17/05/2016, 07:01
Pero no, no pudo retirarse porque una mujer más que intimidante se interpuso en su camino soltando una parda de frases que en la cabeza de la rubia de Takigakure no tenían importancia. Por lo menos hasta que se vio obligada a frenarse para no chocar.
Siendo realistas le sonaba muy raro el tono que había utilizado, en especial ante la oferta de jugar a algo aunque por mucho que lo pensase, Noemi no se veía capaz de decirle nada en contra. ~¿Si no puedo con mi madre como haría con esta...? ~Pensaba la mayor de las kunoichis mientras lentamente la mueca de su rostro se iba transformando como si estuviese frente a un fantasma.
—¿Jugar...? Lo hizo sonar demasiado… Raro… —Cuestionó con tonito tembloroso, siendo que ni siquiera estaba segura de si se había aferrado de la idea correcta a la idea de intentar zafarse de aquello y para colmo Noemi al menos no podía ver lo que Eri hacía pero bien que un poco de ayuda la agradecería.
De todas formas, con o sin respuesta Noemi retrocedió un poco y también buscó un poco a cada lado. ~Kuro… ¿Dónde estás...? ~Se preguntaba la chica que buscaba casi con desesperación al chico.
Definitivamente Noemi Sakamoto no estaba hecha para este tipo de trabajos y ahora era cuando se le notaba el temblor de sus piernas. Para colmo aquel al que había ayudado ni siquiera daba señales de andar por allí así que en cierta forma también se estaba enojando, aunque el miedo a la mujer la superaba. —¿Eri...? —Soltó temblorosa tratando de localizarla.
Siendo realistas le sonaba muy raro el tono que había utilizado, en especial ante la oferta de jugar a algo aunque por mucho que lo pensase, Noemi no se veía capaz de decirle nada en contra. ~¿Si no puedo con mi madre como haría con esta...? ~Pensaba la mayor de las kunoichis mientras lentamente la mueca de su rostro se iba transformando como si estuviese frente a un fantasma.
—¿Jugar...? Lo hizo sonar demasiado… Raro… —Cuestionó con tonito tembloroso, siendo que ni siquiera estaba segura de si se había aferrado de la idea correcta a la idea de intentar zafarse de aquello y para colmo Noemi al menos no podía ver lo que Eri hacía pero bien que un poco de ayuda la agradecería.
De todas formas, con o sin respuesta Noemi retrocedió un poco y también buscó un poco a cada lado. ~Kuro… ¿Dónde estás...? ~Se preguntaba la chica que buscaba casi con desesperación al chico.
Definitivamente Noemi Sakamoto no estaba hecha para este tipo de trabajos y ahora era cuando se le notaba el temblor de sus piernas. Para colmo aquel al que había ayudado ni siquiera daba señales de andar por allí así que en cierta forma también se estaba enojando, aunque el miedo a la mujer la superaba. —¿Eri...? —Soltó temblorosa tratando de localizarla.