28/05/2016, 19:10
—No tienes porqué agradecer, esto se los comparto de mi propia cena— Sonrió —La verdad es que ya había planeado cocinar pero preparé de más, así que no quise que se desperdiciara—
El anciano dejó la bandeja en la mesita de noche, para luego ir por un pequeño banquito que estaba en una esquina y llevárselo al Uchiha para que se sentase, acto seguido decidió mover la mesa que estaba al fondo de la habitación pero parecía que era demasiado pesada para el.
—¡Déjeme ayudarlo señor!— Intervino Tatsuya
El Takanashi se levantó y decidió ayudar al médico a jalar la mesa, arrastrándola quedar cerca de la cama, entonces el anciano de barba larga sirvió ambos platos y tazas, y se dispuso a irse con el azafate.
—Espero lo disfruten— Dijo ajustándose los lentes.
—¡Señor!— Dijo alzando la mano. —Por favor, permítame pagarle aunque sea lo de la consulta— Tatsuya registró dentro de sus ropas y sacó una billetera, de la cual sacó dos billetes de cien Ryos cada uno, deslizándolos en la mesa. —Acepte esto como agradecimiento—
—Anda, ¿no es mucho?— Dijo alzando la ceja. —Te curé una quemada, no es que te haya salvado la vida ni nada por el estilo— Se carcajeó el hombre. —Pero sí insistes no me quejo— Y más rápido que un relámpago tomó el dinero de la mesa.
—Gracias por atendernos— Reverenció con cortesía.
Y así el hombre se fue de la habitación con una sonrisa de oreja a oreja. Entre tanto Tatsuya se dispuso a tomar su plato, aparte de los tradicionales palillos para el arroz había tenedores y cuchillos para cada uno. El té tampoco era del normal, sino que tenía una escencia de manzana y canela. El espadachín cortó la carne con suma delicadeza y se llevó un trozo pequeño a la boca. Cuando termino de tragar aquel trozo se dispuso hablar.
—Muy bién, cuéntame entonces la historia que decías— Indicó mientras cortaba otro trozo de carne.
El anciano dejó la bandeja en la mesita de noche, para luego ir por un pequeño banquito que estaba en una esquina y llevárselo al Uchiha para que se sentase, acto seguido decidió mover la mesa que estaba al fondo de la habitación pero parecía que era demasiado pesada para el.
—¡Déjeme ayudarlo señor!— Intervino Tatsuya
El Takanashi se levantó y decidió ayudar al médico a jalar la mesa, arrastrándola quedar cerca de la cama, entonces el anciano de barba larga sirvió ambos platos y tazas, y se dispuso a irse con el azafate.
—Espero lo disfruten— Dijo ajustándose los lentes.
—¡Señor!— Dijo alzando la mano. —Por favor, permítame pagarle aunque sea lo de la consulta— Tatsuya registró dentro de sus ropas y sacó una billetera, de la cual sacó dos billetes de cien Ryos cada uno, deslizándolos en la mesa. —Acepte esto como agradecimiento—
—Anda, ¿no es mucho?— Dijo alzando la ceja. —Te curé una quemada, no es que te haya salvado la vida ni nada por el estilo— Se carcajeó el hombre. —Pero sí insistes no me quejo— Y más rápido que un relámpago tomó el dinero de la mesa.
—Gracias por atendernos— Reverenció con cortesía.
Y así el hombre se fue de la habitación con una sonrisa de oreja a oreja. Entre tanto Tatsuya se dispuso a tomar su plato, aparte de los tradicionales palillos para el arroz había tenedores y cuchillos para cada uno. El té tampoco era del normal, sino que tenía una escencia de manzana y canela. El espadachín cortó la carne con suma delicadeza y se llevó un trozo pequeño a la boca. Cuando termino de tragar aquel trozo se dispuso hablar.
—Muy bién, cuéntame entonces la historia que decías— Indicó mientras cortaba otro trozo de carne.