8/06/2016, 17:47
El hombre frunció el ceño y escupió en la cara de la kunoichi al escuchar sus palabras, clavó su arma en el suelo y tomó de los cabellos a la kunoichi para levantarla, caminó hacia el espadachín y también hizo lo mismo con él. Ahora ambos se encontraban alzados en el aire mientras el tipo los sujetaba a cada uno con las manos.
—Niña, en esta vida si no tienes cojones para afrontar las cosas es mejor no seguir viviendo— En ese momento escupió al suelo. —¿Tú querías saber porque hago esto no? Pues será tu regalo antes de que te raje el cuello—
Tras eso los arrojó a ambos hacia el tronco.
—Mi padre era un shinobi de Uzushiogakure, que tras casarse decidió retirarse y vivir en el pueblo de Nakisakebi,de donde era oriunda mi madre. Sin embargo en ese pueblito tan alejado lo único que lograron fue pasar penas, y cuando yo nací las cosas se complicaron. Al final mi padre decidió volver aa dedicarse a la vida ninja y nos dejó acá sólos, mandándonos dijero de vez en cuando y visitándonos cada cierto tiempo.— Hizo una pausa para volver a escupir.
—En una de sus visitas mi madre terminó embarazada de nuevo, naciendo así Aki, mi pequeña hermana. Con una boca más que alimentar, llegó un punto en que padre ya no volvía a vernos, sólo sabíamos de él por el dinero que mandaba. Un día llegó otro sobre, pero esta vez no era remesa, era una carta para avisarnos que padre había muerto en una misión. Desesperada, mi madre se hundió en la locura, suicidándose al colgarse de un árbol, dejándonos a mi y a mi hermana sólos al cuidado de nuestra tía.—
El viento sopló y el hombre se dió la vuelta para ir por su naginata, para luego caminar hacia los shinobis que yacían tumbados.
—En momentos como ese, fueron los cojones los que me hicieron salir adelante, pero para Aki aquello la derrumbó. Empezó a decirme que hablaba con una amiga que conoció en el lago, pero nunca me dijo su nombre. Empezé a creer que sólo se trataba de una amiga imaginaria que ella había creado para no tener que lidiar con la realidad, pero eso no ayudaba en nada a a la economía de la casa. Al final, decidí seguir los pasos de mi padre y me fui a Uzushio para mantener así a mi hermana, hasta el día de hoy, me arrepiento de ello—
—Entonces... Ocurrió el incidente del lago ¿no?— Preguntó el espadachín.
—Sí yo hubiera estado aquí, no le habría pasado lo que le pasó a Aki, lo que le hicieron esos malditos no tiene perdón de nadie— Una lagrimá rodó por sus mejillas —Esos cobardes, aislados, ignorantes, no hay justicia que me haga sentir en paz, así que decidí tomar venganza en nombre del espíritú de este bosque, renegué de la Espiral y juré arrebatarles a todos y cada uno de sus queridos hijos para que paguen por su crimen—
—Niña, en esta vida si no tienes cojones para afrontar las cosas es mejor no seguir viviendo— En ese momento escupió al suelo. —¿Tú querías saber porque hago esto no? Pues será tu regalo antes de que te raje el cuello—
Tras eso los arrojó a ambos hacia el tronco.
—Mi padre era un shinobi de Uzushiogakure, que tras casarse decidió retirarse y vivir en el pueblo de Nakisakebi,de donde era oriunda mi madre. Sin embargo en ese pueblito tan alejado lo único que lograron fue pasar penas, y cuando yo nací las cosas se complicaron. Al final mi padre decidió volver aa dedicarse a la vida ninja y nos dejó acá sólos, mandándonos dijero de vez en cuando y visitándonos cada cierto tiempo.— Hizo una pausa para volver a escupir.
—En una de sus visitas mi madre terminó embarazada de nuevo, naciendo así Aki, mi pequeña hermana. Con una boca más que alimentar, llegó un punto en que padre ya no volvía a vernos, sólo sabíamos de él por el dinero que mandaba. Un día llegó otro sobre, pero esta vez no era remesa, era una carta para avisarnos que padre había muerto en una misión. Desesperada, mi madre se hundió en la locura, suicidándose al colgarse de un árbol, dejándonos a mi y a mi hermana sólos al cuidado de nuestra tía.—
El viento sopló y el hombre se dió la vuelta para ir por su naginata, para luego caminar hacia los shinobis que yacían tumbados.
—En momentos como ese, fueron los cojones los que me hicieron salir adelante, pero para Aki aquello la derrumbó. Empezó a decirme que hablaba con una amiga que conoció en el lago, pero nunca me dijo su nombre. Empezé a creer que sólo se trataba de una amiga imaginaria que ella había creado para no tener que lidiar con la realidad, pero eso no ayudaba en nada a a la economía de la casa. Al final, decidí seguir los pasos de mi padre y me fui a Uzushio para mantener así a mi hermana, hasta el día de hoy, me arrepiento de ello—
—Entonces... Ocurrió el incidente del lago ¿no?— Preguntó el espadachín.
—Sí yo hubiera estado aquí, no le habría pasado lo que le pasó a Aki, lo que le hicieron esos malditos no tiene perdón de nadie— Una lagrimá rodó por sus mejillas —Esos cobardes, aislados, ignorantes, no hay justicia que me haga sentir en paz, así que decidí tomar venganza en nombre del espíritú de este bosque, renegué de la Espiral y juré arrebatarles a todos y cada uno de sus queridos hijos para que paguen por su crimen—