15/07/2016, 18:05
—Veamos— Se levantó del banco y se colocó las manos en la cintura, viendo a sus alrededores. Luego le echó otro vistazo al mapa antes de doblarlo y guardarlo dentro de su haori —Creo que se a donde ir, sígueme— Indicó tras lo cual se echó a andar.
Así empezó a recorrer las calles nevadas de Yamiria, debía seguir una ruta muy específica para llegar al sector indicado. Mientras andaban pudo divisar una zona llena de restaurantes y demás puestos de comida, donde el aroma de distintos manjares inundaba sus fosas nasales, pero no podía darse el lujo de distraerse. En un momento determinado vió un vendedor de helados con su carretilla y todo.
—¿A quién se le ocurriría comprar un helado con este frío?— Preguntó retóricamente.
Se detuvo en un cruce de avenidas, sacó de nuevo el mapa para cerciorarse de que estaban en el sitio correcto y luego se lo embolsó de nuevo.
La zona conservaba el estilo tradicional de la ciudad de tejas y piedra, pero el tipo de bullicio era distinto. En vez de gente comprando y platicando la escena mostraba a obreros de un lado para otro cargando cosas mientras ruidos mecánicos provenientes de los talleres hacían de banda sonora. Actividad distinta, pero actividad al fin. El Takanashi frunció el ceño, debían encontrar la fábrica abandonada, pero el lugar era enorme y eso le desanimaba.
—¡Hey! ¿Que hacen unos mocosos cómo ustedes por aquí?— Preguntó un trabajador de la zona que llevaba en su espalda lo que parecía ser un cargamento de distintas telas —La zona comercial está por ahí— Señaló con su dedo el camino por el cual venían los shinobis.
"Rayos, no se que decirle"
Así empezó a recorrer las calles nevadas de Yamiria, debía seguir una ruta muy específica para llegar al sector indicado. Mientras andaban pudo divisar una zona llena de restaurantes y demás puestos de comida, donde el aroma de distintos manjares inundaba sus fosas nasales, pero no podía darse el lujo de distraerse. En un momento determinado vió un vendedor de helados con su carretilla y todo.
—¿A quién se le ocurriría comprar un helado con este frío?— Preguntó retóricamente.
Se detuvo en un cruce de avenidas, sacó de nuevo el mapa para cerciorarse de que estaban en el sitio correcto y luego se lo embolsó de nuevo.
La zona conservaba el estilo tradicional de la ciudad de tejas y piedra, pero el tipo de bullicio era distinto. En vez de gente comprando y platicando la escena mostraba a obreros de un lado para otro cargando cosas mientras ruidos mecánicos provenientes de los talleres hacían de banda sonora. Actividad distinta, pero actividad al fin. El Takanashi frunció el ceño, debían encontrar la fábrica abandonada, pero el lugar era enorme y eso le desanimaba.
—¡Hey! ¿Que hacen unos mocosos cómo ustedes por aquí?— Preguntó un trabajador de la zona que llevaba en su espalda lo que parecía ser un cargamento de distintas telas —La zona comercial está por ahí— Señaló con su dedo el camino por el cual venían los shinobis.
"Rayos, no se que decirle"