8/06/2016, 01:09
¿Graciosa? –la menor enarco una ceja mientras le observaba- Esa no era la idea, pero me alegra saber que le hice reír – comento la muchacha risueña. El chasquido le hizo ver de reojo hacia los lados, sabía que su imprudencia solo acarreaba problemas, los guardaespaldas de Goru comenzaron a rodearla de apoco y en cuestión de minutos estuvo sin escapatoria.
Sus orbes azules se pasearon sobre cada uno de los hombres y sobre sus armas, aquel trozo de cristal no era rival para tales objetos, era una batalla perdida. Paso saliva despacio y entonces, cuando creyó que se abalanzarían sobre ella, una voz bastante familiar inundo sus oídos - ¿Tatsuya? – la jovencita quiso girarse y mirar, pero eso implicaba bajar la guardia y no podía darse el lujo de distracciones.
No supo que sucedió, escucho ruidos y luego nuevamente la voz del muchacho, esta vez advirtiéndole que no debía observarlo ¿estaba sobre sus cabezas? Nonoha a penas y tuvo tiempo de pensar, simplemente hizo caso a lo que le decía y mantuvo la vista gacha, así, durante cortos segundos - … ¿uh? – escucho a los sujetos quejarse y luego, el ruido sobre las cajas que le hizo girar el rostro y ver hacia un costado. Allí sobre un montón de cajas dobladas y maltrechas vio a Tatsuya, que ante la maniobra cayo.
Volvió la vista inmediatamente a los hombres que la rodeaban y se encontró con que estos estaban distraídos ¡mejor aún, no podían ver nada! al menos por el momento. Aprovecho tan maravillosa oportunidad y escabulléndose entre ellos, se encamino a toda prisa hacia donde se encontraba el moreno – Leo –le susurro mientras le jalaba de un brazo – vamos, levántate es nuestra oportunidad…ese tipo no es nada sin sus matones – concluyo mientras le animaba a levantarse.
Luego busco con la mirada nuevamente al muchacho de melena oscura y esperando que el moreno pudiera levantarse, se encamino a paso rápido a donde se encontraba Tatsuya - ¿estás bien? – pregunto la castaña mientras retiraba algunas de las cajas e intentaba ayudarlo.
¡Esa fue una gran entrada! – Extendió los brazos con emoción- Una entrada digna de un shinobi – comento haciendo énfasis en aquello último – ¿porque no lo dijiste, porque no dijiste que eras un shinobi? – le cuestiono la menor, mientras le observaba fijamente.
Sus orbes azules se pasearon sobre cada uno de los hombres y sobre sus armas, aquel trozo de cristal no era rival para tales objetos, era una batalla perdida. Paso saliva despacio y entonces, cuando creyó que se abalanzarían sobre ella, una voz bastante familiar inundo sus oídos - ¿Tatsuya? – la jovencita quiso girarse y mirar, pero eso implicaba bajar la guardia y no podía darse el lujo de distracciones.
No supo que sucedió, escucho ruidos y luego nuevamente la voz del muchacho, esta vez advirtiéndole que no debía observarlo ¿estaba sobre sus cabezas? Nonoha a penas y tuvo tiempo de pensar, simplemente hizo caso a lo que le decía y mantuvo la vista gacha, así, durante cortos segundos - … ¿uh? – escucho a los sujetos quejarse y luego, el ruido sobre las cajas que le hizo girar el rostro y ver hacia un costado. Allí sobre un montón de cajas dobladas y maltrechas vio a Tatsuya, que ante la maniobra cayo.
Volvió la vista inmediatamente a los hombres que la rodeaban y se encontró con que estos estaban distraídos ¡mejor aún, no podían ver nada! al menos por el momento. Aprovecho tan maravillosa oportunidad y escabulléndose entre ellos, se encamino a toda prisa hacia donde se encontraba el moreno – Leo –le susurro mientras le jalaba de un brazo – vamos, levántate es nuestra oportunidad…ese tipo no es nada sin sus matones – concluyo mientras le animaba a levantarse.
Luego busco con la mirada nuevamente al muchacho de melena oscura y esperando que el moreno pudiera levantarse, se encamino a paso rápido a donde se encontraba Tatsuya - ¿estás bien? – pregunto la castaña mientras retiraba algunas de las cajas e intentaba ayudarlo.
¡Esa fue una gran entrada! – Extendió los brazos con emoción- Una entrada digna de un shinobi – comento haciendo énfasis en aquello último – ¿porque no lo dijiste, porque no dijiste que eras un shinobi? – le cuestiono la menor, mientras le observaba fijamente.