27/05/2016, 01:26
Escuchó unos pasos acercarse a él, estaba pensado en la escena que se iba a armar: Datsue se acercaría, talvez patearía tierra en su cara o haría alguna burla al respecto. Pero contrario a todas sus predicciones el Uchiha decidió ayudarlo, el Takanashi siendo relativamente alto tenía un peso considerable, se sorprendió de que siquiera pudiera levantarlo. Tatsuya hizo su esfuerzo por andar y así no hacer cargar tanto al chico del moño, aunque seguía sorprendido por su forma de actuar.
Mientras andaban un poco de aguanieve empezó a caer, era de esa que a la mañana siguiente ya se habría derretido. Entre tanto el espadachín no dijo nada. Jadeaba un poco, pero aún asi se las arreglaba para medio andar. Se estaba cuestionando sí realmente podía confiar en su compañero de aldea, en condiciones normales no dudaría de él, pero tras lo ocurrido se lo estaba replanteando.
Por otra parte, sentía culpa. Generalmente se exalta mucho (por no decir demasaido) cuando alguien lo trata mal y eso le acarrea problemas. En esta ocasión se había enojado y terminó con la dignidad herida, y, creyendo que si ganaba el combate la recuperaría, se lanzó por capricho a pelear. Siempre había creído que perdonar era más fácil que pedir perdón, pero ahora se estaba dando cuenta que tragarse su arrogancia era más difícil de lo que le había parecido hasta entonces. Ya casi estaban por salir del bosque de bambú, y el atardecer en el horizonte despedía al sol.
—Lo lamento— Eso era lo que había querido decir desde un principio.
No esperaba que Datsue lo perdonase, ni que le entendiera. Pero quería decirlo de todos modos.
Tras salir del bosque verían el empedrado ahora cubierto de color blanco, y cerca del arco torii al ayudante del monje, con cara de pocos amigos. Seguramente el anciano lo mandó para esperar a los dos shinobis debido a la tardanza y tendría mal genio por ello. Al ver a los dos shinobis puso cara de sorpresa, pero en vez de hablar empezó a hacer extrañas señas con las manos, era mudo. Preguntaba lo que había ocurrido pero difícilmente se le entendería.
—Llegamos ¿eh?— Afirmó el espadachín con un tono mezcla de alivio y pesar.
Tatsuya ya no daba más, la fiebre era bastante alta, y pronto el Uchiha sentiría como su compañero se desvanecía, desmayándose poco antes de llegar al arco.
Mientras andaban un poco de aguanieve empezó a caer, era de esa que a la mañana siguiente ya se habría derretido. Entre tanto el espadachín no dijo nada. Jadeaba un poco, pero aún asi se las arreglaba para medio andar. Se estaba cuestionando sí realmente podía confiar en su compañero de aldea, en condiciones normales no dudaría de él, pero tras lo ocurrido se lo estaba replanteando.
Por otra parte, sentía culpa. Generalmente se exalta mucho (por no decir demasaido) cuando alguien lo trata mal y eso le acarrea problemas. En esta ocasión se había enojado y terminó con la dignidad herida, y, creyendo que si ganaba el combate la recuperaría, se lanzó por capricho a pelear. Siempre había creído que perdonar era más fácil que pedir perdón, pero ahora se estaba dando cuenta que tragarse su arrogancia era más difícil de lo que le había parecido hasta entonces. Ya casi estaban por salir del bosque de bambú, y el atardecer en el horizonte despedía al sol.
—Lo lamento— Eso era lo que había querido decir desde un principio.
No esperaba que Datsue lo perdonase, ni que le entendiera. Pero quería decirlo de todos modos.
Tras salir del bosque verían el empedrado ahora cubierto de color blanco, y cerca del arco torii al ayudante del monje, con cara de pocos amigos. Seguramente el anciano lo mandó para esperar a los dos shinobis debido a la tardanza y tendría mal genio por ello. Al ver a los dos shinobis puso cara de sorpresa, pero en vez de hablar empezó a hacer extrañas señas con las manos, era mudo. Preguntaba lo que había ocurrido pero difícilmente se le entendería.
—Llegamos ¿eh?— Afirmó el espadachín con un tono mezcla de alivio y pesar.
Tatsuya ya no daba más, la fiebre era bastante alta, y pronto el Uchiha sentiría como su compañero se desvanecía, desmayándose poco antes de llegar al arco.