4/07/2016, 19:49
Tatsuya se fue hacia su habitación extremadamente cansado, sentía cómo si sus pies fueran ladrillos y cada paso para subir las gradas le resultaba una intensa tortura. Cuando llegó por fin a sus aposentos desenvainó la espada para limpiarla y quitarle toda la mugre, se lamentaba por el maltrato que tuvo que darle. Era ilógico que se preocupara más por el arma que por su propia suciedad, pero la maña se anteponía a todo lo demás. Al terminar se quedó dormido, abrazando la katana como si fuera un osito de peluche.
A la mañana siguiente se despertó con un poco de frío y con el pelo más alborotado de lo normal. Se puso en alerta al ver que el reloj marcaba ya las 7 de la mañana, era mucho más tarde que su hora habitual para despertar, pero el esfuerzo del día anterior no le había dejado madrugar como de costumbre. Apenas si le dió tiempo a revisar su arma y verificar que no le quedaban residuos por si lo de la noche anterior no hubiese sido suficiente. Se vió al espejo y casi se asusta al ver su reflejo, estaba tan despeinado que parecía un jodido espantapájaros. Consideró que lo mejor era darse una ducha rápida y luego ir a desayunar lo más rápido posible.
Se desvistió y tomó una bata de baño, abrió la puerta para salir cuanto antes y fue entonces cuando...
—¡Ahh!— Gritó mientras caía de cara al suelo.
Se había tropezado con algo fino y alargado, algo como un hilo, un hilo ninja.
—Datsue...— Masculló.
Por alguna razón no le sorprendía, pero eso no significaba que no le afectara. La jugarreta había tenido efecto y no le quedó de otra que levantarse y tratar de acomodar los jarrones de nuevo en su lugar. Fue su culpa no preveer que algo así iba a suceder.
"Debí haberlo imaginado, es obvio que ese niño no se sabe comportar"
A la mañana siguiente se despertó con un poco de frío y con el pelo más alborotado de lo normal. Se puso en alerta al ver que el reloj marcaba ya las 7 de la mañana, era mucho más tarde que su hora habitual para despertar, pero el esfuerzo del día anterior no le había dejado madrugar como de costumbre. Apenas si le dió tiempo a revisar su arma y verificar que no le quedaban residuos por si lo de la noche anterior no hubiese sido suficiente. Se vió al espejo y casi se asusta al ver su reflejo, estaba tan despeinado que parecía un jodido espantapájaros. Consideró que lo mejor era darse una ducha rápida y luego ir a desayunar lo más rápido posible.
Se desvistió y tomó una bata de baño, abrió la puerta para salir cuanto antes y fue entonces cuando...
—¡Ahh!— Gritó mientras caía de cara al suelo.
Se había tropezado con algo fino y alargado, algo como un hilo, un hilo ninja.
—Datsue...— Masculló.
Por alguna razón no le sorprendía, pero eso no significaba que no le afectara. La jugarreta había tenido efecto y no le quedó de otra que levantarse y tratar de acomodar los jarrones de nuevo en su lugar. Fue su culpa no preveer que algo así iba a suceder.
"Debí haberlo imaginado, es obvio que ese niño no se sabe comportar"