1/06/2016, 02:00
Todo era muy extraño en aquel local y cuando la cuarentona llegó fue a peores, nada tenía sentido y no importaba en lo más mínimo la presencia de un cadáver que pronto comenzaría a apestar bien feo mientras ellos jugaban o se tomaban batidos.
En resumen, un cadáver ahí pudriéndose sin que a nadie le importase. Pero finalmente Eri reaccionó aunque curiosamente tarde y demasiado tranquila por lo que Noemi le miró aún más extrañada. —¿Es en serio? —Soltó con una ceja en alto.
Pero en realidad ni siquiera ella sabía lo que deberían de hacer con eso, seguramente sacarlo y enterrarlo en algún lugar o dejarle que se pudra en medio del bosque sería lo mejor, o mismo quemarlo pero la rubia por lo menos no conocía métodos para incinerar un cuerpo de forma rápida y eficaz. Aunque por primera vez en todo ese rato le causó gracia algo y era el temblor de las piernas de la peliceleste que intentaba parecer en perfecto estado.
Aun así, la rubia no rió ni nada por el estilo, en su lugar se acercó al cadáver también temblando levemente y con una mueca de asco recordando que justamente ella había sido la culpable de esto. —Ayúdame a cargarlo. —Le pidió a la de Uzushio mientras se acuclillaba a un lado del difunto bandido para pasarse el brazo ajeno por encima del cuello. Era seguramente muy pesado para ella sola.