13/07/2016, 05:33
Tatsuya se había apenado un poco por la escena que le montó Nonoha en la calle, si bien la idea era no llamar la atención talvez desvió las ideas de la gente de otra forma, al final no se avergonzó por lo poco creíble que era la actuación sino por lo que representaba en sí. Esperó un buen rato a que la viejita regresara, tiempo suficiente para que la kunoichi arreglara el estropcio que llevaba por ropas.
"La tendera ya se tardó bastante"
Y cómo si hubiese sido invocada por los pensamientos del joven de ojos dispares la señora apareció milagrosamente con un rollo en la mano.
—Aquí tienen jovencitos— Dijo mientras le entregaba el mapa en las manos al espadachín con mucha lentitud
—¿Cuánto es?— Preguntó mientras sacaba su billetera.
—Son diez Ryos— Le respondió con una sonrisa.
—Aquí tiene, muchas gracias.
—Que pasen buena tarde— Se despidió mientras levantaba la manita y la movía de una lado a otro.
Tatsuya señaló con su rostro a la puerta indicándole a la kunoichi que le siguiese. Al salir del local miró a todos lados hasta que encontró una banca libre en medio de la plaza. Caminó hasta ella para sentarse y se aseguró de dejarle espacio a la castaña mientras él examinaba el mapa a profundidad.
—Según esto cerca de la zona comercial hay una zona industrial con distintos talleres y fábricas, pero solo nombra las que están operativas— Eso era un pequeño problema —Supongo que tendremos que ir a esa parte y buscar alguna que tenga pinta de abandonada— Concluyó.
"La tendera ya se tardó bastante"
Y cómo si hubiese sido invocada por los pensamientos del joven de ojos dispares la señora apareció milagrosamente con un rollo en la mano.
—Aquí tienen jovencitos— Dijo mientras le entregaba el mapa en las manos al espadachín con mucha lentitud
—¿Cuánto es?— Preguntó mientras sacaba su billetera.
—Son diez Ryos— Le respondió con una sonrisa.
—Aquí tiene, muchas gracias.
—Que pasen buena tarde— Se despidió mientras levantaba la manita y la movía de una lado a otro.
Tatsuya señaló con su rostro a la puerta indicándole a la kunoichi que le siguiese. Al salir del local miró a todos lados hasta que encontró una banca libre en medio de la plaza. Caminó hasta ella para sentarse y se aseguró de dejarle espacio a la castaña mientras él examinaba el mapa a profundidad.
—Según esto cerca de la zona comercial hay una zona industrial con distintos talleres y fábricas, pero solo nombra las que están operativas— Eso era un pequeño problema —Supongo que tendremos que ir a esa parte y buscar alguna que tenga pinta de abandonada— Concluyó.