20/06/2016, 01:10
No pasó demasiado rato, Noemi ablandaba la tierra y Eri se encargaba de removerla y en poco tiempo lograron cavar un agujero del tamaño perfecto para meter el cadáver aunque en posición fetal seguramente. La rubia por lo menos había clavado la katana un poco más a los costados pensando que seguirían para poder enterrarle con piernas extendidas pero la menor llevaba la razón, era más sencillo así.
—Si… —Respondió apenas la rubia mientras se acercaba al cuerpo sin vida del bandido para ayudar a la de Uzushio a llevarlo hasta el agujero.
Como un saco de papas cayó en este y claro, tuvieron que removerlo un poco para que entrase perfectamente en el mismo. —No nos llevará mucho. — Afirmó la fémina mientras empezaba a patear los túmulos de tierra que se habían formado entre tanta excavación y con el mínimo esfuerzo más de la mitad del cuerpo había desaparecido.
Por suerte nadie había pasado cerca o si lo había hecho no alertó a ninguna de las chicas, aunque había que aceptar que no estaban en su mejor momento. —Vámonos Eri… Cuanto antes lleguemos a los dojos mejor. —Afirmó tras terminar el entierro y pisar un poco la tierra para que el viento no la quitase tan fácilmente.
Ya no tenían nada para hacer allí y Noemi por lo menos quería irse cuanto antes así que tomó la iniciativa y salió nuevamente hacia el sendero. Con un poco de suerte la peliceleste le alcanzaba y de paso la guiaba puesto que en primer lugar se había perdido y por ello habían terminado en ese restaurante.
—Si… —Respondió apenas la rubia mientras se acercaba al cuerpo sin vida del bandido para ayudar a la de Uzushio a llevarlo hasta el agujero.
Como un saco de papas cayó en este y claro, tuvieron que removerlo un poco para que entrase perfectamente en el mismo. —No nos llevará mucho. — Afirmó la fémina mientras empezaba a patear los túmulos de tierra que se habían formado entre tanta excavación y con el mínimo esfuerzo más de la mitad del cuerpo había desaparecido.
Por suerte nadie había pasado cerca o si lo había hecho no alertó a ninguna de las chicas, aunque había que aceptar que no estaban en su mejor momento. —Vámonos Eri… Cuanto antes lleguemos a los dojos mejor. —Afirmó tras terminar el entierro y pisar un poco la tierra para que el viento no la quitase tan fácilmente.
Ya no tenían nada para hacer allí y Noemi por lo menos quería irse cuanto antes así que tomó la iniciativa y salió nuevamente hacia el sendero. Con un poco de suerte la peliceleste le alcanzaba y de paso la guiaba puesto que en primer lugar se había perdido y por ello habían terminado en ese restaurante.