20/07/2016, 12:54
La peliblanca no terminaba decidirse cuando el tipo enfurecido lanzó su ataque, sin embargo la chica consiguió defenderse sin mucha dificultad y no sólo eso, si no que tras un rápido contraataque. Una patada al costado del hombre, que hizo que cayese sobre la mesa que ocupaban unos trabajadores, derramando sus bebidas.
—¡Oh, joder!— se quejaron aunque no parecían tener ganas de bronca, solo se levantaron para intentar no mojarse aún más.
Mientras tanto, el de la shirayasa, trataba de recomponerse aunque en la caída había perdido la vaina que quedó en mitad del pasillo de entrada y salida.
"Parece que no necesita ayuda" la de Kusabi se relajó un poco al ver como la chica se defendía "Hay que reconocer que sabía lo que hacia" se levantó para alejarse un poco no fuese a verse envuelta en la pelea como aquellos pobres clientes
—Creo que eres tú el que no sabe con quién se mete.—
Mientras tanto, la de Amegakure, parecía más que segura y confiada en su superioridad. Al menos lo suficiente como para esperar a que su contrincante se recompusiese, cosa que empezaba a hacer lentamente.
—¡VOY A MATARTE POR ESTO!— bramaba el aspirante a yakuza —¡NO TIENES NI PUTA IDEA DE CON QUIÉN TE ESTÁS METIENDO!
Por mucho que gritase, la diferencia parecía totalmente insalvable entre aquella chica y él... pero había algo con lo que no contaban.
Desde el interior del restaurante, salieron unos brazos que aprovecharon que la chica estaba distraída con el adversario que tenía frente a ella para agarrarla por la espalda. Un tipo de casi un metro noventa, pasado de peso y con unos brazos que bien podían ser dos piernas de cada una de ellas, aunque tenía una cara de bobo que le restaba bastante imponencia a su aspecto.
—¡¿Como te atreves a pegar a mi aniki?!— dijo mientras la apretaba con todas sus fuerzas contra su pecho —¡Ya la tengo Ryu!—
—¡¿POR QUÉ HAS TARDADO TANTO, TARO?!— se bajó de la mesa y recogió la vaina de su espada
—Lo...si..en...— balbuceo el gigante gordinflón
—¡CÁLLATE Y NO LA SUELTES!— el de la katana se recolocaba la ropa mientras hablaba, todos en la terraza se habían alejado lo máximo posible de la zona central donde se encontraban los contendientes.
"Lo siento Sasaki-senpai..." sin previo aviso, la peliblanca había activado su byakugan antes de lanzarse contra el gigante que sostenía a la chica. Mitsuki sabía perfectamente que no disponía de fuerza suficiente para derribarlo por un golpe, pero por suerte contaba con el juken. Una palmada ente la sien y el oído de su rival fue suficiente como para que se tambalease y soltase a la de amegakure. El mareo fue suficiente como para que el gigantón se viese obligado a apoyar su espalada contra el marco de la puerta
—Me... me... duele... la... ca..be..zaaa, aniki— se quejó el gigantón
—¡TE DIJE QUE NO LA SOLTASES, INÚTIL!— escupió al suelo —¡SI APENAS TE HA TOCADO DESGRACIADO! ¡VAYA MIERDA DE SUBORDINADO ME HE BUSCADO!— alzó la katana y la saya—¡DAROS POR MUERTAS!—
—Yo vigilo a este— dijo la Hyuga mientras mantenía su guardia característica contra el gigante, aunque este no parecía tener muchas ganas de moverse por el momento
"Será mejor acabar rápido y largarme de aquí..."
Justo en ese mismo instante el enrabiado yakuza se lanzaba contra la chica a toda velocidad con ambas armas levantadas, cuando este llegase a la altura de la peliblanca de ame trataría de lanzarle un doble tajo vertical con la esperanza de rebentarle la cabeza
—¡Oh, joder!— se quejaron aunque no parecían tener ganas de bronca, solo se levantaron para intentar no mojarse aún más.
Mientras tanto, el de la shirayasa, trataba de recomponerse aunque en la caída había perdido la vaina que quedó en mitad del pasillo de entrada y salida.
"Parece que no necesita ayuda" la de Kusabi se relajó un poco al ver como la chica se defendía "Hay que reconocer que sabía lo que hacia" se levantó para alejarse un poco no fuese a verse envuelta en la pelea como aquellos pobres clientes
—Creo que eres tú el que no sabe con quién se mete.—
Mientras tanto, la de Amegakure, parecía más que segura y confiada en su superioridad. Al menos lo suficiente como para esperar a que su contrincante se recompusiese, cosa que empezaba a hacer lentamente.
—¡VOY A MATARTE POR ESTO!— bramaba el aspirante a yakuza —¡NO TIENES NI PUTA IDEA DE CON QUIÉN TE ESTÁS METIENDO!
Por mucho que gritase, la diferencia parecía totalmente insalvable entre aquella chica y él... pero había algo con lo que no contaban.
Desde el interior del restaurante, salieron unos brazos que aprovecharon que la chica estaba distraída con el adversario que tenía frente a ella para agarrarla por la espalda. Un tipo de casi un metro noventa, pasado de peso y con unos brazos que bien podían ser dos piernas de cada una de ellas, aunque tenía una cara de bobo que le restaba bastante imponencia a su aspecto.
—¡¿Como te atreves a pegar a mi aniki?!— dijo mientras la apretaba con todas sus fuerzas contra su pecho —¡Ya la tengo Ryu!—
—¡¿POR QUÉ HAS TARDADO TANTO, TARO?!— se bajó de la mesa y recogió la vaina de su espada
—Lo...si..en...— balbuceo el gigante gordinflón
—¡CÁLLATE Y NO LA SUELTES!— el de la katana se recolocaba la ropa mientras hablaba, todos en la terraza se habían alejado lo máximo posible de la zona central donde se encontraban los contendientes.
"Lo siento Sasaki-senpai..." sin previo aviso, la peliblanca había activado su byakugan antes de lanzarse contra el gigante que sostenía a la chica. Mitsuki sabía perfectamente que no disponía de fuerza suficiente para derribarlo por un golpe, pero por suerte contaba con el juken. Una palmada ente la sien y el oído de su rival fue suficiente como para que se tambalease y soltase a la de amegakure. El mareo fue suficiente como para que el gigantón se viese obligado a apoyar su espalada contra el marco de la puerta
—Me... me... duele... la... ca..be..zaaa, aniki— se quejó el gigantón
—¡TE DIJE QUE NO LA SOLTASES, INÚTIL!— escupió al suelo —¡SI APENAS TE HA TOCADO DESGRACIADO! ¡VAYA MIERDA DE SUBORDINADO ME HE BUSCADO!— alzó la katana y la saya—¡DAROS POR MUERTAS!—
—Yo vigilo a este— dijo la Hyuga mientras mantenía su guardia característica contra el gigante, aunque este no parecía tener muchas ganas de moverse por el momento
"Será mejor acabar rápido y largarme de aquí..."
Justo en ese mismo instante el enrabiado yakuza se lanzaba contra la chica a toda velocidad con ambas armas levantadas, cuando este llegase a la altura de la peliblanca de ame trataría de lanzarle un doble tajo vertical con la esperanza de rebentarle la cabeza