27/06/2016, 16:50
Con toda la molestia que le había generado que le echasen un recipiente con algún cálido líquido en su interior la chica no había llegado a notar que el albino aun sostenía su cartón con café del que incluso aún salía vapor. En otras palabras, no había sido él el gracioso que la había agredido pero con sus palabras pareció ser que todo el mundo lo interpretó como si lo hubiese hecho realmente aunque le tenían la mirada clavada.
Gracias al descontento de la multitud el moreno optó por redimirse pidiendo disculpas a las que la pelirroja simplemente hizo un gesto con la mano sin mostrar la más mínima intención de voltearse siquiera, según ella todo el asunto había terminado con eso y lo que menos quería era montar una escena en ese día en que tenía pensado hacer de floja hasta la mañana siguiente.
—Para colmo tendré que darme una ducha. —Se quejó la chica que acostumbraba a bañarse pero caída la noche.
—Seguramente te venga bien para relajarte. —Respondió la madre de la kunoichi a medida que se iba ‘materializando’ justo a su lado.
—Venga… Que podría haberse tomado lo del vaso antes de tirármelo encima. —Respondió de mala gana en lo que buscaba con la zurda aquel adorno que mantenía su abundante cabellera ‘junta’.
Tras encontrar el lazo rojo que estaba ciertamente camuflado entre su propio cabello, atrajo hacia adelante toda su melena en busca de aquella zona impregnada en líquidos aunque lamentablemente la mayor parte le había caído en la nuca.
—¿Desde cuándo el café apesta a fruta…? —Preguntó en un susurro mientras analizaba lo que tenía pegado que para colmo estaba bastante pegajoso.
—Esperemos que no te lo deje teñido. Te quedaría bastante feo un manchón en la nuca. —Soltó con cierto tonito burlón la mayor.
Si nada la detenía, Ritsuko se retiraría a la posada donde en primera medida se ducharía y luego muy probablemente se pase el resto del día durmiendo.
Gracias al descontento de la multitud el moreno optó por redimirse pidiendo disculpas a las que la pelirroja simplemente hizo un gesto con la mano sin mostrar la más mínima intención de voltearse siquiera, según ella todo el asunto había terminado con eso y lo que menos quería era montar una escena en ese día en que tenía pensado hacer de floja hasta la mañana siguiente.
—Para colmo tendré que darme una ducha. —Se quejó la chica que acostumbraba a bañarse pero caída la noche.
—Seguramente te venga bien para relajarte. —Respondió la madre de la kunoichi a medida que se iba ‘materializando’ justo a su lado.
—Venga… Que podría haberse tomado lo del vaso antes de tirármelo encima. —Respondió de mala gana en lo que buscaba con la zurda aquel adorno que mantenía su abundante cabellera ‘junta’.
Tras encontrar el lazo rojo que estaba ciertamente camuflado entre su propio cabello, atrajo hacia adelante toda su melena en busca de aquella zona impregnada en líquidos aunque lamentablemente la mayor parte le había caído en la nuca.
—¿Desde cuándo el café apesta a fruta…? —Preguntó en un susurro mientras analizaba lo que tenía pegado que para colmo estaba bastante pegajoso.
—Esperemos que no te lo deje teñido. Te quedaría bastante feo un manchón en la nuca. —Soltó con cierto tonito burlón la mayor.
Si nada la detenía, Ritsuko se retiraría a la posada donde en primera medida se ducharía y luego muy probablemente se pase el resto del día durmiendo.