27/05/2016, 19:04
—Uf, no lo creo— Afirmó. —Ahora que recuerdo, los ojos de ese muchacho se me hacen familiares— Se quitó los lentes y los colocó en la mesilla. —Sí la memoria no me falla, hace ya varios años su padre lo trajo aquí una vez porque se peleó con otro niño y le dieron una paliza monumental— Tomó la toalla y se limpió la frente. —En aquel entonces era un crío serio pero que a la mínima se ponía sentimental, además que no toleraba bien los golpes. Sí sigue siendo el mismo probablemente no se recupere del todo sino hasta mañana.
Así que sentimental, ¿eh?
—No lo es —afirmó el Uchiha, como si conociese a Tatsuya de toda la vida—. Antes de que anochezca estará en pie, ya lo verá…
De pronto, alguien entró en el local. El muchacho de cabellos marrones fue atropellado por el anciano, literalmente, y hasta fue usado como una alfombra, soportando el peso del viejo en su espalda.
Un caballero hubiese hecho algo al respecto. Un samurái hubiese intercedido por el débil, en contra del abusador. Al parecer, en aquella sala no había ni una cosa ni otra.
—¡Tú grandísimo indio!— Dijo acusadoramente al Uchiha. —¡Les dije que volvieran rápido! ¡Y miren a la hora que vienen!
¿Indio? ¿Qué coño es eso? ¿Un insulto? El anciano se bajó de la espalda de Hidetaka y caminó hacia Datsue.
—No sólo regresaron tarde sino que no trajeron al supuesto panda— El bigote danzaba con cada palabra —¡Y para colmo resulta que uno de los dos terminó herido quién sabe cómo!
Datsue arrugó la cara. No le gustaba que le gritasen. Le producía daño en los oídos y le molestaba. Quizá fuera por orgullo. En ese momento, intervino el doctor, aunque sus palabras no fueron tomadas muy en cuenta por Ikki, que así parecía llamarse el anciano. No le extrañaba. Él tampoco sabía a qué venía recordar viejos tiempos.
—No pienso dejarles pasar su incompetencia, mandaré a traer a otros ninja para que cumplan el trabajo, porque ustedes dos se ve que son un par de inútiles.
Datsue resopló.
—Yo sólo quería avisar que...
—Vamos a ver, Ikki —dijo, interrumpiendo él también al doctor—. Si quiere llamar a otros ninjas, está en su derecho. Pero pensé que tenía usted prisa —le recordó—. Se tarda un día completo llegar hasta la Villa. Después tienen que revisar la petición, categorizarla como una misión de rango D, elegir a los nuevos shinobis y mandarles aviso… Total, que se pierde otro día, como mínimo. Y después los shinobis tienen que llegar hasta aquí. —Alzó las cejas—. Usted verá. Pero échele cuatro días, mínimo. Y cuando lleguen, a saber a dónde se han ido los osos, si es que todavía están vivos… Porque el osezno que se nos escapó no tenía pinta de aguantar tantos días sin comer. Aunque eso lo sabrá usted mejor que yo —remató.
El Uchiha se cruzó de brazos, a la espera de la decisión final. Como después de todo me vaya de aquí con las manos vacías... ¡Seré yo quien me haga el harakiri!
Así que sentimental, ¿eh?
—No lo es —afirmó el Uchiha, como si conociese a Tatsuya de toda la vida—. Antes de que anochezca estará en pie, ya lo verá…
De pronto, alguien entró en el local. El muchacho de cabellos marrones fue atropellado por el anciano, literalmente, y hasta fue usado como una alfombra, soportando el peso del viejo en su espalda.
Un caballero hubiese hecho algo al respecto. Un samurái hubiese intercedido por el débil, en contra del abusador. Al parecer, en aquella sala no había ni una cosa ni otra.
—¡Tú grandísimo indio!— Dijo acusadoramente al Uchiha. —¡Les dije que volvieran rápido! ¡Y miren a la hora que vienen!
¿Indio? ¿Qué coño es eso? ¿Un insulto? El anciano se bajó de la espalda de Hidetaka y caminó hacia Datsue.
—No sólo regresaron tarde sino que no trajeron al supuesto panda— El bigote danzaba con cada palabra —¡Y para colmo resulta que uno de los dos terminó herido quién sabe cómo!
Datsue arrugó la cara. No le gustaba que le gritasen. Le producía daño en los oídos y le molestaba. Quizá fuera por orgullo. En ese momento, intervino el doctor, aunque sus palabras no fueron tomadas muy en cuenta por Ikki, que así parecía llamarse el anciano. No le extrañaba. Él tampoco sabía a qué venía recordar viejos tiempos.
—No pienso dejarles pasar su incompetencia, mandaré a traer a otros ninja para que cumplan el trabajo, porque ustedes dos se ve que son un par de inútiles.
Datsue resopló.
—Yo sólo quería avisar que...
—Vamos a ver, Ikki —dijo, interrumpiendo él también al doctor—. Si quiere llamar a otros ninjas, está en su derecho. Pero pensé que tenía usted prisa —le recordó—. Se tarda un día completo llegar hasta la Villa. Después tienen que revisar la petición, categorizarla como una misión de rango D, elegir a los nuevos shinobis y mandarles aviso… Total, que se pierde otro día, como mínimo. Y después los shinobis tienen que llegar hasta aquí. —Alzó las cejas—. Usted verá. Pero échele cuatro días, mínimo. Y cuando lleguen, a saber a dónde se han ido los osos, si es que todavía están vivos… Porque el osezno que se nos escapó no tenía pinta de aguantar tantos días sin comer. Aunque eso lo sabrá usted mejor que yo —remató.
El Uchiha se cruzó de brazos, a la espera de la decisión final. Como después de todo me vaya de aquí con las manos vacías... ¡Seré yo quien me haga el harakiri!
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado