27/06/2016, 02:08
Tatsuya alzó una ceja al ver cómo su compañero le ignoró por completo y se puso revisar su portaobjetos, del cual sacó una libreta y se puso a tomar nota de algo. Por un momento el Takanashi pensó que estaba apuntando cuantos pandas llevaba, aunque no lo consideraba necesario. Tras ello el Uchiha tomó al osezno y la madre se puso en alerta, pero el espadachín le dió algo de caña apaciguarla.
Así emprendieron el camino de vuelta al pueblo con su primer grupo de pandas mientras la suave nevada continuaba, el silencio reinó una vez más. Andaban cada quién por su lado, sin decir nada.
Al regresar estaban a la espera de que el monje malhumorado atendiera a la puerta, pero fue su ayudante el que los recibió en la entrada. Los pandas reaccionaron de forma curiosa, la osa rápidamente quiso acercarse a Hidetaka y su cría también parecía eufórica de alguna manera, aparentemente le tenían mucho cariño. El moreno entonces abrió más el portón y el anciano se asomó para ver a los dos genins.
—Vaya, vaya, dos menos— Parecía complacido —Aún es temprano, traíganme otra tanta de pandas antes de que anochezca, dense prisa— Dijo para luego darse media vuelta.
—Entendido— Se limitó a responder el Takanashi, aunque tenía una inquietud. —Señor, ¿no va a darnos más cañas?.
—¿Hmm?— El monje giró su cabeza para verlo —¿Acaso no les di suficientes? Suerte tienen de que no se las estoy cobrando, hagan lo que puedan con las que les dí para hoy— Se volteó a la vez que su bigote bailaba.
—Comprendo señor— Reverenció antes de que el hombre saliera de su vista.
No le quedaba de otra que arreglárselas con las que tenían, que no eran muchas. A decir verdad, ahora quedaban menos de la mitad.
"Sí que comen bastante"
Así emprendieron el camino de vuelta al pueblo con su primer grupo de pandas mientras la suave nevada continuaba, el silencio reinó una vez más. Andaban cada quién por su lado, sin decir nada.
Al regresar estaban a la espera de que el monje malhumorado atendiera a la puerta, pero fue su ayudante el que los recibió en la entrada. Los pandas reaccionaron de forma curiosa, la osa rápidamente quiso acercarse a Hidetaka y su cría también parecía eufórica de alguna manera, aparentemente le tenían mucho cariño. El moreno entonces abrió más el portón y el anciano se asomó para ver a los dos genins.
—Vaya, vaya, dos menos— Parecía complacido —Aún es temprano, traíganme otra tanta de pandas antes de que anochezca, dense prisa— Dijo para luego darse media vuelta.
—Entendido— Se limitó a responder el Takanashi, aunque tenía una inquietud. —Señor, ¿no va a darnos más cañas?.
—¿Hmm?— El monje giró su cabeza para verlo —¿Acaso no les di suficientes? Suerte tienen de que no se las estoy cobrando, hagan lo que puedan con las que les dí para hoy— Se volteó a la vez que su bigote bailaba.
—Comprendo señor— Reverenció antes de que el hombre saliera de su vista.
No le quedaba de otra que arreglárselas con las que tenían, que no eran muchas. A decir verdad, ahora quedaban menos de la mitad.
"Sí que comen bastante"