19/07/2016, 22:34
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—¿Y bien? ¿Qué te parece?
Koichi daba golpecillos contra la barra con sus nudillos, como siempre que algo no le convencía.
—Déjame pensarlo, Datsue. Estamos hablando de invertir mucha pasta. Tendría que mover muchos hilos y… No sé, no sé. Déjame unas semanas para que repose la idea —Datsue suspiró, algo decepcionado. Desde luego, no era lo que esperaba oír—. Y ya que estamos de negocios… Ciertos clientes siguen dándome la lata con aquellos asuntos que te había comentado hace tiempo. ¿Recuerdas?
Datsue no quería recordarlo.
—Ya sabes, hay ciertos… negocios. Negocios delicados, por decirlo de alguna manera, que no le vendrían mal ciertos avisos… para evitar posibles irregularidades. Tú ya me entiendes, nada grave. Pero si avisases de las posibles misiones que se encargarán a Takigakure relacionadas sobre dichos negocios… Si avisases con la suficiente antelación para que, digamos, tuviesen tiempo para poner tal o cual chiringuito en orden… Bueno, tienes que saber que la oferta ha subido, Datsue. Ha subido a…
—Oye, tío —le interrumpió bruscamente—. Tengo la jodida placa de Takigakure cerca de los huevos, ¿comprendes? Puede que no me la veas, pero la tengo. No me vengas más con esas chorradas, ¿entendido?
Datsue no quería ni oír la oferta. No quería oírla porque se conocía. Porque sabía que, de oír una cifra desorbitada, la tentación sería demasiado grande para él. Incluso a pesar de las palabras del Sabio de los Seis Caminos. Incluso a pesar de la advertencia de que no se metiese en problemas.
El viejo le enseñó las palmas de las manos, como pidiendo tregua.
—Como quieras, como quieras. Yo sólo te proponía algo que podría interesarte... Pensaba que eso del honor no iba contigo.
—No se trata de eso —le rebatió. Y era cierto.
El bueno de Koichi le dio un tremendo golpetazo en forma de palmada en el hombro y soltó una estruendosa carcajada, como si con eso ambos hubiesen olvidado ya lo que segundos antes había tratado de proponerle. Para que una relación como la de Datsue y Koichi funcionase, aquella fragilidad en la memoria era clave. En ambas partes.
—Otra cosa. Aquel tema que me habías comentado cuando volviste de Shinogi-to, ¿recuerdas? Cuando volviste con el rabo entre las piernas después de jactarte durante meses del Gran Golpe que ibas a dar —Datsue hizo un ademán para que continuase de una vez, impaciente—. Lo tengo ya amañado. Te espera en Isidra, en primavera.
Datsue frunció el ceño.
—¿Isidra?
—Sí. ¿Qué ocurre?
—No… —negó con la cabeza, no muy convencido—. Nada. Es que me suena de algo, pero no sé de qué. ¿Dónde mierda está eso?
El viejo rio.
—Es una taberna, en un pueblo del Bosque de la Hoja, llamado Minori...
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado