4/07/2016, 00:55
—Claro que puedo. —Respondió casi burlona mientras se disponía a retirarse pero venga, un hombre gigante se le apareció delante.
~¿Es en serio? ~Pensaba la kunoichi que ahora tenía la mirada clavada en el mastodonte, incrédula por ver ese intento estúpido por parecer intimidante justamente frente a una kunoichi con algunos patos volados.
A ella por lo menos le daba lo mismo, le rodearía y se retiraría pero enseguida, los guardias a los que había ayudado terminaron por clavarle un puñal por la espalda, acusándola así porque si de todo el lío que se había montado y en consecuencia, el gigante intentó usar su voz y presencia para intimidarla cosa que no tuvo ningún efecto en la joven que había optado por alejarse un par de pasos.
—Claro. —Respondió con tonadita alegre ante la pregunta del grandote.
—¡Que tus guardias son unos mierdas! —Soltó sonriente con una mano extendida en dirección a los dos que había ayudado.
—Esos dos inútiles corrían a ese ladrón que YO atrapé, gritando a todo el mundo “¡Que alguien lo detenga!” —Explicaba Ritsuko, haciendo uso de la ironía de una manera que hacía parecer que estaba en plena obra de teatro.
Finalmente tras devolver la mirada al gigante poco intimidante se cruzó de brazos y le dedicó una mirada bastante punzante, casi como si pretendiese intimidarle.
—Así que dígame. ¿Por qué mierda tendría, esta pequeña y/o mocosa, que hacerse cargo de este desastre cuando los que faltaron a su deber fueron aquellos dos…?
Si llegaba a tener algún tipo de inconveniente le era totalmente indiferente, estaba lista para defenderse y sabía perfectamente como burlar al gigante ese que parecía poco ágil.
~¿Es en serio? ~Pensaba la kunoichi que ahora tenía la mirada clavada en el mastodonte, incrédula por ver ese intento estúpido por parecer intimidante justamente frente a una kunoichi con algunos patos volados.
A ella por lo menos le daba lo mismo, le rodearía y se retiraría pero enseguida, los guardias a los que había ayudado terminaron por clavarle un puñal por la espalda, acusándola así porque si de todo el lío que se había montado y en consecuencia, el gigante intentó usar su voz y presencia para intimidarla cosa que no tuvo ningún efecto en la joven que había optado por alejarse un par de pasos.
—Claro. —Respondió con tonadita alegre ante la pregunta del grandote.
—¡Que tus guardias son unos mierdas! —Soltó sonriente con una mano extendida en dirección a los dos que había ayudado.
—Esos dos inútiles corrían a ese ladrón que YO atrapé, gritando a todo el mundo “¡Que alguien lo detenga!” —Explicaba Ritsuko, haciendo uso de la ironía de una manera que hacía parecer que estaba en plena obra de teatro.
Finalmente tras devolver la mirada al gigante poco intimidante se cruzó de brazos y le dedicó una mirada bastante punzante, casi como si pretendiese intimidarle.
—Así que dígame. ¿Por qué mierda tendría, esta pequeña y/o mocosa, que hacerse cargo de este desastre cuando los que faltaron a su deber fueron aquellos dos…?
Si llegaba a tener algún tipo de inconveniente le era totalmente indiferente, estaba lista para defenderse y sabía perfectamente como burlar al gigante ese que parecía poco ágil.