30/05/2016, 02:43
Estaba algo perdida, las cosas se estaban yendo por las ramas de una manera que nunca se habría imaginado ni en sueños. Allí seguía el cadáver y el charco de sangre del hombre que ella misma se había encargado de matar y el ambiente parecía de todo menos serio, casi como si ella fuese la verdadera presa de una mujer cuarentona que ni siquiera conocía de nada.
Sobraban los motivos para estar en semejante trance, pero nadie parecía percatarse de ello y en su lugar le insistían con que debía quedarse por las buenas o por las malas y de ahí que terminase sentada a un lado del resto. ~¿Es que a nadie le importa que haya un cadáver aquí…? ~Se preguntaba la Senju que aún no concebía lo que estaba viviendo. Parecía la única afectada por ello.
La conversación que la peliceleste tuvo con el moreno estaba más allá de Noemi que seguía con una mirada algo apagada mientras intentaba comprender en totalidad todo lo que había ocurrido.
Pero la vocecita de la menor la sacó de dicho trance. —¡Vamos, onee-san! Pero asegúrate de no dejarte nada, no creo que podamos entrar de nuevo después... Además, deberíamos ir a los dojos pronto, no creo que Nabi se esté encargando de Mike en mi ausencia...—Dijo la menor.
En primera instancia Noemi se quedó mirándole fijamente inexpresiva, pero poco a poco fue mostrándose claramente confundida. —¿Qué…? ¿No ibas a tomarte el batido? —Consultó con una ceja levemente arqueada, mostrándose totalmente ajena a la conversación que la de Uzushio acababa de tener con el empleado del restaurante.
Sobraban los motivos para estar en semejante trance, pero nadie parecía percatarse de ello y en su lugar le insistían con que debía quedarse por las buenas o por las malas y de ahí que terminase sentada a un lado del resto. ~¿Es que a nadie le importa que haya un cadáver aquí…? ~Se preguntaba la Senju que aún no concebía lo que estaba viviendo. Parecía la única afectada por ello.
La conversación que la peliceleste tuvo con el moreno estaba más allá de Noemi que seguía con una mirada algo apagada mientras intentaba comprender en totalidad todo lo que había ocurrido.
Pero la vocecita de la menor la sacó de dicho trance. —¡Vamos, onee-san! Pero asegúrate de no dejarte nada, no creo que podamos entrar de nuevo después... Además, deberíamos ir a los dojos pronto, no creo que Nabi se esté encargando de Mike en mi ausencia...—Dijo la menor.
En primera instancia Noemi se quedó mirándole fijamente inexpresiva, pero poco a poco fue mostrándose claramente confundida. —¿Qué…? ¿No ibas a tomarte el batido? —Consultó con una ceja levemente arqueada, mostrándose totalmente ajena a la conversación que la de Uzushio acababa de tener con el empleado del restaurante.