6/06/2016, 02:06
Una vez más estaban al borde del abismo, en esta ocasión Tatsuya no tenía planes de estrellarse, tomó su katana y la clavó en una rama que estaba más abajo para frenar su caída, acto seguido dió un giro y logró apoyarse en la rama. Estaba más cerca de la Hyuga esta vez, pero no habían logrado coordinarse para pensar en un contraataque.
—¡Cui...!— No pudo terminar de hablar.
Las ramas se doblaron una vez más para dejarlos caer, pero esta vez el espadachín corrió para tomar impulso y saltó tratando de llegar al centro, aferrándose al tronco del roble. Pensaba que así se habría librado de la treta de la niña, pero sólo había salido de una trampa para cer en otra.
Los clones emergerían en los lugares donde estuvieran el par de shinobis, a una distancia de no menos de 6 metros cada uno. Ambos realizarían al unísono una cadena de sellos y tanto la de Uzu como el de Taki verían cómo varias estacas surgirían de la superficie de madera a gran velocidad con toda la intención de empalarlos.
—Mokuton: Mori no Batsu— Se les escuchó decir al unísono a las clones.
En cuanto vió las estacas venir hacia él en línea recta decidió moverse hacia la izquierda sólo para darse cuenta que ahora empezaban a surgir con un movimiento en zigzag hacia donde él se movía. Por más que intentaba huir el ataque de la niña enmascarada seguía persiguiéndolo por todo el tronco. Finalmentese hartó de huir y sacó su ninjatou mientras dejaba fluir su Raiton a través de ella, se dió la vuelta y esperó hasta el último segundo para esquivar y cortar las estacas que le amenazaban, siguió dando tajos para cortar el resto y utilizar las que ya había partido para apoyarse, sin embargo se frenó al ver que el clon se volvió a esconder dentro del árbol.
—Tsk— Se molestó.
El tercer clon se fue rumbo al ejecutante real, la de máscara de zorro movió su mano y acercó las campanillas que al sonar provocaron que la indefensa Yuka se durmiese al instante. El clon se mezclo con la rama que la sujetaba y esta se desprendió del árbol, ahora el clon parecía formar una enredadera en su espalda, alrededor de la niña y se dispuso a llevársela lejos de ahí.
—Ha llegado la hora— Miró hacia abajo, buscando a los dos shinobis y al localizarlos realizó una cadena de casi quince sellos —¡Mokuton: Kodai no Fukkatsu!—
Pronto el roble tembló, pero de una manera distinta a cómo lo había hecho, el árbol entero empezó a desarraigarse y sus ramas tomaron formas de brazos mientras sus raíces le servían a modo de patitas, el ser vegetal ahora se movía lentamente controlado por la niña de la máscara de zorro, que lo manejabaa como ella quisiera.
—Nunca debieron haber venido a este sitio— Advirtió
Unos extraños ojos amarillentos y brillantes aparecieron en el tronco del roble mientras la del kimono rojo hizo aparecer en sus manos una naginata un tanto más grande de lo normal, a pesar de su tamaño podía cargarla con ambas manos sin problema alguno. Los clones se desvanecerían conviertiéndose simplemente en figuras de madera, ahora sólo quedaba la verdadera blandiendo el arma sobre lo alto del ahora imponente árbol andante.