la de la mujer que tenía frente a ella sostenida por su cayado.
—¡¿Y dejar que muera sin haberlo intentado siquiera?!— recriminó la peliblanca enfatizando con un ademán de su mano —¡No me importa quién o qué la tiene, solo he preguntado dónde está!— reclamó de nuevo la peliblanca sin ningún tiempo para tratar de convencer a aquella gente de que quizás había esperanzas. Ellos ya la habían perdido y no la recuperarían con sus palabras.
La anciana trato de disuadirla, pero por suerte Tastuya la cortó tajantemente dando en el clavo. La isla en mitad del lago, ¿como no se le había ocurrido? Allí es donde seguramente las lleva antes de ahogarlas.
—-Mitsuki-chan, cuando estés lista-—
—¡Vamos!— indicó la joven sin ningún tipo de ceremonía, no había ni un segundo que perder si querían tener la más mínima posibilidad de que aquella chiquilla volviese a ver a su madre.
La peliblanca se lanzó a toda velocidad en dirección al lago, no sabía muy bien que se encontraríian al llegar al lugar. Pero para ser sinceros tampoco le importaba demasiado, si estaban allí y era obra de Fuujin estaba segura de que encontraría la respuesta llegado el momento. Y si todo no era más que fruto de la casualidad... ¿qué importaba? Hasta que no tuviese delante a ese maldito Youkai no sabría si es real o no, si lo era ya pensaría en algo llegado el momento. Lo importante era la niña.