Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Primavera, año 201

Juro se frotó los ojos con insistencia, gracias al sol que le iluminaba en todo su esplendor. Trató de inclinarse, abandonando el respaldo de su asiento, para poder ver algo.

- ¿Qué está haciendo esa chica? – preguntó una voz femenina, a su lado.

Juro no conocía a la autora. Realmente no conocía a nadie. Estaba rodeado de gente desconocida, en sus respectivos asientos.

- Se está rindiendo… - dijo otra voz, esta vez masculina, con algo de indignación.

- No puedo creerlo… - comentó otra, con el mismo sentimiento.

Pronto, un gran murmullo se formó alrededor de Juro. Sintió como la gente se revolvía, furiosa, y comenzaba a levantarse de sus asientos.

Él también trató de levantarse, pero no pudo. Estaba inmovilizado en su silla.

- ¿Katsue? – con una débil voz, llamó a su hermana - ¡Katsue!

Pero no aparecía nadie.

Una gran explosión se escuchó en el ambiente. Juro cerró los ojos, temeroso de lo que podría pasar a continuación. Sintió como su asiento desaparecía y como su cuerpo caía sin remedio al suelo. Pero los mantuvo cerrados.

Como un niño asustado, simplemente se abrazó a sus rodillas como pudo y se mantuvo en silencio, pensando en que sus problemas se irían por arte de magia. Pero ni si quiera él pudo aguantar esa templanza. Sus ojos se cansaron y le suplicaron abrirse. A pesar del miedo, no pudo contenerse. Terminó por abrir los ojos, con una mezcla de impaciencia y miedo.

Justo delante de él había un cuerpo desmembrado de una mujer. Estaba partido en dos por un trozo de roca cercano que había caído. El reguero de sangre llegaba hasta él mismo. Gritó, presa del pánico.

Trató de levantarse otra vez, pero se dio cuenta de que no podía. Encima de él había un cadáver. Y encima suyo otro. Una montaña de cadáveres se había apilado sobre él, y poco a poco, le estaban quitando el aire. Arañó, pataleo, e incluso mordió, hasta que la boca se le llenó de sangre, pero no cesaron su agarre.

Otra vez escuchó el terrible bramido, un grito de ultratumba proveniente de todas partes. Nunca podía ver de dónde venía, nunca tenía tiempo.

Poco a poco, los cadáveres le oprimieron, taponaron su campo de visión, y le dejaron sin respiración. Todo se había vuelto negro, lloraba y gritaba, pero no podía respirar. Sentía como el aire abandonaba sus pulmones, y esta vez, no era capaz de hacer nada para salir…
……………………………………………………………………………………….

- ¡No!

Juro prácticamente saltó de la cama, y aterrizó en el suelo cercano. Emitió un sonido de protesta cuando su cabeza se estrelló contra el suelo de madera. Se levantó, con dificultad.

Por los rayos de sol que se filtraban a través de los huecos de la persiana, pudo ver que era de día.

- Dudo que pueda dormir más…

Abrió de par en par la ventana tras eliminar la oscuridad. Se frotó los ojos nuevamente, esta vez de cansancio, salió de su cuarto.

Tras hacerlo, se encontró prácticamente a su hermana de bruces. Juro se sorprendió. Estaba mucho peor que de costumbre. Su pelo rubio, siempre peinado en una larga melena, ahora estaba revuelto en un moño. Pudo apreciar ojeras en su rostro, y este parecía incluso más apagado que de costumbre.

- Hola… - fue lo único que se le ocurrió decir.

- Juro… - el ingenio y la crueldad que le habían caracterizado ya no estaban. Estaba atontada – Oí gritos, y pensé que…

- Ha sido solo una pesadilla… - admitió - ¿Tú no tienes?

- He visto muchas cosas en mi experiencia… - sin embargo, al final terminó por admitir también su parte – Pero admito que lo que vi ese día me perturbó…

- No fue hace tanto…

- ¿Qué?

- Lo has llamado “ese día”, como si hubiesen pasado años.

- Realmente parece que hubiesen pasado años.

¿Cuánto había pasado? ¿Varias semanas? ¿Un mes como mucho? Ambos habían perdido la noción del tiempo.
Juro se arrastró como un zombie por la cocina, en busca de algo comestible. Katsue le siguió, observando su comportamiento. Después, se detuvo de golpe.

- Ya es suficiente . – soltó de repente.

- ¿Hmm?...

Antes de que explicar nada, su hermana le agarró por el brazo y le llevó hasta el sofá. Se sentó y lo sentó a él al lado.

- Tenemos que hablar. De lo que pasó. Llevamos un tiempo evitándonos, como si alguno hubiese muerto ahí.

- Bueno… - las palabras se le atragantaron antes de contradecir lo que le dijo.

“Técnicamente, nosotros morimos ahí. O deberíamos haberlo hecho”

- Mira, Juro, yo nunca pensé que… bueno, pasaría algo así – admitió, al fin – Siento no haber estado ahí.

Juro la miró, con los ojos entrecerrados. ¿Hablaba en serio? ¿Se estaba disculpando?

- ¿Dónde estabas? – preguntó por fin. Era la primera pregunta que formulaba de lo sucedido en semanas.

- En una fila paralela. Cuando todo estalló, la mayor parte de los civiles fueron enterrados vivos o mutilados. No me quedo más remedio que ayudar con la evacuación. Esperaba encontrarte, pero…

- Pero la gente casi me mata…

- Si, exacto – dijo su hermana, con aire sombrío – Pero no te mataron. Te salvaste por tus propios medios.

- Y después…

- Después…eso.

Juro lo recordaba perfectamente. Aquella sensación. Mientras arrastraba a un inconsciente Kazuma a salvo, pudo ver de lejos como aquella criatura realizaba una increíble técnica. No pudo ver mucho, pero al instante, sintió prácticamente como era la muerte. Como la piel se le desprendía de los huesos y moría.

Y después, un hombre que se hizo llamar el sabio de los seis caminos les salvó la vida. A él y a todos.

“Y me habló. Como si me conociese de toda la vida”

Y lo más escalofriante. Les advirtió de alguien que se aproximaba, alguien malvado. El hombre de la risa escalofriante.

- ¿De qué iba todo eso? – preguntó al fin, confuso.

- No lo sé, Juro, no lo sé… - admitió Katsue – Lo único que sé es que ahora la paz parece estar llegando.

- Antes también parecía haber paz…

- Ahora es mucho más que eso. La gente teme lo que podría pasar. El temor nos mantiene unidos.

- ¿Por cuánto tiempo?

- No lo sé…

De pronto, su hermana estaba de rodillas, junto a él. Le agarró ambas manos con fuerza, pero Juro no retrocedió.

- Mira, Juro, la situación es difícil, y solo puede empeorar… - admitió finalmente – Por eso, debemos ser fuertes. Tú y yo.

Juro tragó saliva. Sabía que su hermana tenía razón. Pero era tan difícil…

“Juro, ¿sigues creciendo tan rápido como entonces, eh?”

De pronto, recordó la impotencia. La impotencia que sintió ese día, por no haber hecho nada. Casi murió aplastado por civiles. Ni si quiera pudo ayudar a sus amigos, ni verlos. El que estuviera n todos vivos era un milagro.

Un milagro que no se repetiría.

- Tienes razón… - dijo, al fin – Tengo que volverme más fuerte. Para lo que está por venir…

Pestañeó. ¿Qué había estado haciendo tanto tiempo? Estaba totalmente perdido. Tenía que volver al entrenamiento rutinario. No tenía tiempo que perder.

Su hermana sonrió un poco al verle, como si pudiese leerle el pensamiento.

- Está bien que pienses en eso, porque pronto me tendré que ir a otra misión. No sé ni cuando volveré – dijo - así que espero que cuando vuelva encuentre tu cuarto limpio, y a ti en perfecta forma.

- Lo harás…

Juro se quedó mirando la ventana, durante unos segundos. Después, miró su cuerpo. Paso la mirada por sus piernas, su cuerpo, sus manos…

“Tengo que crecer. Crecer como he estado haciendo…”

No lo entendió en ese momento. Pero sospechó que terminaría por hacerlo. Después de todo, no olvidaría algo como lo que pasó, por muy traumático que fuese…
Hablo / Pienso

Avatar hecho por la increible Eri-sama.

...

Sellos implantados: Hermandad intrepida
  • Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60
Responder


Mensajes en este tema
[Unific] Un nuevo rumbo - por Eikyuu Juro - 1/07/2016, 23:55
RE: [Unific] Un nuevo rumbo - por Eikyuu Juro - 2/07/2016, 19:03
RE: [Unific] Un nuevo rumbo - por Eikyuu Juro - 4/07/2016, 00:39
RE: [Unific] Un nuevo rumbo - por Eikyuu Juro - 6/07/2016, 22:34
RE: [Unific] Un nuevo rumbo - por Eikyuu Juro - 9/07/2016, 22:39
RE: [Unific] Un nuevo rumbo - por Eikyuu Juro - 15/07/2016, 16:37
RE: [Unific] Un nuevo rumbo - por Eikyuu Juro - 22/07/2016, 23:47


This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.