6/07/2016, 03:28
(Última modificación: 6/07/2016, 03:28 por Uchiha Datsue.)
El oso se les estaba atragantado. Datsue no sabía si todavía quedaban más osos por rescatar o ya era el último, pues desconocía lo que había avanzado su compatriota por su lado, pero lo que sí sabía era que aquél les iba a costar un mundo.
¡Puf! Su transformación se deshizo, recuperando su imagen habitual. Entonces, fue el turno de Tatsuya. Cuando pareció que reaccionaba ante la insistencia de éste, el oso los sorprendió a los dos tomando la docena de cañas juntas, engulléndolas de un bocado. El Uchiha no pudo evitar reírse, viendo lo cómico de la situación, aunque siguió sin dirigirle la mirada al Takanashi.
Si por una cuantas cañas se digna a mover el brazo…
Rápidamente, soltó su corta cabellera atada en un moño, tomando la goma, para luego realizar otra vez los sellos del Henge y… transformar la goma elástica en una enorme caña de azúcar. Debía tener al menos medio metro de grosor, y era más larga que el propio Uchiha. Además, ya estaba pelada, y rebosaba de azúcar por cada fibra de su ser. Datsue la cargó sobre su hombro, de forma horizontal, y acercó el extremo al hocico del grandullón, por su lado derecho, aunque a la suficiente distancia como para que sus zarpas no lo alcanzasen de un movimiento.
—Vamos, pequeñín. Nunca has probado una caña igual y lo sabes. Venga, sacia tu apetito.
Sus músculos vibraban, inquietos. Sentía un hormigueo bajo la planta de los pies y el corazón empezó a aumentar su ritmo de bombeo. Todo su cuerpo se estaba preparando para la ansiada carrera…
¡Puf! Su transformación se deshizo, recuperando su imagen habitual. Entonces, fue el turno de Tatsuya. Cuando pareció que reaccionaba ante la insistencia de éste, el oso los sorprendió a los dos tomando la docena de cañas juntas, engulléndolas de un bocado. El Uchiha no pudo evitar reírse, viendo lo cómico de la situación, aunque siguió sin dirigirle la mirada al Takanashi.
Si por una cuantas cañas se digna a mover el brazo…
Rápidamente, soltó su corta cabellera atada en un moño, tomando la goma, para luego realizar otra vez los sellos del Henge y… transformar la goma elástica en una enorme caña de azúcar. Debía tener al menos medio metro de grosor, y era más larga que el propio Uchiha. Además, ya estaba pelada, y rebosaba de azúcar por cada fibra de su ser. Datsue la cargó sobre su hombro, de forma horizontal, y acercó el extremo al hocico del grandullón, por su lado derecho, aunque a la suficiente distancia como para que sus zarpas no lo alcanzasen de un movimiento.
—Vamos, pequeñín. Nunca has probado una caña igual y lo sabes. Venga, sacia tu apetito.
Sus músculos vibraban, inquietos. Sentía un hormigueo bajo la planta de los pies y el corazón empezó a aumentar su ritmo de bombeo. Todo su cuerpo se estaba preparando para la ansiada carrera…
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado