4/07/2016, 18:55
El Uchiha bebió un tazón de leche, un vaso de agua, un zumo y se llevó otro vaso de agua para la habitación. No acostumbraba a beber mucho antes de acostarse, pero aquella noche era especial. Aquella noche tenía un nombre de la lista que le reclamaba. Y cuando se trataba de su lista, Datsue se convertía en un trabajador nato.
Era media madrugada cuando se despertó con unas ganas terribles de ir al baño. Se levantó, con la vejiga llena y el torso desnudo, se adentró en el pasillo, en penumbra y con un silencio sepulcral, y liberó la presión echando hasta la última gota en el cuarto de baño.
—Fiuu… Qué gustito. Bueno, y ahora a hacer el ninja.
Se había fijado que en el pasillo había un mueble, una especie de estantería con fotos de osos y un par de jarrones. Cogió los jarrones con la respiración como única señal de su existencia y los colocó junto a la puerta de la habitación de Tatsuya, uno a cada lado.
Tal y como pensaba… Pesan lo suyo los malditos. Justo como quería.
Los pegó a la pared, sacó un hilo shinobi de su portaobjetos y ató cada extremo a un jarrón, tensándolo bien. La idea era simple y sencilla: cuando Tatsuya saliese de su habitación, somnoliento, tropezaría con el hilo y caería de bruces contra el suelo. ¿Una venganza un tanto infantil? Puede, pero ni mucho menos pensaba tachar el nombre de Tatsuya de su lista con tan solo aquella chiquillada. Aquella no sería sino la primera de muchas.
—Me pregunto si habrá caído en la trampa —farfulló, ya al amanecer, cuando se levantó para comprobar si los jarrones habían volado o seguían en su sitio.
...
Era media madrugada cuando se despertó con unas ganas terribles de ir al baño. Se levantó, con la vejiga llena y el torso desnudo, se adentró en el pasillo, en penumbra y con un silencio sepulcral, y liberó la presión echando hasta la última gota en el cuarto de baño.
—Fiuu… Qué gustito. Bueno, y ahora a hacer el ninja.
Se había fijado que en el pasillo había un mueble, una especie de estantería con fotos de osos y un par de jarrones. Cogió los jarrones con la respiración como única señal de su existencia y los colocó junto a la puerta de la habitación de Tatsuya, uno a cada lado.
Tal y como pensaba… Pesan lo suyo los malditos. Justo como quería.
Los pegó a la pared, sacó un hilo shinobi de su portaobjetos y ató cada extremo a un jarrón, tensándolo bien. La idea era simple y sencilla: cuando Tatsuya saliese de su habitación, somnoliento, tropezaría con el hilo y caería de bruces contra el suelo. ¿Una venganza un tanto infantil? Puede, pero ni mucho menos pensaba tachar el nombre de Tatsuya de su lista con tan solo aquella chiquillada. Aquella no sería sino la primera de muchas.
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—Me pregunto si habrá caído en la trampa —farfulló, ya al amanecer, cuando se levantó para comprobar si los jarrones habían volado o seguían en su sitio.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado