11/06/2016, 23:43
—Resiste, por favor.
Tatsuya se sentía acongojado por su compañera, pero estaba seguro de que con la píldora podrían reponerse de las cortadas que les propinó el renegado. Sin embargo aún no estaban fuera de peligro, aún seguían montados encima de una árbol andante controlado por el enemigo y no había garantía de que pudieran escapar. También le entraba la duda de que había pasado con la niña, temía lo peor ya.
"Tenemos que encontrar una forma de huir"
No pudo seguir pensando con tranquilidad cuando vió al barbudo lanzarles su alabarda. El pelinegro se petrificó ante el ataque, no podía moverse a ningún lado con la Hyuga en sus brazos y no planeaba dejarla sóla. Cerró los ojos por reflejo al ver la amenaza acercarse...
—Tsk, odio que hagan eso— Pensó en voz alta el jounin.
El de la capa negra se había dado cuenta de lo que pretendía su rival, pero no le quedaba otra opción que proteger a los genins. Corrió lo más rápido que pudo y logró ponerse enfrente de los novatos para interceptar con su guadaña el ataque, sólo para ver luego cómo varias estacas se aproximaban hacia ellos. No podía quitarse del camino o los dos jóvenes pagarían las consecuencias.
—Que pesado.
La guadaña chisporroteó con mayor intensidad y con un rápido giro cortó la rama sobre la cual estaban apoyados, interrumpiendo el ataque del mokutonero mientras ellos ahora caían una vez más al vacio. El jounin arrojó su arma a lo alto estando en pleno vuelo y realizó el sello de carnero con su diestra; antes de que pudieran verlo el ya se encontraba de nuevo en la parte alta quedando a la par de donde caería su guadaña un par de segundos después, nomás llegar un rayo se extendió desde su mano izquierda, tomando forma de lince y corriendo entre las estacas en dirección al maderero.
—Raiju Hashiri no Jutsu
Entre tanto los dos novatos se las tendrían que arreglar para evitar estrellarse, Tatsuya ya empezaba a hartarse de estar cayéndose a cada rato. Hizo lo que pudo para abrazar a la kunoichi y darse la vuelta, así él serviría de cojín para la Hyuga, pero no contaba con que la rama en la que cayó no soportase el peso de ambos y se rompiese. No pudo evitar soltarla después de ese golpetazo, cayendo nuevamente en un lecho de ramas y hojas mas abajo.
—¡Ahhhhhhggg!
Tatsuya se sentía acongojado por su compañera, pero estaba seguro de que con la píldora podrían reponerse de las cortadas que les propinó el renegado. Sin embargo aún no estaban fuera de peligro, aún seguían montados encima de una árbol andante controlado por el enemigo y no había garantía de que pudieran escapar. También le entraba la duda de que había pasado con la niña, temía lo peor ya.
"Tenemos que encontrar una forma de huir"
No pudo seguir pensando con tranquilidad cuando vió al barbudo lanzarles su alabarda. El pelinegro se petrificó ante el ataque, no podía moverse a ningún lado con la Hyuga en sus brazos y no planeaba dejarla sóla. Cerró los ojos por reflejo al ver la amenaza acercarse...
—Tsk, odio que hagan eso— Pensó en voz alta el jounin.
El de la capa negra se había dado cuenta de lo que pretendía su rival, pero no le quedaba otra opción que proteger a los genins. Corrió lo más rápido que pudo y logró ponerse enfrente de los novatos para interceptar con su guadaña el ataque, sólo para ver luego cómo varias estacas se aproximaban hacia ellos. No podía quitarse del camino o los dos jóvenes pagarían las consecuencias.
—Que pesado.
La guadaña chisporroteó con mayor intensidad y con un rápido giro cortó la rama sobre la cual estaban apoyados, interrumpiendo el ataque del mokutonero mientras ellos ahora caían una vez más al vacio. El jounin arrojó su arma a lo alto estando en pleno vuelo y realizó el sello de carnero con su diestra; antes de que pudieran verlo el ya se encontraba de nuevo en la parte alta quedando a la par de donde caería su guadaña un par de segundos después, nomás llegar un rayo se extendió desde su mano izquierda, tomando forma de lince y corriendo entre las estacas en dirección al maderero.
—Raiju Hashiri no Jutsu
Entre tanto los dos novatos se las tendrían que arreglar para evitar estrellarse, Tatsuya ya empezaba a hartarse de estar cayéndose a cada rato. Hizo lo que pudo para abrazar a la kunoichi y darse la vuelta, así él serviría de cojín para la Hyuga, pero no contaba con que la rama en la que cayó no soportase el peso de ambos y se rompiese. No pudo evitar soltarla después de ese golpetazo, cayendo nuevamente en un lecho de ramas y hojas mas abajo.
—¡Ahhhhhhggg!