18/06/2016, 11:35
Ensimismada en sus pensamientos, Eri no podía imaginarse lo que pasaba por la mente de su rubia compañera, por lo cuál ella seguiría cavando, ignorando lo que pasase a su alrededor. Solo sintió algo cuando la de Takigakure se acercó, desenfundando su katana, y comenzó a dar golpes a la tierra cercana a Eri para que ésta su pudiese ablandar más y cavar resultase más fácil.
Por otro lado, Eri no se había percatado de que lo que habían hecho, en verdad, era acabar con una vida humana. Cosa que ella repugnaba con toda su alma, pero, tampoco tenían mucha opción si querían protegerse ellas mismas, o al mismísimo Kuro junto con su abuelo, pero... ¿Seguía estando bien? ¿Habrían cometido un delito? ¡Era en defensa propia! Así que... Una punzada de dolor atravesó el pecho de Eri, que sin sopesar sobre lo que conllevaba acabar con la vida de alguien, en lo más profundo de ella, sabía que estaba mal.
Pero todavía no podía asimilar lo que acababa de hacer.
— Vale, creo que ya está, pongámoslo aquí y enterrémoslo. — Susurró intentando limpiar sus manos de barro dando ligeras palmadas. Luego se acercó al cuerpo inerte que se encontraba reposado sobre uno de los árboles que rodeaban el lugar y lo tomó por las manos, arrastrándolo hasta el agujero que habían cavado entre las dos.
La verdad es que cabía a la perfección, si flexionaban las piernas y tiraban la tierra que habían amontonado en los bordes del agujero estaba ya hecho. Suspiró, cansada, y se alentó. — Solo queda enterrarlo...— Anunció mientras tomaba puñados de tierra y los esparcía para completar el agujero.
Por otro lado, Eri no se había percatado de que lo que habían hecho, en verdad, era acabar con una vida humana. Cosa que ella repugnaba con toda su alma, pero, tampoco tenían mucha opción si querían protegerse ellas mismas, o al mismísimo Kuro junto con su abuelo, pero... ¿Seguía estando bien? ¿Habrían cometido un delito? ¡Era en defensa propia! Así que... Una punzada de dolor atravesó el pecho de Eri, que sin sopesar sobre lo que conllevaba acabar con la vida de alguien, en lo más profundo de ella, sabía que estaba mal.
Pero todavía no podía asimilar lo que acababa de hacer.
— Vale, creo que ya está, pongámoslo aquí y enterrémoslo. — Susurró intentando limpiar sus manos de barro dando ligeras palmadas. Luego se acercó al cuerpo inerte que se encontraba reposado sobre uno de los árboles que rodeaban el lugar y lo tomó por las manos, arrastrándolo hasta el agujero que habían cavado entre las dos.
La verdad es que cabía a la perfección, si flexionaban las piernas y tiraban la tierra que habían amontonado en los bordes del agujero estaba ya hecho. Suspiró, cansada, y se alentó. — Solo queda enterrarlo...— Anunció mientras tomaba puñados de tierra y los esparcía para completar el agujero.