5/07/2016, 20:22
Tras ser ignorada olímpicamente por el que parecía ser el jefe de toda la bendita guardia, una parda más de inútiles comenzaron a llenar la biblioteca deambulando de un lado a otro sin hacer absolutamente nada productivo, solo miraban por aquí, tocaban los libros, los papeles y cosas así, nada realmente útil puesto que las cosas eran jodidamente sencillas pero…
—Gordo e inútil. —Susurró para sí misma refiriéndose claramente al grandote que la quiso intimidar.
Luego de mil vueltas, que los guardias intentasen justificarse una vez más y que el gigante interrogara un poco al albino que mal le caía a la pelirroja, ordenó básicamente que los retuvieran a todos los allí presentes. Ahora la cuestión, ¿por qué Ritsuko seguía allí y no se había ido ya? Un par más de guardias del pueblo estaban ahí parados estorbando y para colmo uno de ellos se le acercó con una cuerda.
—¡JAJAJA! —Río enérgica.
Acto seguido, la kunoichi hizo un rápido movimiento con su diestra y cortó la dichosa cuerda sin provocar ningún daño a nadie haciendo uso de una de las cuchillas de sus mangas.
—Voy a ir, pero por voluntad propia, ¿entendiste? —Soltó severa fulminando al oficial con la mirada.
Lo peor era que a ninguno parecía importarle la bandana que ella llevaba atada a la cintura, es decir, con algo de lógica sabrían que esa cuerda era completamente inútil para un shinobi en especial porque la idea probablemente era atarle las manos juntas. O sea, podría hacer sellos fácilmente y echar fuego por cualquiera de las válvulas.
Pero cada minuto que pasaba Ritsuko se enojaba más y más, quería irse y dejar de perder el tiempo pero esta parda de idiotas no se lo permitía, en su lugar la estaba reteniendo en contra de su dichosa voluntad.
—Moved el culo de una puta vez… —Exigió al guardia que pareció dispuesto a atarla de manos.
—Gordo e inútil. —Susurró para sí misma refiriéndose claramente al grandote que la quiso intimidar.
Luego de mil vueltas, que los guardias intentasen justificarse una vez más y que el gigante interrogara un poco al albino que mal le caía a la pelirroja, ordenó básicamente que los retuvieran a todos los allí presentes. Ahora la cuestión, ¿por qué Ritsuko seguía allí y no se había ido ya? Un par más de guardias del pueblo estaban ahí parados estorbando y para colmo uno de ellos se le acercó con una cuerda.
—¡JAJAJA! —Río enérgica.
Acto seguido, la kunoichi hizo un rápido movimiento con su diestra y cortó la dichosa cuerda sin provocar ningún daño a nadie haciendo uso de una de las cuchillas de sus mangas.
—Voy a ir, pero por voluntad propia, ¿entendiste? —Soltó severa fulminando al oficial con la mirada.
Lo peor era que a ninguno parecía importarle la bandana que ella llevaba atada a la cintura, es decir, con algo de lógica sabrían que esa cuerda era completamente inútil para un shinobi en especial porque la idea probablemente era atarle las manos juntas. O sea, podría hacer sellos fácilmente y echar fuego por cualquiera de las válvulas.
Pero cada minuto que pasaba Ritsuko se enojaba más y más, quería irse y dejar de perder el tiempo pero esta parda de idiotas no se lo permitía, en su lugar la estaba reteniendo en contra de su dichosa voluntad.
—Moved el culo de una puta vez… —Exigió al guardia que pareció dispuesto a atarla de manos.