24/07/2016, 18:06
—Creo entender cómo te sientes.
Es la misma sensación de impotencia que el propio Tatsuya sintió aquel día, la de no ser lo suficientemente fuerte para hacer las cosas, el dolor de ver como la gente moría delante de él así sin más. Quizás la diferencia estaba en lo que ocurrió al volver a la vida. Sin embargo sabía que no todos reaccionaban de la misma manera, lo único que podía intentar era compartir su visión de las cosas.
—Hay varias cosas que te puedes plantear, o al menos eso fue lo que hice yo— Admitió.
En ese momento Tatsuya miró a lo alto del monolito como si buscase un nombre. Esbozó una fina sonrisa, aunque su expresión era más de congoja que de alegría.
—¿De verdad crees que la gente de aquí murió así sin más?— Inquirió sin quitar su vista de la piedra —Aquí murió un bandido, o mejor dicho un ex-bandido. Un hombre que incurrió en el mal pero que al final de cuentas terminó arrepintiéndose y decidió cambiar. Sin embargo, cuando el quizo empezar una nueva vida esta le fue arrebatada, me entristece pues yo lo conocí— Tenía los ojos un poco llorosos —Aquí hay miles de historias, talvez no sean grandes aventuras, pero que representan mucho para quienes las recuerdan, así como yo recuerdo a ese bandido, así recuerda la gente a sus seres queridos. Cada quién es el héroe de su propia vida.
Con el tiempo Tatsuya llegó a pensar que las acciones pequeñas no son diferentes de las grandes, ambas valen por igual y no se debe menospreciar el recuerdo de nadie. El pelinegro se frotó los ojos y miró al Ishimura.
—Ahora bien... ¿De verdad crees que los ninjas estamos para pelear y morir por la causa?— Durante mucho tiempo, el mismo habría dicho que sí, pero eso había cambiado —Se nos enseña a no temerle, a que está bien lo que nos pase si logramos cumplir la meta. Con todo respeto, es un mal chiste. Aquel día se nos dió la oprtunidad de comenzar de cero, desde entonces juré que no me iba a morir de una forma tan estúpida. No se trata de morir por los sueños o por lo que amas, si de verdad amas algo vivirás para protegerlo, si de verdad deseas algo vivirás hasta conseguirlo— El Takanashi en ese momento apretó con fuerza la empuñadura de su espada.
—Me prometí que de ahora en adelante haría lo que estuviera en mis manos, aunque yo no tenga el poder de otros, hay cosas que aunque pequeñas estaré feliz de hacer si con eso logro ayudar en algo— Tatsuya se mostraba mucho más decidido —No te culpes por estar vivo, alégrate de estarlo, vive por quienes ya no están. Así mismo no te mortifiques por lo que no hiciste, piensa en lo que puedes hacer.
»Vive tu vida de manera que no te arrepientas a la hora de tu muerte.
Es la misma sensación de impotencia que el propio Tatsuya sintió aquel día, la de no ser lo suficientemente fuerte para hacer las cosas, el dolor de ver como la gente moría delante de él así sin más. Quizás la diferencia estaba en lo que ocurrió al volver a la vida. Sin embargo sabía que no todos reaccionaban de la misma manera, lo único que podía intentar era compartir su visión de las cosas.
—Hay varias cosas que te puedes plantear, o al menos eso fue lo que hice yo— Admitió.
En ese momento Tatsuya miró a lo alto del monolito como si buscase un nombre. Esbozó una fina sonrisa, aunque su expresión era más de congoja que de alegría.
—¿De verdad crees que la gente de aquí murió así sin más?— Inquirió sin quitar su vista de la piedra —Aquí murió un bandido, o mejor dicho un ex-bandido. Un hombre que incurrió en el mal pero que al final de cuentas terminó arrepintiéndose y decidió cambiar. Sin embargo, cuando el quizo empezar una nueva vida esta le fue arrebatada, me entristece pues yo lo conocí— Tenía los ojos un poco llorosos —Aquí hay miles de historias, talvez no sean grandes aventuras, pero que representan mucho para quienes las recuerdan, así como yo recuerdo a ese bandido, así recuerda la gente a sus seres queridos. Cada quién es el héroe de su propia vida.
Con el tiempo Tatsuya llegó a pensar que las acciones pequeñas no son diferentes de las grandes, ambas valen por igual y no se debe menospreciar el recuerdo de nadie. El pelinegro se frotó los ojos y miró al Ishimura.
—Ahora bien... ¿De verdad crees que los ninjas estamos para pelear y morir por la causa?— Durante mucho tiempo, el mismo habría dicho que sí, pero eso había cambiado —Se nos enseña a no temerle, a que está bien lo que nos pase si logramos cumplir la meta. Con todo respeto, es un mal chiste. Aquel día se nos dió la oprtunidad de comenzar de cero, desde entonces juré que no me iba a morir de una forma tan estúpida. No se trata de morir por los sueños o por lo que amas, si de verdad amas algo vivirás para protegerlo, si de verdad deseas algo vivirás hasta conseguirlo— El Takanashi en ese momento apretó con fuerza la empuñadura de su espada.
—Me prometí que de ahora en adelante haría lo que estuviera en mis manos, aunque yo no tenga el poder de otros, hay cosas que aunque pequeñas estaré feliz de hacer si con eso logro ayudar en algo— Tatsuya se mostraba mucho más decidido —No te culpes por estar vivo, alégrate de estarlo, vive por quienes ya no están. Así mismo no te mortifiques por lo que no hiciste, piensa en lo que puedes hacer.
»Vive tu vida de manera que no te arrepientas a la hora de tu muerte.