20/05/2015, 15:32
Con los brazos cruzados y ante la afirmación de aquel artista de la arcilla simplemente me quedé observando como aquella aberración de la naturaleza con forma de mano en la palma de su mano amasaba la arcilla y le iba dando forma. Entusiasmado, llegó el momento de ver lo que había preparado. El orificio se abrió y de él se pudo ver una pequeña figura con la forma de mi rostro; no estaba mal hecha, de verdad que no, pero me decepcionó. con tanta palabrería las expectativas habían quedado por las nubes y aquello me sentó como un jarro de agua fría. De todos modos, era solo una boca, no sé porque diantres iba a esperar una obra de arte que costase millones de ryos.
-¡Gracias!- dije mientras la tomaba entre mis manos sin perder de vista a Yoshimitsu -Más te vale que mantengas tu palabra y no hayan sorpresitas desagradables- advertí.
Observé la figura más de cerca mientras vi en ella una escusa perfecta para soltarle a mamá cuando me encontrase y solo pensase en darme una buena bronca. La dejé reposando en la mesa mientras el tipo seguía hablando sobre aquello de los clanes y sus secretismos. Fui asintiendo mientras mantenía la mirada fija en aquel shinobi extranjero. Debía esquivar pregunta alguna sobre nuestro clan. Pero para mi sorpresa no insistió y simplemente me dio la razón en lo que respectaba al medallón.
*Una de dos; o es muy ingenuo, o no le apetece insistir
Sea como fuere, aquello me iba que ni pintado. Volví a esconder el medallón bajo la camiseta negra, lejos de la vista del mundo exterior.
Hasta yo me había olvidado. Aquella charla nos atrapó y cautivó y como que lo demás pasaba a un segundo plano. Tanto fue así que me olvidé de mamá por unos instantes y el porque estaba allí sentado hasta que el gennin lo preguntó.
-Joder, es verdad- reí con nerviosismo -La pesada de mi madre insistió en venir aquí conmigo. No sabe hacer otra cosa que obligarme a ir con ella cuando se va de compras fuera de la aldea. Dice que se siente protegida... En fin, es un coñazo y por eso me escabullí en cuanto tuve opción hasta que aparecí en esta calle y tu me vistes-
*Y por mi integridad física no debería demorarme demasiado en volver*
Di un largo trago de mi vaso con tal de calmarme un poco.
-Supongo que puedo quedarme un rato más- dije mientras me frotaba la nuca y me encogía ligeramente de hombros.
-¡Gracias!- dije mientras la tomaba entre mis manos sin perder de vista a Yoshimitsu -Más te vale que mantengas tu palabra y no hayan sorpresitas desagradables- advertí.
Observé la figura más de cerca mientras vi en ella una escusa perfecta para soltarle a mamá cuando me encontrase y solo pensase en darme una buena bronca. La dejé reposando en la mesa mientras el tipo seguía hablando sobre aquello de los clanes y sus secretismos. Fui asintiendo mientras mantenía la mirada fija en aquel shinobi extranjero. Debía esquivar pregunta alguna sobre nuestro clan. Pero para mi sorpresa no insistió y simplemente me dio la razón en lo que respectaba al medallón.
*Una de dos; o es muy ingenuo, o no le apetece insistir
Sea como fuere, aquello me iba que ni pintado. Volví a esconder el medallón bajo la camiseta negra, lejos de la vista del mundo exterior.
Hasta yo me había olvidado. Aquella charla nos atrapó y cautivó y como que lo demás pasaba a un segundo plano. Tanto fue así que me olvidé de mamá por unos instantes y el porque estaba allí sentado hasta que el gennin lo preguntó.
-Joder, es verdad- reí con nerviosismo -La pesada de mi madre insistió en venir aquí conmigo. No sabe hacer otra cosa que obligarme a ir con ella cuando se va de compras fuera de la aldea. Dice que se siente protegida... En fin, es un coñazo y por eso me escabullí en cuanto tuve opción hasta que aparecí en esta calle y tu me vistes-
*Y por mi integridad física no debería demorarme demasiado en volver*
Di un largo trago de mi vaso con tal de calmarme un poco.
-Supongo que puedo quedarme un rato más- dije mientras me frotaba la nuca y me encogía ligeramente de hombros.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa