26/06/2016, 05:05
Si molestaba o no solo Eri lo sabría, hasta podría estarse inventando aquello solo para que la rubia no se sintiera mal ni nada por el estilo pero que va, ella feliz con haber podido sacarse de encima ese asunto tan desagradable que con un poco de suerte allí mismo se terminaba por siempre.
—Me alegro mucho, Eri. —Soltó con una sonrisa en el rostro y se dio el lujo de acariciarle con delicadeza el cuero cabelludo aprovechando la diferencia de estaturas. Tras ello simplemente siguieron caminando, no había mucho más para hablar considerando que aún no estaban completamente recuperadas de los sustos y nervios del día pero va, por lo menos podrían aparentarlo entre las calles.
Pero cuando ya tenían los dojos a simple vista, cuando los samurái ya estaban alertados de la presencia de ambas kunoichis, la peliceleste se frenó en seco y comenzó a explicarle los motivos por lo que había salido en primer lugar y aunque a Noemi le dolía en el fondo de su ser tener que separarse de una criaturita tan inocente y buena como lo era Eri, terminó por aceptarlo.
—Claro, gracias de nuevo. —Le dijo sin esperar mucho más para no retenerla, tenía que apurarse si no quería que la atrapase la noche y si le acompañaba probablemente terminaría por retrasarla nuevamente así que prefirió irse sola a los dojos, aunque primero tuvo que responder un par de preguntas de parte de los samurái… El lado positivo era que no se pondrían a inspeccionar por armamento a una kunoichi o podría llegar a ponerse violenta por ello.
Y así fue como Noemi terminó por separarse definitivamente de la chica de Uzushio, le dejaron pasar y para su sorpresa las calles no estaban tan concurridas como se habría esperado, parecía que todos estaban metidos en algún local trabajando o puede que consiguiendo lugar para la cena. Quien sabe, lo importante era que la rubia se tenía que ir a buscar un lugar donde pasar la noche o dormiría en la calle. ~Espero pegarla con la primera. ~Pensó tratando de darse ánimos en su nueva búsqueda.
—Me alegro mucho, Eri. —Soltó con una sonrisa en el rostro y se dio el lujo de acariciarle con delicadeza el cuero cabelludo aprovechando la diferencia de estaturas. Tras ello simplemente siguieron caminando, no había mucho más para hablar considerando que aún no estaban completamente recuperadas de los sustos y nervios del día pero va, por lo menos podrían aparentarlo entre las calles.
Pero cuando ya tenían los dojos a simple vista, cuando los samurái ya estaban alertados de la presencia de ambas kunoichis, la peliceleste se frenó en seco y comenzó a explicarle los motivos por lo que había salido en primer lugar y aunque a Noemi le dolía en el fondo de su ser tener que separarse de una criaturita tan inocente y buena como lo era Eri, terminó por aceptarlo.
—Claro, gracias de nuevo. —Le dijo sin esperar mucho más para no retenerla, tenía que apurarse si no quería que la atrapase la noche y si le acompañaba probablemente terminaría por retrasarla nuevamente así que prefirió irse sola a los dojos, aunque primero tuvo que responder un par de preguntas de parte de los samurái… El lado positivo era que no se pondrían a inspeccionar por armamento a una kunoichi o podría llegar a ponerse violenta por ello.
Y así fue como Noemi terminó por separarse definitivamente de la chica de Uzushio, le dejaron pasar y para su sorpresa las calles no estaban tan concurridas como se habría esperado, parecía que todos estaban metidos en algún local trabajando o puede que consiguiendo lugar para la cena. Quien sabe, lo importante era que la rubia se tenía que ir a buscar un lugar donde pasar la noche o dormiría en la calle. ~Espero pegarla con la primera. ~Pensó tratando de darse ánimos en su nueva búsqueda.