24/07/2016, 01:08
La interrogante demostró tomar por sorpresa al espadachín de ojos dispares. Este se permitió unos segundos para pensar, como si estuviera planteándose de nuevo la pregunta. Como si estuviera tanteando cada posible implicación. Al final su respuesta fue simple y concreta; “Una lápida” fue lo que dijo.
—Ya veo… —Esperaba una contestación un poco más emocional de parte de su compañero, pero quizás ya no era el mismo Tatsuya de hacía tiempo. Quizás lo que ahi sucedio tambien lo cambio un poco.
—Ahora que lo preguntas, ¿qué significa para ti? —Lanzó la incógnita al peliblanco
—Para mi… —dejó atrás el puente y camino hasta quedar a la sombra del obelisco—. Es una mentira hecha piedra. Lo suficientemente grande y majestuosa como para que la mayoría olvide las verdades que oculta.
Después de su muerte y posterior resurrección, no se había tomado la molestia de regresar a aquel lugar, pues suponía que el cráter y el recordatorio seguirían ahí por siempre, y que por lo tanto no había prisa por confrontar lo sucedido. «Fui ingenuo al creer aquello.»
Mientras se resolvían todos los pendientes internacionales, se mantuvo vagando sin rumbo fijo y sin estar muy al tanto de las noticias. Recién se había puesto al corriente hacía unos días, cuando su maestro le informo que tendría que viajar de nuevo a aquel sitio. La primera sorpresa, aunque era de esperarse, era que le habían cambiado el nombre a la región. Lo otro que le desconcertó era que ahora hablaban de una laguna, un tal “Lago del recuerdo”. Pero lo que más puso a prueba su razonamiento fue aquello de un “monumento”, algo erigido en honor de todos los que fallecieron durante la catástrofe. Investigo un poco al respecto, pero no pudo encontrar un retrato fiable de la dichosa piedra. Durante el viaje en tren, e incluso los días anteriores a su partida, se debatió sobre qué tendría que pensar al respecto. Sobre qué tendría que decir sobre lo ocurrido antes y después.
La respuesta que dio a Tatsuya era la conclusión a la que había llegado. La que fue tomando forma en su mente, desde que vio el monolito a lo lejos, hasta que estuvo de pie frente al mismo.
—Siento que todo esto está mal… —Su habitual expresión calmada y neutra, se torno un tanto melancólica mientras su mirada recorría los rostros de las personas que allí les acompañaban.
—Ya veo… —Esperaba una contestación un poco más emocional de parte de su compañero, pero quizás ya no era el mismo Tatsuya de hacía tiempo. Quizás lo que ahi sucedio tambien lo cambio un poco.
—Ahora que lo preguntas, ¿qué significa para ti? —Lanzó la incógnita al peliblanco
—Para mi… —dejó atrás el puente y camino hasta quedar a la sombra del obelisco—. Es una mentira hecha piedra. Lo suficientemente grande y majestuosa como para que la mayoría olvide las verdades que oculta.
Después de su muerte y posterior resurrección, no se había tomado la molestia de regresar a aquel lugar, pues suponía que el cráter y el recordatorio seguirían ahí por siempre, y que por lo tanto no había prisa por confrontar lo sucedido. «Fui ingenuo al creer aquello.»
Mientras se resolvían todos los pendientes internacionales, se mantuvo vagando sin rumbo fijo y sin estar muy al tanto de las noticias. Recién se había puesto al corriente hacía unos días, cuando su maestro le informo que tendría que viajar de nuevo a aquel sitio. La primera sorpresa, aunque era de esperarse, era que le habían cambiado el nombre a la región. Lo otro que le desconcertó era que ahora hablaban de una laguna, un tal “Lago del recuerdo”. Pero lo que más puso a prueba su razonamiento fue aquello de un “monumento”, algo erigido en honor de todos los que fallecieron durante la catástrofe. Investigo un poco al respecto, pero no pudo encontrar un retrato fiable de la dichosa piedra. Durante el viaje en tren, e incluso los días anteriores a su partida, se debatió sobre qué tendría que pensar al respecto. Sobre qué tendría que decir sobre lo ocurrido antes y después.
La respuesta que dio a Tatsuya era la conclusión a la que había llegado. La que fue tomando forma en su mente, desde que vio el monolito a lo lejos, hasta que estuvo de pie frente al mismo.
—Siento que todo esto está mal… —Su habitual expresión calmada y neutra, se torno un tanto melancólica mientras su mirada recorría los rostros de las personas que allí les acompañaban.