6/06/2016, 23:00
La de Kusabi apenas se acaba de reponer de la caída cuando tras ella apareció uno de los clones de la niña del kimono rojo, trató de darse la vuelta lo más rápido que pudo pero su adversario fue mucho más rápido realizando la sucesión de sellos además de que la distancia entre ambos era considerable. Tras finalizar el jutsu, desde la rama sobre la que había aterrizado, comenzaron a surgir estacar de madera muy afiladas que parecían tenerla a ella como objetivo.
Mitsuki rápidamente se colocó en guardia, apoyando su peso sobre su pierna derecha y adelantando sus extremidades superiores. La primera de las serpientes de madera, trató de alcanzarla a la altura de su cuello pero con ayuda del dorso de su mano logró esquivarlo antes de romperla con una palmada de la pierna izquierda. La siguiente buscó su pierna izquierda, la cual levantó casi por reflejo para finalmente apoyarla sobre la rama y usarla como rampa de salto. Gracias a ese movimiento pudo alcanzar la rama superior y salir del rango de ataque de su adversario momentáneamente pues las estacas viraron y se lanzaron hacia arriba, atravesando la rama de parte a parte. La Hyuga lo único que pudo hacer fue correr en dirección al tronco principal hasta por fin salir del rango de ataque del clon que finalmente desapareció dejando tan sólo un pequeño muñeco de madera como rastro.
—Arghh— tanto movimiento había hecho que la peliblanca casi perdiese el aliento, ahora traba de recuperarse apoyando su espalda contra el tronco mientras con la mirada buscaba a su compañero. No tardó demasiado en encontrarlo, parecía encontrarse bien.
La enmascarada verdadera, durmió a la niña secuestrada usando las campanillas antes de indicar que le momento había llegado. Mitsuki no entendía muy bien a que se debía referir, aunque podía suponer que se disponía a ejecutar a la niña incluso con ellos como testigos. Su adversario, realizó una cadena de sellos y el árbol cobró vida, incluso surgieron unos ojos fantasmales en señal de ello, a eso había que sumarle que el roble comenzaba a moverse por sí solo usando sus raíces como si de patas de calamar se tratará.
Tras aquello, la niña del kimono rojo les lanzó una advertencia que sonaba a amenaza. Tras esto, hizo aparecer una impresionante naginata en sus manos, como si tratase de intimidarlos aún más
"No hay esperanza..." se lamentaba la Hyuga mientras intentaba recuperar el aliento
Mitsuki rápidamente se colocó en guardia, apoyando su peso sobre su pierna derecha y adelantando sus extremidades superiores. La primera de las serpientes de madera, trató de alcanzarla a la altura de su cuello pero con ayuda del dorso de su mano logró esquivarlo antes de romperla con una palmada de la pierna izquierda. La siguiente buscó su pierna izquierda, la cual levantó casi por reflejo para finalmente apoyarla sobre la rama y usarla como rampa de salto. Gracias a ese movimiento pudo alcanzar la rama superior y salir del rango de ataque de su adversario momentáneamente pues las estacas viraron y se lanzaron hacia arriba, atravesando la rama de parte a parte. La Hyuga lo único que pudo hacer fue correr en dirección al tronco principal hasta por fin salir del rango de ataque del clon que finalmente desapareció dejando tan sólo un pequeño muñeco de madera como rastro.
—Arghh— tanto movimiento había hecho que la peliblanca casi perdiese el aliento, ahora traba de recuperarse apoyando su espalda contra el tronco mientras con la mirada buscaba a su compañero. No tardó demasiado en encontrarlo, parecía encontrarse bien.
La enmascarada verdadera, durmió a la niña secuestrada usando las campanillas antes de indicar que le momento había llegado. Mitsuki no entendía muy bien a que se debía referir, aunque podía suponer que se disponía a ejecutar a la niña incluso con ellos como testigos. Su adversario, realizó una cadena de sellos y el árbol cobró vida, incluso surgieron unos ojos fantasmales en señal de ello, a eso había que sumarle que el roble comenzaba a moverse por sí solo usando sus raíces como si de patas de calamar se tratará.
Tras aquello, la niña del kimono rojo les lanzó una advertencia que sonaba a amenaza. Tras esto, hizo aparecer una impresionante naginata en sus manos, como si tratase de intimidarlos aún más
"No hay esperanza..." se lamentaba la Hyuga mientras intentaba recuperar el aliento