30/06/2016, 15:31
Mientras el muchacho desataba a la pobre chiquilla, Mistuki se dejó caer de rodillas junto a él totalmente agotada. Ese último esfuerzo había acabado con todas las fuerzas que le quedaban, le costaba incluso controlar la respiración por lo que jadeaba continuamente.
"Nos ha faltado muy poco..." ahora que ya estaba un poco más tranquila veía las cosas con un tanto más de perspectiva, pero lo cierto es que tan sólo la suerte les había salvado de un destino mucho menos agradable "Por mi culpa podríamos estar ahora mismo muertos..." dedicó una fugaz mirada a su compañero que descansaba ahora sobre el suelo alegre y despreocupado "Soy demasiado débil como para protegerme a mí misma... ¿como puedo pretender proteger a los demás?"
Desde el lindero del bosque, una figura oscura llamó su atención provocando que levantase la mirada. Era el hombre que les había salvado, nada más y nada menos que el padre de Tatsuya que al contrario que su hijo tenía un aspecto bastante intimidante.
Se acercaba a ellos a paso lento pero constante, apoyándose en su su espada. Incluso para él, el barbudo, había sido un oponente duro. Mucho más de lo que ninguno de los dos podía haberse imaginado en el momento en que decidieron abandonar el pueblo para salvar a la chica.
—Ustedes dos, ¿me pueden explicar cómo terminaron peleando con ese criminal?— soltó nada más detenerse frente al extraño trío que aún se reponía del susto.
—Lo lamento mucho, fue todo culpa mía— se disculpo la joven al estilo tradiconal, manos apoyadas en el suelo y cabeza apunto de tocar el suelo —Tatsuya solo me siguió para tratar de protegerme, le ruego que le disculpe— acentuó un poco más la reverencia
La peliblanca esperaba así librar al joven de la reprimenda que se intuía venir.
"Nos ha faltado muy poco..." ahora que ya estaba un poco más tranquila veía las cosas con un tanto más de perspectiva, pero lo cierto es que tan sólo la suerte les había salvado de un destino mucho menos agradable "Por mi culpa podríamos estar ahora mismo muertos..." dedicó una fugaz mirada a su compañero que descansaba ahora sobre el suelo alegre y despreocupado "Soy demasiado débil como para protegerme a mí misma... ¿como puedo pretender proteger a los demás?"
Desde el lindero del bosque, una figura oscura llamó su atención provocando que levantase la mirada. Era el hombre que les había salvado, nada más y nada menos que el padre de Tatsuya que al contrario que su hijo tenía un aspecto bastante intimidante.
Se acercaba a ellos a paso lento pero constante, apoyándose en su su espada. Incluso para él, el barbudo, había sido un oponente duro. Mucho más de lo que ninguno de los dos podía haberse imaginado en el momento en que decidieron abandonar el pueblo para salvar a la chica.
—Ustedes dos, ¿me pueden explicar cómo terminaron peleando con ese criminal?— soltó nada más detenerse frente al extraño trío que aún se reponía del susto.
—Lo lamento mucho, fue todo culpa mía— se disculpo la joven al estilo tradiconal, manos apoyadas en el suelo y cabeza apunto de tocar el suelo —Tatsuya solo me siguió para tratar de protegerme, le ruego que le disculpe— acentuó un poco más la reverencia
La peliblanca esperaba así librar al joven de la reprimenda que se intuía venir.