28/05/2016, 01:50
—¿Ganduque? No conozco esa palabra, ¿no puedes hablar como la gente normal?—
—Oh, perdona. Pensé que aquí el chico, que anda llamando niño a sus compañeros e iguales y debe sentirse muy mayor por ello, conocería una palabra tan básica —dijo, sarcástico—. A partir de ahora te hablaré como a un crío de cinco años, entonces —decidió, y le sacó la lengua, divertido. Luego se llevó otro trozo de chocolate a la boca.
Tatsuya se irguió de repente. Parecía preocupado, como si hubiese perdido algo muy importante. Sus ojos parecieron buscarlo como loco, hasta fijar la mirada en una katana tirada junto al suelto. Pegó tal brinco para aterrizar junto a ella que nadie juraría que estaba tan herido como para quedar inconsciente horas antes.
—Vaya, vaya... Ya sabía yo que tenías mucho cuento. Porque para tener la espalda tan mal, menudo salto acabas de pegar... —se quejó, aunque sin mucha vehemencia. A aquellas alturas, lo hacía más por molestarle que por verdadero enfado.
—¿Que pasó con el cliente y con la misión?— se interesó Tatsuya segundos después—. ¿Que te dijo?
Datsue resopló.
—Pues ya te lo imaginarás... No muy contento, Tatsuya, no muy contento. Eso de dejar escapar al osezno fue una cagada… Pero tranquilo, no te delaté. —Rápidamente negó con la cabeza y la mano, efusivamente—. Y no, no me lo agradezcas. ¡Insisto! Lo hubiese hecho por cualquier compañero —aseguró, con voz estoica. Con voz exageradamente estoica—. Total, que mañana por la mañana tenemos que visitarle antes de empezar con la misión.
»Pero antes tenemos que hablar de algo —añadió, sombrío—. Se trata de tu padre.
—Oh, perdona. Pensé que aquí el chico, que anda llamando niño a sus compañeros e iguales y debe sentirse muy mayor por ello, conocería una palabra tan básica —dijo, sarcástico—. A partir de ahora te hablaré como a un crío de cinco años, entonces —decidió, y le sacó la lengua, divertido. Luego se llevó otro trozo de chocolate a la boca.
Tatsuya se irguió de repente. Parecía preocupado, como si hubiese perdido algo muy importante. Sus ojos parecieron buscarlo como loco, hasta fijar la mirada en una katana tirada junto al suelto. Pegó tal brinco para aterrizar junto a ella que nadie juraría que estaba tan herido como para quedar inconsciente horas antes.
—Vaya, vaya... Ya sabía yo que tenías mucho cuento. Porque para tener la espalda tan mal, menudo salto acabas de pegar... —se quejó, aunque sin mucha vehemencia. A aquellas alturas, lo hacía más por molestarle que por verdadero enfado.
—¿Que pasó con el cliente y con la misión?— se interesó Tatsuya segundos después—. ¿Que te dijo?
Datsue resopló.
—Pues ya te lo imaginarás... No muy contento, Tatsuya, no muy contento. Eso de dejar escapar al osezno fue una cagada… Pero tranquilo, no te delaté. —Rápidamente negó con la cabeza y la mano, efusivamente—. Y no, no me lo agradezcas. ¡Insisto! Lo hubiese hecho por cualquier compañero —aseguró, con voz estoica. Con voz exageradamente estoica—. Total, que mañana por la mañana tenemos que visitarle antes de empezar con la misión.
»Pero antes tenemos que hablar de algo —añadió, sombrío—. Se trata de tu padre.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado