22/05/2015, 00:38
(Última modificación: 23/05/2015, 01:49 por Sasagani Yota.)
*Más vale ser precavido*
Esbocé una sonrisa ante aquel comentario mientras por dentro me repetía a mi mismo que debía ser cuidadoso. Pese a su fachada de tipo gracioso e inofensivo, no acababa de fiarme de él por completo. Pese a que en caso de conflicto, el mero hecho de llevar la bandana de Uzushiogakure y él la de Kusagakure jugaba a mi favor, prefería andarme con pies de plomo, apenas sabía de lo que era capaz aquel chico y menos aún cuales eran sus intenciones o si guardaba bajo el secreto su verdadero cometido en Yamiria. Toda precaución era poca.
Pero no pude evitar reírme a tumba abierta ante su último comentario, ante la atenta mirado de todos a nuestro alrededor, ante la sorpresa del momento.
-Eso tendrás que preguntárselo a ella. No tengo ni las más remota idea de lo que piensa de los de tu País, y la verdad es que no es algo que me haya preocupado- contesté tan buenamente como pude intentando no volver a reírme.
Di un último gran sorbo de mi vaso cuando el tipo depositó las monedas sobre la mesa y se levantó haciendo unos leves estiramientos para prepararse para aquella pequeña excursión turística. Acto seguido dejé el vaso de un golpe sobre la superficie y yo también me levanté de mi asiento.
-Sí bueno, conozco algún lugar de esos pero... ¿Has venido hasta aquí solo para entrenar?-
Joder, se me ocurrían muchos métodos de entrenamiento además de a los que había sido sometido, pero ninguno de ellos consistía en cruzar las fronteras de otro País. Sin lugar a dudas, un tipo de loo más peculiar, aunque no es que me apeteciese mucho pegarme con Yoshimitsu, pese a estar en los dominios de la Espiral, estábamos lejos de casa y apuesto a que mamá no aprobaría aquello.
-Bien, primero podríamos a ir a los alrededores del castillo del Señor Feudal. Siempre es un lugar bonito de ver y cerca de allí podrás entrenar-
Era de los pocos lugares que conocía bien de Yamiria. Mis dos o tres viajes hasta allí no daban para mucho más y lo cierto que aunque era una bella ciudad, casi todas las calles ofrecían lo mismo; tiendas y lugares adornados por flores y obras refinadas, pero poco más que eso.
-Vamos, en marcha-
Me puse a caminar indicándole con la diestra la dirección que debíamos tomar, es decir, la dirección contraria a la que vine anteriormente, alejándonos de la calle central y en dirección al norte. En el aire se respiraba el frescor del mar que quedaba a la espalda del castillo con el sol encima de nuestras cabezas y el bullicio de gente que iba de arriba para abajo en un sin fin de direcciones.
Esbocé una sonrisa ante aquel comentario mientras por dentro me repetía a mi mismo que debía ser cuidadoso. Pese a su fachada de tipo gracioso e inofensivo, no acababa de fiarme de él por completo. Pese a que en caso de conflicto, el mero hecho de llevar la bandana de Uzushiogakure y él la de Kusagakure jugaba a mi favor, prefería andarme con pies de plomo, apenas sabía de lo que era capaz aquel chico y menos aún cuales eran sus intenciones o si guardaba bajo el secreto su verdadero cometido en Yamiria. Toda precaución era poca.
Pero no pude evitar reírme a tumba abierta ante su último comentario, ante la atenta mirado de todos a nuestro alrededor, ante la sorpresa del momento.
-Eso tendrás que preguntárselo a ella. No tengo ni las más remota idea de lo que piensa de los de tu País, y la verdad es que no es algo que me haya preocupado- contesté tan buenamente como pude intentando no volver a reírme.
Di un último gran sorbo de mi vaso cuando el tipo depositó las monedas sobre la mesa y se levantó haciendo unos leves estiramientos para prepararse para aquella pequeña excursión turística. Acto seguido dejé el vaso de un golpe sobre la superficie y yo también me levanté de mi asiento.
-Sí bueno, conozco algún lugar de esos pero... ¿Has venido hasta aquí solo para entrenar?-
Joder, se me ocurrían muchos métodos de entrenamiento además de a los que había sido sometido, pero ninguno de ellos consistía en cruzar las fronteras de otro País. Sin lugar a dudas, un tipo de loo más peculiar, aunque no es que me apeteciese mucho pegarme con Yoshimitsu, pese a estar en los dominios de la Espiral, estábamos lejos de casa y apuesto a que mamá no aprobaría aquello.
-Bien, primero podríamos a ir a los alrededores del castillo del Señor Feudal. Siempre es un lugar bonito de ver y cerca de allí podrás entrenar-
Era de los pocos lugares que conocía bien de Yamiria. Mis dos o tres viajes hasta allí no daban para mucho más y lo cierto que aunque era una bella ciudad, casi todas las calles ofrecían lo mismo; tiendas y lugares adornados por flores y obras refinadas, pero poco más que eso.
-Vamos, en marcha-
Me puse a caminar indicándole con la diestra la dirección que debíamos tomar, es decir, la dirección contraria a la que vine anteriormente, alejándonos de la calle central y en dirección al norte. En el aire se respiraba el frescor del mar que quedaba a la espalda del castillo con el sol encima de nuestras cabezas y el bullicio de gente que iba de arriba para abajo en un sin fin de direcciones.
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
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