5/06/2016, 04:57
Llegó a su habitación y abrío la puerta lentamente, era bastante cálida, lo necesario para una buena siesta. Pero Tatsuya tenía que hacer una cosa antes de dormir. Sacó un pañuelo de sus ropas y desenfundó su arma, en la cual el brillo de luna que se filtraba por la ventana se vió reflejado en el gris metal. Pasaba con delicadeza y parsimonía el trapo por el filo del arma, no se había ensuciado, ni quiera la usó en el combate, pero aún así seguía con su labor.
"Sigo sin saber sí creerle o no"
Datsue se había ofrecido a ayudarlo incondicionalmente para cualquier cosa que necesitase, pero que actuara como si nada después de aquel ataque a traición le hacía tener motivos para dudar, o quizás simplemente estaba pensando demasiado las cosas, tiene la costumbre de arruinar las cosas por ese motivo. Cuando terminó de dejar resplandeciente la katana la envainó de nuevo y la.dejó en la mesita que estaba a la par de la cama, apagó las luces y se dejó llevar por el sueño.
A la mañana siguiente un pajarito cantó en su ventana, aún en invierno tienden a verse aves el país de los Ríos gracias a su templano clima, más aún en una región tan al sur cómo lo es Kuroshiro. A pesar de que había limpiado su arma la noche anterior, lo primero que hizo al levantarse fue pulirla de nuevo, rarito, sí, pero él lo consideraba necesario. Tras cumplir con su ritual mañanero tomó una toalla para irse a duchar, no sin antes mirar los números de las habitaciones en el pasillo. Se detuvo al llegar al cuarto dos, donde se suponía estaba su compañero.
—Datsue-kuuun— Llamó mientras daba un par de toquesitos a la puerta. —Iré a bañarme y luego bajaré a desayunar, después iremos donde el cliente— Indicó para luego seguir de largo.
Era bastante temprano, el espadachín suele madrugar por costumbre para así tener tiempo suficiente, aunque ese día tenía más pereza de lo normal, pero esperaba que con la ducha se le quitase. No se puso a pensar si el Uchiha se había despertado o no, el sólo pasó avisando y se fue a las duchas recorriendo el pasillo hasta el fondo donde se encontraban los baños.
"Sigo sin saber sí creerle o no"
Datsue se había ofrecido a ayudarlo incondicionalmente para cualquier cosa que necesitase, pero que actuara como si nada después de aquel ataque a traición le hacía tener motivos para dudar, o quizás simplemente estaba pensando demasiado las cosas, tiene la costumbre de arruinar las cosas por ese motivo. Cuando terminó de dejar resplandeciente la katana la envainó de nuevo y la.dejó en la mesita que estaba a la par de la cama, apagó las luces y se dejó llevar por el sueño.
A la mañana siguiente un pajarito cantó en su ventana, aún en invierno tienden a verse aves el país de los Ríos gracias a su templano clima, más aún en una región tan al sur cómo lo es Kuroshiro. A pesar de que había limpiado su arma la noche anterior, lo primero que hizo al levantarse fue pulirla de nuevo, rarito, sí, pero él lo consideraba necesario. Tras cumplir con su ritual mañanero tomó una toalla para irse a duchar, no sin antes mirar los números de las habitaciones en el pasillo. Se detuvo al llegar al cuarto dos, donde se suponía estaba su compañero.
—Datsue-kuuun— Llamó mientras daba un par de toquesitos a la puerta. —Iré a bañarme y luego bajaré a desayunar, después iremos donde el cliente— Indicó para luego seguir de largo.
Era bastante temprano, el espadachín suele madrugar por costumbre para así tener tiempo suficiente, aunque ese día tenía más pereza de lo normal, pero esperaba que con la ducha se le quitase. No se puso a pensar si el Uchiha se había despertado o no, el sólo pasó avisando y se fue a las duchas recorriendo el pasillo hasta el fondo donde se encontraban los baños.