27/05/2016, 02:16
(Última modificación: 27/05/2016, 02:16 por Uchiha Datsue.)
Datsue no tardó en jadear y sudar, mientras las piernas y el hombro derecho comenzaban a arderle por el esfuerzo. Eso de hacerse el fortachón tenía sus consecuencias. Fuah, pero… ¡¿cuánto pesa este tío?! Aunque la verdad, es normal que me canse, he caminado un buen trecho... En realidad, no había recorrido ni veinte metros.
No tuvo más remedio que volver a dejarlo en el suelo. De haber tratado de dar un paso más, se le hubiese caído. Joder, no si al final Anzu tenía razón y todo. Estoy hecho un tirillas. Tendré que hacerme una rutina de flexiones a la vuelta, y de paso unos abdominales también. A ver si se me marcan, que seguro que a Noemi le encantan.
Visto que no podía cargar con él a lo bruto, se pasó un brazo de Tatsuya por los hombros y se irguió, dejando que su compañero caminase también junto a él, sujetándole el brazo con una mano y rodeándole la cintura con la otra. Poco a poco, dejaron los árboles atrás y se encontraron con el camino empedrado, con el arco torii en lo alto. A Datsue le pareció que estaba lejísimos.
—Lo lamento.
Datsue alzó una ceja, sorprendido por la disculpa.
—Lo sé, socio, lo sé. —Últimamente repetía mucho la palabra socio. El tiempo que había pasado con Anzu le había dejado mella, aunque sólo fuese por contagiarle aquella maldita palabra.
Tras la entrada, el joven que había acompañado al anciano les hacía señas. Datsue no entendía nada, así que optó por no hacerle caso hasta llegar junto a él. Ya le diría lo que tuviese que decirle.
—Llegamos ¿eh?
Datsue asintió, aliviado. Sin embargo, poco a poco los pasos de Tatsuya fueron perdiendo fuerza. Datsue lo notó al resultarle cada vez más pesado. Finalmente, los pies del shinobi terminaron por arrastrarse sobre el suelo.
—Yo también lo lamento —dijo, tras asegurarse que estaba inconsciente. Después de todo, tenía una reputación que mantener—. ¡Lamento que peses tanto!
Miró al chico, que estaba a poca distancia de él.
—¿¡Quieres ayudarme a cargarlo!? —preguntó, con voz estridente—. Llévame junto al viejo. ¡O mejor, junto a un médico! ¡Vamos!
No tuvo más remedio que volver a dejarlo en el suelo. De haber tratado de dar un paso más, se le hubiese caído. Joder, no si al final Anzu tenía razón y todo. Estoy hecho un tirillas. Tendré que hacerme una rutina de flexiones a la vuelta, y de paso unos abdominales también. A ver si se me marcan, que seguro que a Noemi le encantan.
Visto que no podía cargar con él a lo bruto, se pasó un brazo de Tatsuya por los hombros y se irguió, dejando que su compañero caminase también junto a él, sujetándole el brazo con una mano y rodeándole la cintura con la otra. Poco a poco, dejaron los árboles atrás y se encontraron con el camino empedrado, con el arco torii en lo alto. A Datsue le pareció que estaba lejísimos.
—Lo lamento.
Datsue alzó una ceja, sorprendido por la disculpa.
—Lo sé, socio, lo sé. —Últimamente repetía mucho la palabra socio. El tiempo que había pasado con Anzu le había dejado mella, aunque sólo fuese por contagiarle aquella maldita palabra.
Tras la entrada, el joven que había acompañado al anciano les hacía señas. Datsue no entendía nada, así que optó por no hacerle caso hasta llegar junto a él. Ya le diría lo que tuviese que decirle.
—Llegamos ¿eh?
Datsue asintió, aliviado. Sin embargo, poco a poco los pasos de Tatsuya fueron perdiendo fuerza. Datsue lo notó al resultarle cada vez más pesado. Finalmente, los pies del shinobi terminaron por arrastrarse sobre el suelo.
—Yo también lo lamento —dijo, tras asegurarse que estaba inconsciente. Después de todo, tenía una reputación que mantener—. ¡Lamento que peses tanto!
Miró al chico, que estaba a poca distancia de él.
—¿¡Quieres ayudarme a cargarlo!? —preguntó, con voz estridente—. Llévame junto al viejo. ¡O mejor, junto a un médico! ¡Vamos!
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado