9/06/2016, 02:43
—¿Pero que mierda?— Miraba con furia a su nuevo rival —¿Y tú quien coño eres? ¿de donde saliste— Exigió saber.
—Pues, me encontré un moku bunshin muy abusivo por ahí, me puse a buscar al ejecutante original y me vengo a encontrar a un nukenin traumado a punto de asesinar a dos genin— Por extrañas que sonaran sus palabras su rostro estaba serio, muy serio.
—¿Y las trampas?—
—Por favor, sólo un civil o un par de ninjas muy ineptos caerían en eso— No le importó recalcar eso enfrente de los genins —Por cierto, felicitaciones con los genjutsus intercalados, eso me tuvo mareado un rato— Esbozó una sonrisa fingida a propósito.
Entre tanto el de ojos dispares pudo ver como la peliblanca parecía desvanecerse ante sus ojos. "No, no, no" Se lanzó como pudo y tomó a la Hyuga entre sus brazos, levantando con delicadeza su cabeza con una de sus manos y sujetándola por la cintura con la otra.
—Mitsuki-chan ¡Mitsuki-chan! ¿¡estás despierta!? Reacciona, reacciona por favor— Le suplicaba con voz quebrada.
El jounin de la capa negra estaba escuchando cada palabra de lo que se decía atrás de él y aprovechó para apoyar el arma en el suelo y sacar rápidamente de uno de los bolsillos de su chaleco un papelito que lanzó hacia atrás donde estaba Tatsuya.
—Una para ella y una para tí, dejen de actuar como retrasados y lárguense de mi vista— Les ordenó firmemente sin siquiera voltear a ver.
El Takanashi tomó el papelito y al abrirlo se percató que se trataban de píldoras estimuladoras de sangre, después de las cortadas que habían recibido aquellas píldoras serían útiles para recuperarse. Tomo una y rápidamente se la llevó a la boca para masticarla.
—Tóma, vamos, esto te ayudará— Le ofreció a la peliblanca la otra.
El jounin no perdió el tiempo y tomó rápidamente su arma de nuevo para lanzarse contra el renegado que se había alejado unos cuantos metros, este último tiró su arma rota y en medio de una nube de humo hizo aparecer un kane sasumata como repuesto en vez de su alabarda rota. No se iba a dejar intimidar por el invitado, cargó rápidamente y ambos se enzarzaron en una danza de giros y acrobacias con sus armas, siendo estos tan gráciles y veloces que el par de adolescentes ni siquiera podrían seguir sus movimientos con la mirada.
—Lamento informar que no planeo dejarlos ir con vida sabiendo mi identidad— Amenazó mientras trataba de enganchar el brazo del hombre de capa negra.
—Pues yo lamento informarte que no voy a dejar que hagas eso— Respondió en el momento que giró la hoz para trabar el filo en medio de la punta del kane sasumata.
—Parece que eres un tío de cuidado— Dijo el hombre mientras alejaba su arma para evitar que fuese cortada como la otra.
Debía serlo para haber llegado hasta ahí en total silencio, no cayó con ninguna de las ramas ni con su estrategia de amedrentar a los que se internaban en el bosque mezclando genjutsus para cambiar los alrededores y de hacerlos dar vueltas en círculos, intercalándos por momentos mostrando el verdadero camino y así asegurarse que iban por donde quería, sin contar sus propios jutsus sonoros para confundirlos más.
—Un instante de enojo fue todo lo que necesité para que no me vieras venir— Dijo mientras su rostro parecía ponerse aún mas serio de lo ya estaba.
—Pues, me encontré un moku bunshin muy abusivo por ahí, me puse a buscar al ejecutante original y me vengo a encontrar a un nukenin traumado a punto de asesinar a dos genin— Por extrañas que sonaran sus palabras su rostro estaba serio, muy serio.
—¿Y las trampas?—
—Por favor, sólo un civil o un par de ninjas muy ineptos caerían en eso— No le importó recalcar eso enfrente de los genins —Por cierto, felicitaciones con los genjutsus intercalados, eso me tuvo mareado un rato— Esbozó una sonrisa fingida a propósito.
Entre tanto el de ojos dispares pudo ver como la peliblanca parecía desvanecerse ante sus ojos. "No, no, no" Se lanzó como pudo y tomó a la Hyuga entre sus brazos, levantando con delicadeza su cabeza con una de sus manos y sujetándola por la cintura con la otra.
—Mitsuki-chan ¡Mitsuki-chan! ¿¡estás despierta!? Reacciona, reacciona por favor— Le suplicaba con voz quebrada.
El jounin de la capa negra estaba escuchando cada palabra de lo que se decía atrás de él y aprovechó para apoyar el arma en el suelo y sacar rápidamente de uno de los bolsillos de su chaleco un papelito que lanzó hacia atrás donde estaba Tatsuya.
—Una para ella y una para tí, dejen de actuar como retrasados y lárguense de mi vista— Les ordenó firmemente sin siquiera voltear a ver.
El Takanashi tomó el papelito y al abrirlo se percató que se trataban de píldoras estimuladoras de sangre, después de las cortadas que habían recibido aquellas píldoras serían útiles para recuperarse. Tomo una y rápidamente se la llevó a la boca para masticarla.
—Tóma, vamos, esto te ayudará— Le ofreció a la peliblanca la otra.
El jounin no perdió el tiempo y tomó rápidamente su arma de nuevo para lanzarse contra el renegado que se había alejado unos cuantos metros, este último tiró su arma rota y en medio de una nube de humo hizo aparecer un kane sasumata como repuesto en vez de su alabarda rota. No se iba a dejar intimidar por el invitado, cargó rápidamente y ambos se enzarzaron en una danza de giros y acrobacias con sus armas, siendo estos tan gráciles y veloces que el par de adolescentes ni siquiera podrían seguir sus movimientos con la mirada.
—Lamento informar que no planeo dejarlos ir con vida sabiendo mi identidad— Amenazó mientras trataba de enganchar el brazo del hombre de capa negra.
—Pues yo lamento informarte que no voy a dejar que hagas eso— Respondió en el momento que giró la hoz para trabar el filo en medio de la punta del kane sasumata.
—Parece que eres un tío de cuidado— Dijo el hombre mientras alejaba su arma para evitar que fuese cortada como la otra.
Debía serlo para haber llegado hasta ahí en total silencio, no cayó con ninguna de las ramas ni con su estrategia de amedrentar a los que se internaban en el bosque mezclando genjutsus para cambiar los alrededores y de hacerlos dar vueltas en círculos, intercalándos por momentos mostrando el verdadero camino y así asegurarse que iban por donde quería, sin contar sus propios jutsus sonoros para confundirlos más.
—Un instante de enojo fue todo lo que necesité para que no me vieras venir— Dijo mientras su rostro parecía ponerse aún mas serio de lo ya estaba.