27/05/2016, 00:24
—Creo que viene del bosque—
Las palabras de Tatsuya resonaron en el silencio, acomañadas por un débil y lejano eco. La Hyuga no pudo evitar tragar saliva, la tensión podía cortarse con kunai. Ninguno de los dos chicos sabía que se encontrarían al llegar a la orilla, pero allí estaban. Avanzaban entre la niebla, nerviosos y llenos de dudas.
—No te alejes de mí—
Mitsuki agarró la mano tendida por su compañero, como un naufrago agarraría una tabla.
—No sé que puede pasar cuando lleguemos a la otra orilla—
—Eso no importa ahora— respondío la joven —Centrémonos en llegar— la de Kusabi tenía claro que si comenzaban a pensar en cosas que podrían pasar, no saldría nada bueno
Tras unos minutso eternos, sus pasos les permitieron comenzar a observar la orilla. El llanto y las campanillas parecían haber cesado, aquello pareció animar a Tatusya que con una sorinsa la invitó a un último esfuerzo.
Corrieron como nunca antes habían corrido y en apenas un instante sus pies ya pisaban la húmeda tierra de la ansiada orilla.
Exhausto, el de ojos dispares, se dejó caer sobre sus piernas agotado. Mitsuki hizo lo propio, doblandose una vez más para tratar de recuperar el aliento, apoyando sus manos sobre sus muslos. El esfuerzo de cruzar el lago, sumado a aquel frío que parecía robarles las fuerzas les había dejado al borde de su límite y sin embargo, apenas habían comenzado la terea que les había hecho llegar hasta allí.
—No te preocupes por mí, estoy bien— la joven retomó la verticalidad con un poco de dificultad, mientras trataba de controlar la respiración —¿Tú te encuentras bien?— devolvió la pregunta mientras dedicaba una mirada a los alrededores, buscando una pista de por donde empezar.
Mitsuki escuchó con atención a su compañero mientras observaba con cuidado los amenazantes árboles que se disponían frente a ellos, casi como si tratasen de impedirles pasar
—Tienes razón, es nuestra única opción...— convinó la joven mientras comenzaba a caminar hacia el interior del bosque —Sea lo que sea lo que retiene a la niña esta en el interior de este bosque...— Mitsuki tratataba de reunir todo su valor cada vez que daba un paso hacia delante, no podía permitirse que el miedo la dominase ahora
Las palabras de Tatsuya resonaron en el silencio, acomañadas por un débil y lejano eco. La Hyuga no pudo evitar tragar saliva, la tensión podía cortarse con kunai. Ninguno de los dos chicos sabía que se encontrarían al llegar a la orilla, pero allí estaban. Avanzaban entre la niebla, nerviosos y llenos de dudas.
—No te alejes de mí—
Mitsuki agarró la mano tendida por su compañero, como un naufrago agarraría una tabla.
—No sé que puede pasar cuando lleguemos a la otra orilla—
—Eso no importa ahora— respondío la joven —Centrémonos en llegar— la de Kusabi tenía claro que si comenzaban a pensar en cosas que podrían pasar, no saldría nada bueno
Tras unos minutso eternos, sus pasos les permitieron comenzar a observar la orilla. El llanto y las campanillas parecían haber cesado, aquello pareció animar a Tatusya que con una sorinsa la invitó a un último esfuerzo.
Corrieron como nunca antes habían corrido y en apenas un instante sus pies ya pisaban la húmeda tierra de la ansiada orilla.
Exhausto, el de ojos dispares, se dejó caer sobre sus piernas agotado. Mitsuki hizo lo propio, doblandose una vez más para tratar de recuperar el aliento, apoyando sus manos sobre sus muslos. El esfuerzo de cruzar el lago, sumado a aquel frío que parecía robarles las fuerzas les había dejado al borde de su límite y sin embargo, apenas habían comenzado la terea que les había hecho llegar hasta allí.
—No te preocupes por mí, estoy bien— la joven retomó la verticalidad con un poco de dificultad, mientras trataba de controlar la respiración —¿Tú te encuentras bien?— devolvió la pregunta mientras dedicaba una mirada a los alrededores, buscando una pista de por donde empezar.
Mitsuki escuchó con atención a su compañero mientras observaba con cuidado los amenazantes árboles que se disponían frente a ellos, casi como si tratasen de impedirles pasar
—Tienes razón, es nuestra única opción...— convinó la joven mientras comenzaba a caminar hacia el interior del bosque —Sea lo que sea lo que retiene a la niña esta en el interior de este bosque...— Mitsuki tratataba de reunir todo su valor cada vez que daba un paso hacia delante, no podía permitirse que el miedo la dominase ahora