27/05/2016, 22:28
—Ikki...— Dijo el médico alzando la mano.
—¡Pues claro que tengo prisa!— Ignoró por completo al de barba larga —¡Por eso mismo les dije que actuaran rápido!— Dijo levantando los dos brazos.
El monje entonces dejó de ver a Datsue y se puso a caminar alrdedor de la habitación con los brazos cruzados, pasando por encima de Hidetaka varias veces. Ahí seguía dando vueltas mientras hablaba.
—Los pandas se mantienen en tierras bajas durante el invierno, así que no se van a alejar demasiado— Dijo con seguridad. —No tienen prácticamente ningún depredador, es raro que los felinos se adentren en los bosques de bambú, así que eso queda descartado—
—Ikki...—
El médico seguía insistiendo pero el encargado seguía sin prestarle atención, entre tanto Hidetaka parecía haberse resignado a ser parte de la decoración del sitio. El monje caminó de vuelta entonces hacia Datsue y se paró ante él tan firme como su joroba se lo permitía.
—Además es un bosque de bambú, ¿cómo rayos iban a pasar hambre?— Dijo molesto —Mi prisa era por reabrir las atracciones pronto, pero no planeo confiarle esa labor a un par de intentos de ninja que no pueden acatar la más simple de las órdenes— Bufó —Esta misma noche mandaré un mensajero y...—
—Ikki...—
—¿¡QUÉ MIERDAS QUIERES JARO!?— Volteó furioso a verlo.
—El herido es el hijo de Tenma— Dijo con simpleza.
La cara del monje palideció al escuchar eso, hasta su bigote parecío desfallecer. Dejó caer sus brazos, que quedaron colgando como ropa tendida, caminó entonces hacia la puerta rodeando milograsomente a Hidetaka y entonces golpeó su cabeza contra la pared un par de veces. Tras lo cual abrió la boca.
—Mañana les daré las indicaciones de la misión— Admitió con voz de resignación.
Tras el brusco cambio de opinión, cruzó el portal y se fue cabizbajo. Hidetaka se levantó del suelo e hizo algunos ademanes a al médico y a Datsue antes de irse por el mismo rumbo. Dejando sólos al genin y al anciano de la barba larga.
—¡Pues claro que tengo prisa!— Ignoró por completo al de barba larga —¡Por eso mismo les dije que actuaran rápido!— Dijo levantando los dos brazos.
El monje entonces dejó de ver a Datsue y se puso a caminar alrdedor de la habitación con los brazos cruzados, pasando por encima de Hidetaka varias veces. Ahí seguía dando vueltas mientras hablaba.
—Los pandas se mantienen en tierras bajas durante el invierno, así que no se van a alejar demasiado— Dijo con seguridad. —No tienen prácticamente ningún depredador, es raro que los felinos se adentren en los bosques de bambú, así que eso queda descartado—
—Ikki...—
El médico seguía insistiendo pero el encargado seguía sin prestarle atención, entre tanto Hidetaka parecía haberse resignado a ser parte de la decoración del sitio. El monje caminó de vuelta entonces hacia Datsue y se paró ante él tan firme como su joroba se lo permitía.
—Además es un bosque de bambú, ¿cómo rayos iban a pasar hambre?— Dijo molesto —Mi prisa era por reabrir las atracciones pronto, pero no planeo confiarle esa labor a un par de intentos de ninja que no pueden acatar la más simple de las órdenes— Bufó —Esta misma noche mandaré un mensajero y...—
—Ikki...—
—¿¡QUÉ MIERDAS QUIERES JARO!?— Volteó furioso a verlo.
—El herido es el hijo de Tenma— Dijo con simpleza.
La cara del monje palideció al escuchar eso, hasta su bigote parecío desfallecer. Dejó caer sus brazos, que quedaron colgando como ropa tendida, caminó entonces hacia la puerta rodeando milograsomente a Hidetaka y entonces golpeó su cabeza contra la pared un par de veces. Tras lo cual abrió la boca.
—Mañana les daré las indicaciones de la misión— Admitió con voz de resignación.
Tras el brusco cambio de opinión, cruzó el portal y se fue cabizbajo. Hidetaka se levantó del suelo e hizo algunos ademanes a al médico y a Datsue antes de irse por el mismo rumbo. Dejando sólos al genin y al anciano de la barba larga.