22/05/2016, 00:33
—Creo que viene del bosque— No estaba muy seguro de ello, pero era el lugar único lugar que tenían cerca.
En condiciones normales lo lógico hubiese sido alejarse sabiendo que algo andaba mal, lastimosamente el origen de ese sonido era justamente el lugar a donde se dirigían. Tatsuya tragó un poco de saliva y desaceleró un poco el paso para estar a lado de la kunoichi y no perderla de vista entra la niebla.
—No te alejes de mí— Casi inconscientemente, estiró el brazo con lentitud buscando la mano de la kunoichi. —No sé que pueda pasar cuando lleguemos a la otra orilla— Ya ni siquiera estaba seguro de encontrar la orilla.
La isla ya no era visible debido a la espesa niebla, sólo les quedaba avanzar en línea recta hacia el frente donde la vieron por última vez. Paso a paso seguían caminando, y contrario a lo esperado el llanto junto a las campanillas fueron menguando mientras más se acercaban. En un último momento, cuando sus piernas ya no tenían más fuerzas pudo divisar los lindes del bosque, miró a Mitsuki con una sonrisa de esperanza instándole con ella a realizar un último esfuerzo para llegar hasta allí.
"Por fin"
Corrió lo más rápido posible con tal de llegar a la orilla. La lluvia fue cesando, la niebla se estaba disipando y los sonidos desaparecieron. Por fin estaban en tierra firme, Tatsuya se dejaría caer de rodillas y sentarse sobre sus piernas, aunque sus guanteletas le cubrían buena parte de sus manos era obvio que el frío se habia dejado sentir en sus dedos. Se las quitó debido a que estaban mojadas y trató de sacudirse un poco la cabeza.
—¿Te encuentras bien?— Preguntó preocupado. —¿Hay algo que pueda hacer por tí?— De ser así esperaba que se lo dijese, porque a el no se le ocurria una manera de ayudarla.
Ahora se encontraban rodeados de una atmósfera de oscuridad y silencio donde el único sonido que interrumpía el silencio era el de algunas gotas deslizándose y cayendo entre las hojas. La densa niebla se mantenía alrededor del lugar pero no penetraba en el bosque, aunque no por eso era un lugar menos aterrador. El frió permanecía y las sombras de los árboles provocaban que fuera prácticamente imposible ver algo.
—No se cómo vamos a encontrar a la niña sin perdernos nosotros— No queria sonar pesimista,.pero tampoco podía negar su inquietud. —No podemos adentrarnos así sin más, sería buscar una aguja en un pajar— Apretó los puños por frustración. —Parece ser que es nuestra única opción— Registrar de arriba a abajo el tétrico bosque podria parecer una locura, pero era lo que había.
En condiciones normales lo lógico hubiese sido alejarse sabiendo que algo andaba mal, lastimosamente el origen de ese sonido era justamente el lugar a donde se dirigían. Tatsuya tragó un poco de saliva y desaceleró un poco el paso para estar a lado de la kunoichi y no perderla de vista entra la niebla.
—No te alejes de mí— Casi inconscientemente, estiró el brazo con lentitud buscando la mano de la kunoichi. —No sé que pueda pasar cuando lleguemos a la otra orilla— Ya ni siquiera estaba seguro de encontrar la orilla.
La isla ya no era visible debido a la espesa niebla, sólo les quedaba avanzar en línea recta hacia el frente donde la vieron por última vez. Paso a paso seguían caminando, y contrario a lo esperado el llanto junto a las campanillas fueron menguando mientras más se acercaban. En un último momento, cuando sus piernas ya no tenían más fuerzas pudo divisar los lindes del bosque, miró a Mitsuki con una sonrisa de esperanza instándole con ella a realizar un último esfuerzo para llegar hasta allí.
"Por fin"
Corrió lo más rápido posible con tal de llegar a la orilla. La lluvia fue cesando, la niebla se estaba disipando y los sonidos desaparecieron. Por fin estaban en tierra firme, Tatsuya se dejaría caer de rodillas y sentarse sobre sus piernas, aunque sus guanteletas le cubrían buena parte de sus manos era obvio que el frío se habia dejado sentir en sus dedos. Se las quitó debido a que estaban mojadas y trató de sacudirse un poco la cabeza.
—¿Te encuentras bien?— Preguntó preocupado. —¿Hay algo que pueda hacer por tí?— De ser así esperaba que se lo dijese, porque a el no se le ocurria una manera de ayudarla.
Ahora se encontraban rodeados de una atmósfera de oscuridad y silencio donde el único sonido que interrumpía el silencio era el de algunas gotas deslizándose y cayendo entre las hojas. La densa niebla se mantenía alrededor del lugar pero no penetraba en el bosque, aunque no por eso era un lugar menos aterrador. El frió permanecía y las sombras de los árboles provocaban que fuera prácticamente imposible ver algo.
—No se cómo vamos a encontrar a la niña sin perdernos nosotros— No queria sonar pesimista,.pero tampoco podía negar su inquietud. —No podemos adentrarnos así sin más, sería buscar una aguja en un pajar— Apretó los puños por frustración. —Parece ser que es nuestra única opción— Registrar de arriba a abajo el tétrico bosque podria parecer una locura, pero era lo que había.