4/07/2016, 00:19
Justo cuando la kunoichi estaba a punto de salirse con la suya a través de la enorme puerta del recinto, algo la tomó por el brazo y la obligó a frenarse en seco además que el gesto fue acompañado de unas palabras que realmente sonaron muy mal en la mente de la chica.
—Pero que me estás contando… —Fue lo primero que salió de la boca de la joven al momento en que se volteaba a mirar al moreno.
La voz del chico ya por el día le había quedado grabada en la mente pero con un poco de suerte en unos días se la olvidaría totalmente, además de la cara del contrario que tampoco el hacía ninguna gracia.
Ritsuko tras voltearse le dedicó una mirada algo fría y con ojos entrecerrados justo antes de desviarla levemente a un lado, donde estaban los guardias intentando cargar al delincuente.
—Mira, si buscas responsables allí los tienes, me pidieron que les ayudara con un ladrón porque solos no podían. —Dijo finalmente tras lo cual con un gesto algo brusco del brazo intentó zafarse del agarre del moreno.
—Además, a la encargada le pagan por eso, es su trabajo, no tuyo, no mío, solo de ella. —Agregó con una sonrisita que iba perfecto para el tonito pseudo burlón que estaba utilizando a la hora de pronunciar aquellas palabras.
Y ya con eso esperaba que el chico entendiera que no estaba para nada dispuesta a ofrecer su ayuda una vez más, suficiente con haberse casi matado por el asunto ese de los guardias y el ladrón sin mencionar que ni las gracias le terminarían por dar. Además, ni siquiera tendría que estar allí, debería regresarse de una bendita vez a la aldea para que le den su paga por el trabajo inicial que la llevó hasta allí.
—Si eso era todo me voy. —Finalizó la pelirroja ya dispuesta, una vez más, a retirarse.
—Pero que me estás contando… —Fue lo primero que salió de la boca de la joven al momento en que se volteaba a mirar al moreno.
La voz del chico ya por el día le había quedado grabada en la mente pero con un poco de suerte en unos días se la olvidaría totalmente, además de la cara del contrario que tampoco el hacía ninguna gracia.
Ritsuko tras voltearse le dedicó una mirada algo fría y con ojos entrecerrados justo antes de desviarla levemente a un lado, donde estaban los guardias intentando cargar al delincuente.
—Mira, si buscas responsables allí los tienes, me pidieron que les ayudara con un ladrón porque solos no podían. —Dijo finalmente tras lo cual con un gesto algo brusco del brazo intentó zafarse del agarre del moreno.
—Además, a la encargada le pagan por eso, es su trabajo, no tuyo, no mío, solo de ella. —Agregó con una sonrisita que iba perfecto para el tonito pseudo burlón que estaba utilizando a la hora de pronunciar aquellas palabras.
Y ya con eso esperaba que el chico entendiera que no estaba para nada dispuesta a ofrecer su ayuda una vez más, suficiente con haberse casi matado por el asunto ese de los guardias y el ladrón sin mencionar que ni las gracias le terminarían por dar. Además, ni siquiera tendría que estar allí, debería regresarse de una bendita vez a la aldea para que le den su paga por el trabajo inicial que la llevó hasta allí.
—Si eso era todo me voy. —Finalizó la pelirroja ya dispuesta, una vez más, a retirarse.