24/05/2016, 05:46
- Entonces… ¿Os quedáis? -
Con solo sentir el tacto de la fémina contra sus hombros Noemi experimentó una especie de escalofrío sepulcral y poco después fue liberada por una pequeña mano que le tironeó sacándola de ese pequeño trance.
—Pero… ¿En serio? —Estaba algo pálida cuando preguntó aquello, a saber si era por lo que le proponía la mayor de las mujeres o por lo que Eri le acababa de decirle. Solo la rubia lo sabría.
De cualquier manera, ahora mismo no lograba analizar nada, simplemente se mostraba estupefacta por lo que estaba ocurriendo a su alrededor y su mirada poco a poco fue perdiendo el brillo, no porque haya muerto si no porque sus neuronas dejaron de congeniar mutuamente.
El comentario de Kuro tampoco le ayudó en lo más mínimo. [sub]-Hey, es cierto, venga, juguemos juntos mientras Eri-chan toma su batido. -[/color]Decía el moreno, aunque Noemi no reaccionaba, simplemente le dedicó una mirada un tanto vacía pero no soltó ni un simple sonidito. A final de cuentas parecía que no se libraría y se vería obligada a jugar aunque como una muñeca de trapo en estos instantes.
Finalmente la cuarentona cayó en cuenta de la ausencia del anciano y luego de un rato se esfumó, llevándoselo con ella a seguramente alguna habitación y dicho sea de paso el moreno aprovechó para darles algunas instrucciones a las kunoichis.
—Ah… —Soltó como un simple zombie la Senju mientras desviaba levemente la mirada a un lado donde estaba el cadáver del bandido con su respectivo charco de sangre pero a nadie parecía importarle así que simplemente siguió desviando sus ojos hasta la silla más próxima donde se sentó en absoluto silencio.
Así estuvo un buen rato, mirando en dirección a una de las ventanas más próximas hasta que al fin se dignó a hablar con Kuro con la esperanza de que la otra mujer no la escuchase. —¿Será por mucho tiempo...? —No quería pasarse el resto del día allí dentro.
Con solo sentir el tacto de la fémina contra sus hombros Noemi experimentó una especie de escalofrío sepulcral y poco después fue liberada por una pequeña mano que le tironeó sacándola de ese pequeño trance.
—Pero… ¿En serio? —Estaba algo pálida cuando preguntó aquello, a saber si era por lo que le proponía la mayor de las mujeres o por lo que Eri le acababa de decirle. Solo la rubia lo sabría.
De cualquier manera, ahora mismo no lograba analizar nada, simplemente se mostraba estupefacta por lo que estaba ocurriendo a su alrededor y su mirada poco a poco fue perdiendo el brillo, no porque haya muerto si no porque sus neuronas dejaron de congeniar mutuamente.
El comentario de Kuro tampoco le ayudó en lo más mínimo. [sub]-Hey, es cierto, venga, juguemos juntos mientras Eri-chan toma su batido. -[/color]Decía el moreno, aunque Noemi no reaccionaba, simplemente le dedicó una mirada un tanto vacía pero no soltó ni un simple sonidito. A final de cuentas parecía que no se libraría y se vería obligada a jugar aunque como una muñeca de trapo en estos instantes.
Finalmente la cuarentona cayó en cuenta de la ausencia del anciano y luego de un rato se esfumó, llevándoselo con ella a seguramente alguna habitación y dicho sea de paso el moreno aprovechó para darles algunas instrucciones a las kunoichis.
—Ah… —Soltó como un simple zombie la Senju mientras desviaba levemente la mirada a un lado donde estaba el cadáver del bandido con su respectivo charco de sangre pero a nadie parecía importarle así que simplemente siguió desviando sus ojos hasta la silla más próxima donde se sentó en absoluto silencio.
Así estuvo un buen rato, mirando en dirección a una de las ventanas más próximas hasta que al fin se dignó a hablar con Kuro con la esperanza de que la otra mujer no la escuchase. —¿Será por mucho tiempo...? —No quería pasarse el resto del día allí dentro.