10/06/2016, 00:45
Lo único que tenían para hacer ambas chicas era llevarse el cadáver y ocultarlo en algún lugar, siquiera era necesario enterrarle y ciertamente el hombre no se lo merecía por el estilo de vida que había estado llevando pero tal vez podrían terminar con problemas si se lo encontraba, además que terminaría bastante cerca del restaurante y tal.
De cualquier manera, no podían salir por la ventana de ninguna manera, a duras penas podían cargar con el cuerpo sin vida del bandido así que ni hablar de ello. A final de cuentas el moreno reaccionó y abrió las puertas dejándoles el paso libre a ambas que no tardaron mucho en cruzar en torno al exterior.
—Entre las dos o estaremos hasta mañana. —Afirmó la rubia sin siquiera molestarse en girarse a ver a la peliceleste, era obvio que seguía allí.
Luego de aquello la menor soltó una serie de indicaciones que hicieron a la rubia recordar el motivo por el que estaba junto a ella. ~Los dojos. ~Repitió para sí misma, el hecho de haber llegado justamente para entrenar se había borrado totalmente de su mente, hasta pensó en darse alguna otra vuelta por el restaurante de Kuro de no ser por la aparición de esa intimidante mujer.
—Claro, para colmo participas en el torneo así que no deberías perderte por mucho más tiempo. —Afirmó mientras hacía caso a lo que la menor le había dicho, seguir por el camino hasta donde se podían vislumbrar buena cantidad de árboles de alturas considerables. —¿Te parece bien por aquí…? —Consultó mirando a lo que vendría siendo la derecha de ambas.
De cualquier manera, no podían salir por la ventana de ninguna manera, a duras penas podían cargar con el cuerpo sin vida del bandido así que ni hablar de ello. A final de cuentas el moreno reaccionó y abrió las puertas dejándoles el paso libre a ambas que no tardaron mucho en cruzar en torno al exterior.
—Entre las dos o estaremos hasta mañana. —Afirmó la rubia sin siquiera molestarse en girarse a ver a la peliceleste, era obvio que seguía allí.
Luego de aquello la menor soltó una serie de indicaciones que hicieron a la rubia recordar el motivo por el que estaba junto a ella. ~Los dojos. ~Repitió para sí misma, el hecho de haber llegado justamente para entrenar se había borrado totalmente de su mente, hasta pensó en darse alguna otra vuelta por el restaurante de Kuro de no ser por la aparición de esa intimidante mujer.
—Claro, para colmo participas en el torneo así que no deberías perderte por mucho más tiempo. —Afirmó mientras hacía caso a lo que la menor le había dicho, seguir por el camino hasta donde se podían vislumbrar buena cantidad de árboles de alturas considerables. —¿Te parece bien por aquí…? —Consultó mirando a lo que vendría siendo la derecha de ambas.