—Usted, usted es...— Intentó acercarse a ella.
—Primero fue mi cuñado, luego mi hermana, la pequeña Aki también... Y ahora, Akai, Akai... ¡Ese maldito mató a Akai!— Alejó a Tatsuya con violencia y señaló con su mano a Tenma —¿¡Porqué toda mi familia me fue arrebatada!? ¿¡Porqué me niegan la venganza!? ¿¡PORQUE!?— La mujer se llevó las manos al rostro y se arrodilló mientras lloraba.
—Yo no, no lo sé— Sabía que era una pregunta retórica, pero aún así se vió en la necesidad de responder.
La turba quería seguir con su linchamiento, pero Tatsuya no sabía ya de que lado ponerse.
"Todo está mal, esto no debería estar pasando"
Pronto sintió un empujón, empezaban a amotinarse mientras traían recipientes con aceite inflamable, el espadachín intentó detenerlos pero pronto ya no había orden en ese pueblo sin ley, todo pintanba para que se convirtiese en una masacre hasta que...
El jounin con imperiosa prescencia les ordenó a todos los presentes que se calmaran, los asustadizos habitantes soltaron los palos y piedras del susto. Ahora todos volteaban a ver a aquel hombre de de ropajes negros y guadaña negra.
—Parecen animales... No, ni eso, los animales no matan por estupideces— Les dedicó una mirada reprobatoria a los aldeanos —Si quisieran arreglar las cosas podrían pedir ayuda a alguna autoridad del País del Fuego, si no pues síganse pudriendo en la miseria de este intento fallido de asentamiento humano— Se alejó de la viga y empezó a caminar a la entrada del pueblo. —Tatsuya, nos vamos— Mientras avanzaba se paró a la par de donde estaba la peliblanca —Imagino que tú también tienes cosas que hacer ¿no? Si vas al noroeste llegarás a Minori en el País de la Espiral, es el pueblo mas cercano a la frontera...
No iba a dejarlos descansar siquiera, el jounin no tenía interés de mezclarse en los asuntos de la gente y por lo tanto se marcharía cuanto antes.
Tatsuya se levantó y trató de alcanzarle, miró a la kunoichi, buscando algo que decirle.
—Yo, yo...— Estaba nervioso, quería despedirse al menos, pero no sabía cómo.
—Primero fue mi cuñado, luego mi hermana, la pequeña Aki también... Y ahora, Akai, Akai... ¡Ese maldito mató a Akai!— Alejó a Tatsuya con violencia y señaló con su mano a Tenma —¿¡Porqué toda mi familia me fue arrebatada!? ¿¡Porqué me niegan la venganza!? ¿¡PORQUE!?— La mujer se llevó las manos al rostro y se arrodilló mientras lloraba.
—Yo no, no lo sé— Sabía que era una pregunta retórica, pero aún así se vió en la necesidad de responder.
La turba quería seguir con su linchamiento, pero Tatsuya no sabía ya de que lado ponerse.
"Todo está mal, esto no debería estar pasando"
Pronto sintió un empujón, empezaban a amotinarse mientras traían recipientes con aceite inflamable, el espadachín intentó detenerlos pero pronto ya no había orden en ese pueblo sin ley, todo pintanba para que se convirtiese en una masacre hasta que...
¡TRANQUILÍZENSE DE UNA VEZ O LES VUELO LA CABEZA A CADA UNO DE USTEDES!
El jounin con imperiosa prescencia les ordenó a todos los presentes que se calmaran, los asustadizos habitantes soltaron los palos y piedras del susto. Ahora todos volteaban a ver a aquel hombre de de ropajes negros y guadaña negra.
—Parecen animales... No, ni eso, los animales no matan por estupideces— Les dedicó una mirada reprobatoria a los aldeanos —Si quisieran arreglar las cosas podrían pedir ayuda a alguna autoridad del País del Fuego, si no pues síganse pudriendo en la miseria de este intento fallido de asentamiento humano— Se alejó de la viga y empezó a caminar a la entrada del pueblo. —Tatsuya, nos vamos— Mientras avanzaba se paró a la par de donde estaba la peliblanca —Imagino que tú también tienes cosas que hacer ¿no? Si vas al noroeste llegarás a Minori en el País de la Espiral, es el pueblo mas cercano a la frontera...
No iba a dejarlos descansar siquiera, el jounin no tenía interés de mezclarse en los asuntos de la gente y por lo tanto se marcharía cuanto antes.
Tatsuya se levantó y trató de alcanzarle, miró a la kunoichi, buscando algo que decirle.
—Yo, yo...— Estaba nervioso, quería despedirse al menos, pero no sabía cómo.